En el marco del Día Contra la Violencia de Género decenas de mujeres se movilizaron el domingo desde la estación de Temperley hacia el Parque Finky donde realizaron un festival para concientizar sobre la problemática y para visibilizar “la violencia machista” en la región. En 2017 se registró un femicidio cada 35 horas, según estadísticas de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Adolescentes, jóvenes y adultas participaron de la movilización bajo la consigna “Basta de femicidios” y en nombre de víctimas de violencia de género de la región como Anahí Benítez, Celeste Belén Martínez e Inmaculada “Evelyn” Concepción Nuñez, cuyos nombres figuraban en los carteles de reclamo.
En la Plaza de los Dos Cañones, la banda de percusión Las Lobas de Guará —compuesta en su totalidad por mujeres— recibió a las manifestantes con un “ruidazo”, una muestra de música, y desde allí la caravana partió sobre 25 de Mayo hacia el espacio verde.
Durante la peregrinación se hizo una parada especial en la casa de María Marta Somoza, en la esquina de Dorrego y 9 de Julio, frente a la sede del Club Temperley, donde fue asesinada en 2015 de un disparo en la nuca efectuado por su pareja. Allí se realizó un graffiti con su nombre y se pegaron imágenes de otras víctimas de la violencia machista.
"Acá hubo un femicidio". Parada en homenaje a María Marta Somoza, asesinada en 2015. Esquina de Dorrego y 9 de Julio. Marcha contra la violencia de género en #Temperley pic.twitter.com/eJdH8q8mr0
— Agencia AUNO (@AgenciaAUNO) 25 de noviembre de 2018
Tras la movilización, que recorrió durante una hora las principales calles del barrio, la jornada artística continuó en el anfiteatro del Parque Finky y con actividades para lxs ninxs. También se organizó una colecta para los trabajadores despedidos de la fábrica Siam en Avellaneda y de Canale, en Llavallol.
El evento, organizado por la agrupación Feminismo Al Sur, contó con la participación de otros frentes feministas, como la Corriente Lohana Berkins, cuyas referentes leyeron una reflexión acerca de las problemáticas que enfrentan en la cotidianeidad el colectivo LGBTIQ.
La intervención del espacio Mujeres del Folclore fue de las que más cautivó a los presentes. Con reversiones feministas de canciones clásicas del género, como Celedonia Batista y Doña Ubenza, instalaron la lucha por el “aborto legal y el fin de la trata”, señaló a este medio Maite Diorio, una de las bailarinas.
“Buscamos deconstruir el folclore que es tan machista”, remarcó. Bajo la misma premisa, su compañera Jimena Lucardi sostuvo que uno de los objetivos del grupo es “generar una ruptura, ya que convencionalmente el folclore es un ambiente de hombres” y entienden que pueden “diversificarlo”.
Entre mate y tereré las mujeres, lesbianas, travestis y trans y algunos varones que acompañaron disfrutaron de la tarde con el reclamo en alto de erradicar la violencia de género. Así lo indicó So Sonia, miembra del frente Asamblea Permanente, quien consideró que hay que “profundizar reflexivamente sobre los conflictos de violencia en los espacios culturales”.
En diálogo con AUNO, Sonia advirtió que “no se puede prometer espacios seguros, pero sí espacios que se cuestionan y abiertos al diálogo”, en referencia al desarrollo y convivencia de la comunidad artística.
AUNO-27-11-18
AB-SAM
