Si bien el problema del síndrome metabólico la definición de un conjunto de patologías relacionadas con el exceso de grasa, principalmente a nivel abdominal está latente durante todo el año en la mayoría de las personas, es durante el verano que, según especialistas médicos, se abre una oportunidad para tratarlo, a partir de la realización de una dieta individual y el fomento de un estilo de vida activo.
El riesgo del sobrepeso está asociado a que puede provocar enfermedades cardiovasculares, el aumento de grasas en sangre y diabetes, o un mayor riesgo de padecer ciertos cánceres, como de mama, colon y ovarios, más allá del problema estético.
Según un informe del Ministerio de Salud bonaerense, este problema, surgido masivamente en los últimos 100 años en la clase media occidental, afecta en el país a alrededor del 65 por ciento de la población y, en personas adultas se calcula que el riesgo de sufrirlo aparece, en la mujer, cuando tiene más de 88 centímetros de cintura y, en el hombre, cuando supera los 102.
“Este tipo de obesidad, ubicada en zona central del cuerpo, es la que predispone a que suba la presión, la glucemia, los triglicéridos y a todo este conjunto de patologías hoy se lo denomina síndrome metabólico, porque quienes trabajamos en salud nos dimos cuenta de que hay que tratar al paciente en su conjunto y no tomar esos exponentes en forma aislada”, resaltó Vivian Sijercovich, integrante del servicio de Nutrición del hospital Evita de Lanús.
Según el informe, “una de las principales causas de este mal “tiene su origen en los hábitos alimentarios, sobre todo en el consumo de grasas saturadas y de hidratos de carbono”.
“Por otra parte, la falta de actividad física cumple un papel clave en el sobrepeso y sus consecuencias, no obstante los especialistas indican que con sólo media hora de ejercicios diarios, tres veces por semana, es posible reducir un 37 por ciento las probabilidades de padecer un infarto, incluso hoy se sabe que la actividad física es más efectiva para bajar la presión arterial que disminuir el uso de sal en las comidas”, se explicó.
Sobre este punto, la especialista resaltó que “cada vez nos movemos menos para conseguir nuestros alimentos, tenemos el control remoto en la mano, o sea que no necesitamos caminar ni para cambiar el canal de televisión y un sinnúmero de trabajos se realizan frente a una computadora. Todos estos hábitos han llevado a que la persona aumente de peso y aparezcan exponentes como las glucemias altas o la hipertensión”.
Para conocer el estado de un paciente en este tema, a una primera vista, los nutricionistas utilizan como regla para calcular el peso normal de una persona y, por los tanto, descartar el riesgo de este síndrome, la talla medida en centímetros menos cien: “De este modo, si un hombre mide por ejemplo, 1,80 metros, es decir 180 centímetros, su peso ideal ronda los 80 kilos. En el caso de las mujeres se hace la misma cuenta pero se le debe restar un cinco por ciento”, indicó Sijercovih.
Como forma de tratar esta enfermedad, se recomienda consultar a un nutricionista, para de manera conjunta, armar un plan de alimentación personalizado.
“Es necesario saber que actividad física realiza el paciente, si come en su casa o afuera, sus gustos y sus posibilidades económicas, porque de nada sirve elaborar una dieta ideal si la persona no tiene acceso a los alimentos que contiene o no son de su agrado. Si la dieta no se realiza de un modo personal es muy probable que fracase”, explicó.
Además, graficó que a nivel general, “las personas obesas deben disminuir, en principio, los hidratos de carbono simples, es decir el azúcar común que le agregamos al mate o al café, las gaseosas – porque cada vaso contiene cinco cucharaditas de azúcar -, y el alcohol, que aparte de hacernos engordar aporta ´calorías vacías´, ya que no tiene ni vitaminas ni minerales, entonces nos engorda pero no nos nutre”.
Otro aspecto importante en la alimentación es bajar el consumo de grasas saturadas, que son las que se encuentran en los alimentos animales, por lo tanto es preciso evitar la piel del pollo, la grasa que pueda tener la carne, la manteca y la grasa de los quesos.
AUNO.
Recomiendan aprovechar la llegada del verano para prevenir los síntomas del sobrepeso
La llegada del verano puede transformarse en una oportunidad para prevenir los síntomas que llevan al sobrepeso, una enfermedad que, según cálculos médicos, afecta a más de la mitad de los argentinos y que conlleva trastornos que pueden desembocar en la muerte.
Por Martín Glade