(AUNO*)- El caso lleva años de denuncias pero llegó a la Justicia recién a principios de marzo. El Comité para la Defensa de la Salud, la Política Profesional y los Derechos Humanos (CODESEDH) presentó un recurso de amparo en los Tribunales de la provincia de Jujuy contra el ingenio Ledesma, una de las empresas papeleras y azucareras más grandes del país. La representada era Olga Márquez de Aredes. El motivo, “una manifiesta violación del derecho a la salud”. Sin embargo, la denunciante falleció de cáncer de pulmón el jueves pasado, lo que provocaría que el amparo quede en suspenso.
Márques de Aredez padecía bagazosis, una enfermedad respiratoria producto de la inhalación del polvo de bagazo que se genera en el ingenio, a pesar de que nunca trabajó en la fábrica. Esa enfermedad habría derivado en el cáncer de pulmón que terminó con su vida.
El bagazo es un desecho de la caña de azúcar: es el residuo del tallo o cuerpo de la caña que queda después de que se le ha exprimido el jugo. Este deshecho no causa daño cuando se lo utiliza fresco, húmedo y no enmohecido: puede servir como combustible, abono, cama para aves de corral o como cubierta protectora de la tierra recién sembrada. Pero si es viejo y está seco produce bagazosis. Esto fue lo que le sucedió a la damnificada y lo que padecen muchos habitantes de Libertador General San Martín.
La lucha de la mujer era la continuación de la que había iniciado su esposo, Luis Aredes, un médico rural que llegó a ser intendente de Libertador General San Martín en 1973, fue secuestrado por la Gendarmería en 1976 y está desaparecido.
El abogado del CODESEDH que impulsa el caso, Francisco Cullen, confirmó a AUNO que en el Ingenio Ledesma se encuentra “una enorme montaña de bagazo que está al aire libre”. Al secarse se produce un polvo que cuando es inhalado genera la bagazosis, que puede llegar al caso extremo de transformarse en cáncer. El agente causal es un moho que se desarrolla en la caña cuando se exprimió para sacar su jugo, y se caracteriza por síntomas de deficiencia respiratoria.
Aunque no hay estudios médicos al respecto, el abogado informó que “hay varios damnificados por esta situación, tanto obreros “#8220;que trabajan sin ningún tipo de protección en la fábrica”#8220; como habitantes de la ciudad jujeña de Libertador San Martín”. El problema, según Cullen, es que “nadie quiere iniciar una causa similar” a la de Márquez de Aredes “por temor a perder su fuente laboral”. “Todo el pueblo gira alrededor del ingenio”, resumió. Una sola presentación reactivaría la causa inmediatamente.
Las medidas para poder reducir los riesgos de enfermedad han sido exigidas a la empresa, que nunca ha dado respuesta. “Lo ideal sería ubicar el bagazo en silos e instalar filtros en las chimeneas del ingenio”, comentó el representante del CODESEDH. La falta de recursos no sería un problema para la empresa: en el primer trimestre del 2004, según datos de la propia Ledesma, creció un 11,2 por ciento respecto del mismo período del año anterior.
Cullen afirmó que, con el fallecimiento de la persona que inició la causa, las posibilidades de que la misma prospere han bajado, ya que “se produce una relación abstracta entre el caso y la demandante”. “Estamos frente a un escenario nuevo, que estamos viendo cómo encarrilar”, agregó.
AUNO. 21.03.05 EAP