Vuelven a proyectar “Corazón de fábrica”, el documental sobre la fábrica Zanon

La película sobre la empresa recuperada por sus trabajadores podrá verse en el hotel Bauen los jueves y sábados que restan de este mes. Luego de la función, se abre un espacio de discusión. En diálogo con AUNO-Tercer Sector, sus realizadores destacaron que el debate nunca se cierra: “No podés cerrar una historia que está construyéndose”.

Todos los jueves y sábados de este mes, como se hizo durante mayo, continuará proyectándose en el Hotel Bauen el documental “Corazón de Fábrica”, sobre los problemas cotidianos y los logros de los trabajadores de la fábrica de cerámica Zanon, quienes tomaron el control de la empresa hace siete años. Este fue un proceso de autogestión y producción que continúa aún hoy. AUNO-Tercer Sector charló con los directores de la película, Virna Molina y Ernesto Ardito, sobre las particularidades de la iniciativa.

“Los compañeros de Zanon lograron anticiparse a los patrones y evitar con lucha, con resistencia, que la empresa se vaciara para luego sí obtener el control obrero, cosa que en muchas fábricas recuperadas se obtiene cuando ya fueron vaciadas”, contó Molina, codirectora del film que obtuvo el premio al Mejor Documental en el Primer Concurso Latinoamericano de Documentales del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, (CLACSO). Además, sostuvo que la experiencia de la fábrica demuestra “la importancia del control y la gestión obrera, que no sólo es posible sino también necesario”.

  • -¿Qué experiencia de vida les dejó haber estado inmersos en la Fábrica para la realización del documental?*

-A nivel personal una experiencia de crecimiento muy grande porque tuvimos la oportunidad de estar en la fábrica con los compañeros de Zanon casi durante 4 años, hasta el 2005. Por eso pudimos profundizar varios puntos de la problemática, lo que te da un crecimiento político y humano en todo sentido, al estar en contacto con una lucha tan interesante que nos cambió la mirada de la vida.

  • -¿En qué cambió esa mirada?*

-Cuando uno conoce a medias tiende a mitificar las cosas, entonces cuando pasa el enamoramiento de las relaciones humanas y amistades que inevitablemente se hicieron ahí adentro y que hoy todavía perduran, uno se vuelve más riguroso en la mirada. Ahí adoptás una mirada más científica, aprendés a ver los buenas y malas, entrás en contacto con diferentes niveles, y valorás más lo que fue ese proceso muy difícil de los compañeros de la fábrica. Este fue un hecho poco común, porque poca gente se anima a soportar las dificultades y contradicciones por un objetivo colectivo, que trasciende lo que es un puesto de trabajo.

  • -Esta experiencia ¿trasciende el ámbito de las fábricas recuperadas?*

-Lo trasciende en el hecho de que ellos primero recuperaron una comisión interna, luego un sindicato, y se juntan dos experiencias de lucha. Una, la recuperación de la fábrica; y otra la recuperación de las herramientas sindicales que fueron y siguen yendo de la mano. Esta experiencia es trascendente porque se han dado cosas que nunca se dieron, no hay experiencias en el mundo de siete años de gestión obrera, donde una asamblea de los trabajadores decide los destinos de la fábrica, donde no hay jerarquías. El objetivo es la capacitación y la rotación de las funciones. Puede haber contradicciones, pero la meta es esa: capacitarse y rotar en las funciones. Si no, la asamblea de control obrero no te sirve, si vas a estar siempre en una máquina… Hay otras cooperativas o fábricas recuperadas que no tienen ese objetivo. Aquí se resignifica la producción de una fábrica y se abre a la comunidad o mezcla producción con poemas de Juan Gelman, por ejemplo. Realmente trasciende todos los ámbitos.

  • -¿Puede ser un camino para la transformación laboral?*

-Marca un punto importantísimo sobre lo que es el pensamiento marxista y el control obrero de la producción, porque en verdad los trabajadores de Zanon toman el control de la producción antes de que la patronal se vaya. Ellos anticipan el vaciamiento y como había una organización sindical muy fuerte, empiezan a controlar la producción en cada sector. Ahí se dieron cuenta cómo la patronal estaba diseñando la producción. También se dieron cuenta que ante los reclamos sindicales concretos con los que iban, ellos les decían “no hay plata, hay crisis”, cuando las máquinas estaban a full, las deterioraban, acumulaban cantidades gigantes de stock en los corralones con el objetivo de dar un cierre. Con todo esto los compañeros lograron anticiparse a los patrones y evitar con lucha, con resistencia, que la empresa se vaciara para luego sí obtener el control obrero, cosa que muchas fábricas recuperadas obtienen cuando ya fueron vaciadas.

* -¿Cómo son las charlas y debates que se dan con el público luego de las proyecciones del documental?*
-Es muy interesante porque en base al diferente público va disparando para diferentes lugares. A veces la discusión se engancha más en lo legal, en qué instancia está, cuánto debe Zanon. La otra vez fueron trabajadores de IMPA y estuvo bueno porque se planteó el por qué no coordinar todas las luchas que están en esta instancia como la de Zanon. Casualmente junto a IMPA, el BAUEN está en una instancia de desalojo este año. También sale el rol de los partidos políticos en esta historia, a veces se da el tema de lo humano, de las nuevas estructuras en las relaciones de producción, si hay más militantes se da más a lo político. Dispara para muchos lugares y está buena.

– ¿Pensas que el documental puede cambiar la mirada de otros sectores sociales?
-El documental es para todos los trabajadores, le puede servir más a los trabajadores alienados, a los que trabajan en condiciones de precarización y que ver una experiencia distinta los haga pensar que de pronto hay cosas que se pueden cambiar, que los contagie. A los empresarios sabemos que no les va a interesar y su pensamiento no va a cambiar por mirar una película. Este documental tiene una mirada que no existe, porque mucha gente no conoce de la experiencia de Zanon. Tal vez es la limitación del cine independiente, donde hoy proyectamos en un ámbito propicio como el BAUEN pero no se puede tener acceso a otros cines o al Gran Buenos Aires. Durante julio y agosto vamos a tratar de contactarnos con municipios y organizaciones del conurbano para poder proyectar en los viejos cines de Lanús, Avellaneda, y que llegue a una porción más grande de trabajdores.

-¿Por qué “Corazón de Fábrica”?
– Porque los hornos no dejan de funcionar nunca. Nos gustó el título porque es eso lo que mantiene viva la gestión obrera, el espíritu de ese grupo que se mantiene vivo. Y a la vez es lo que muchas personas estamos mirando como posibilidad de cambio.

-¿Alcanzó el documental las expectativas que tenían ustedes?
-Sin dudas, estamos muy contentos. Uno iba con una visión más mítica y cuando fuimos la rompimos. Te da crecimiento personal y una perspectiva hacia adelante de cómo trabajar. Eso está buenísimo, le peli dispara un montón de debates pero no cierra nada, no podés cerrar una historia que está construyéndose.

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