(AUNO).-La Argentina ya tiene un Plan Espacial Nacional que detalla la planificación de las actividades del sector que se desarrollarán hasta 2015. Incluye el lanzamiento y construcción de satélites, la instalación de nuevas estaciones para la recepción de datos y la incursión en el diseño de vehículos lanzadoras en colaboración con otros países.
Las actividades espaciales suelen estar asociadas a la exploración de otros planetas o develar misterios sobre el origen del Universo. No obstante, la mayor parte de los equipos que son lanzados desde la Tierra no hacen más que mirar a ese mismo lugar desde donde partieron. Es que los satélites lanzados al espacio exterior tienen como una de sus principales funciones proveer al hombre de información para conocer mejor su propio hogar.
Debido al gran valor que esos datos tienen para las actividades que suceden sobre la superficie terrestre, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) elaboró un Plan Espacial Nacional que contiene la planificación en la materia hasta 2015. El programa, que cuenta con un presupuesto estimado en 4.057 millones de pesos será llevado a la práctica por ese mismo organismo.
Uno de los objetivos del nuevo plan es dar continuidad a la serie de misiones satelitales que formaron parte del anterior plan espacial. Así, los SAC-A, SAC-B y SAC-C, de los cuales sólo el último aún está en funcionamiento, tendrán sus sucesores. Para eso se está trabajando en el SAC-F que se pondría en órbita en 2007; en cooperación con la NASA se está desarrollando el SAC-D, a lanzarse en 2008, y también se está realizando una misión conjunta con Brasil para lanzar en 2013 el SAC-E.
Asimismo, se diseñarán y construirán los SAOCOM 1 A y B, que estarían en órbita en 2005 y 2007, respectivamente. Mientras que para 2011 y 2013 se lanzarían los SAOCOM 2 A y B. Y dentro del período del plan se empezarán a desarrollar el SAC-G y el SARE. La importancia de seguir construyendo y creando satélites reside en que éstos poseen una vida útil de sólo algunos años.
¿Qué información captan y transmiten estos equipos a la Tierra? Los datos, de lo más variados, van desde información relevante para diversas actividades económicas “#8221;como las explotaciones agropecuarias, forestales y pesqueras”#8221; hasta otros útiles para la gestión de políticas de salud.
En cuanto a la producción rural, los satélites pueden dar testimonio del estado de los suelos o elaborar mapas de tipos de vegetación, de cultivos y pasturas. En el mar, también pueden hacer seguimientos de las poblaciones de peces en función de proteger los recursos pesqueros.
La información espacial es además muy valiosa para la gestión de emergencias y catástrofes naturales. Es posible utilizarla para la prevención y asistencia en casos de incendios de bosques, inundaciones, erupciones volcánicas, terremotos, tornados, huracanes y derrames de hidrocarburos.
Las actividades incluidas en el Plan Espacial no se limitan a la recolección de los datos por medio de los satélites, sino que también prevé su transmisión, almacenamiento y procesamiento para que estén disponibles para quienes los demanden.
Pero el punto crítico de la actividad es el referido al lanzamiento de los satélites, que actualmente posee costos elevados. La construcción de los vehículos de lanzamiento, encargados de ponerlos en órbita, es una industria en expansión en el último tiempo. Según los datos de la CONAE, en la década pasada se enviaron al espacio, en misiones de diferentes países, un promedio de 36 satélites al año. Mientras que para el período 2000-10 ese promedio ascenderá a más de 110 satélites al año.
El objetivo del Plan Espacial es lograr en el corto y mediano plazo un descenso en los costos para el lanzamiento de sus misiones, principalmente, a través de la asociación con los países que prestan ese servicio. Y a largo plazo, se espera convertir a la Argentina en proveedor de partes de los vehículos utilizados para acceder al espacio, logrando el desarrollo de una industria nacional en la materia, en cooperación con otros países, como Brasil y Ucrania.
Uno de los proyectos en ese sentido es el Tronador, que comprende a los vehículos Tronador I y II. El segundo será con trayectoria controlada y se prevé además la puesta en marcha de una planta capaz de producir el combustible necesario para su propulsión.
AUNO 01-08-05 LL/EV