Lomas de Zamora, diciembre 14 (AUNO).- Con la consagración en la Copa Sudamericana, Lanús estampó la tercera estrella en su escudo, segunda a nivel internacional. Previamente, se había coronado en la Copa Conmebol, en 1996, y en el Torneo Apertura en 2007. Todos los integrantes de los distintos planteles a lo largo de estos 17 años entraron en la historia de ‘El Granate’, pero hay tres hombres que se destacan por sobre el resto.
Se trata de Maximiliano Velázquez, Diego González y Lautaro Acosta. Tres jugadores que dieron la vuelta olímpica en la noche del miércoles en la “Fortaleza” de Guidi y Arias, pero que también estuvieron presentes en la Bombonera hace seis temporadas, cuando el elenco que conducía Ramón Cabrero alcanzó el primer halago a nivel local para la entidad de la Zona Sur del Conurbano bonaerense.
Quienes componen este trío son los únicos que festejaron por duplicado, y mostraron su felicidad, al señalar, al unísono, que “esta situación inmejorable y no se puede comparar con nada”.
Columna vertebral desde la defensa hasta el ataque, los tres son conscientes de que consumaron un hito que los deja como los más ganadores de una institución que en 2015 celebrará su primer centenario. “Disfrutamos de estos instantes. Son únicos y hay que vivirlos como tales”, indicaron.
A diferencia de Velázquez, González y Acosta tienen la particularidad de que surgieron en las divisiones inferiores granates, algo que remarca ese sentimiento de satisfacción. Por caso, el ‘Pulpito’ es contundente: “Salir campeón con esta camiseta es lo mejor que le puede pasar a un futbolista que se inició en el club”, afirmó.
‘Laucha’, en paralelo, evidenció su emoción y puntualizó en la importancia de estar identificado con los colores de una entidad que temporada a temporada incrementa su prestigio deportivo e institucional.
“Estos logros ponen en claro el esfuerzo que le ponemos a todo lo que hacemos por esta institución, y todo lo que le retribuimos por ser clave en nuestras carreras”, sentenció.
El oriundo de Glew, aun así, no ocultó su tristeza por no ser de la partida en la final ante Ponte Preta, pues no se recuperó del desgarro en el isquiotibial izquierdo y hasta se perderá el cotejo con Newell’s, que se disputará el domingo en la definición del campeonato local porque se resintió de la molestia.
“Estaba con bronca porque uno siempre quiere estar, más en estos partidos definitorios. Pero ya está, ya pasó, el ser campeón es más trascendental. El técnico optó por otros compañeros que creyó que iban a rendir mejor e hizo lo correcto”, indicó.
Los dos jugadores recién salían a la luz en el fútbol en aquel Apertura 07’. Hoy, ya asentados y figuras en la plantilla, pusieron en consideración la trascendencia de crecer “convencidos de que se puede dar más y llegar más lejos”. “Actualmente se ven los frutos de la voluntad de todo un club”, añadieron.
Otra es la historia de Velázquez. El lateral izquierdo ya tenía sus años de carrera hace seis temporadas. En el presente es una de las voces de mando en el elenco que conduce Guillermo Barros Schelotto, y así analiza su situación particular: “Es lindo que se cumplan las metas tanto grupales como individuales”.
“Maxi” fue pieza clave con Cabrero y hoy es salida permanente para el “Mellizo”. “Son dos entrenadores que saben mucho, trabajan y le ponen una dedicación enorme a sus labores”, aclaró.
Y posó su mirada en el vigente campeón sudamericano: “Este equipo es muy unido, que entiende y va por lo que quiere. Y por suerte se cumplió el objetivo”.
Y vaya si el defensor está de festejo. No sólo tiene dos coronas con el club, sino que suma también dos preseas de Sudamericana, ya que dio la vuelta olímpica con Independiente en 2010. “Todos los títulos tienen un sabor especial. Trabajamos mucho para este presente”.
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