«Tenemos que llevar adelante una batalla cultural»

Durante una charla en Lanús, la nieta recuperada Victoria Montenegro denunció que aún existen «muchos jueces que fueron cómplices de la dictadura y que siguen actuando y obrando en protección de los genocidas y a las empresas».

Lomas de Zamora, mayo 14 (AUNO).- La nieta recuperada Victoria Montenegro denunció que el plan sistemático de apropiación de hijos de desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar “fue orquestado por empresarios que hoy están en el mismo lugar y que tienen una capacidad de hacer daño impresionante”, y manifestó la necesidad de “llevar adelante una batalla cultural” para mantener “un piso de respeto por los derechos humanos”.

Durante una charla abierta en el Museo Piñeiro de Lanús, Montenegro pidió “entender que es necesario que aparezcan los 400 jóvenes” que aún faltan recuperar su identidad para poder “cerrar una herida que tenemos todos los argentinos” y clamó por “no callarse y siempre defender el respeto por nuestra historia”.

Asimismo, denunció que aún existen “muchos jueces que fueron cómplices de la dictadura y que siguen actuando y obrando en protección de los genocidas y a las empresas”.

Ante un auditorio integrado por militantes políticos y poetas lanusenses, Montenegro comparó la coyuntura actual con el de los gobiernos anteriores a 2003 al afirmar que “para hacer algo por alguien tenías que ser presidente o millonario”, en cambio “si hay algo que Néstor (Kirchner) nos enseñó es que las personas comunes podemos cambiar muchas cosas organizándonos”.

No obstante, pidió “correr la ideología” para abordar la temática del terrorismo de Estado porque “tenemos que despertar conciencia y entender que la lucha de las Abuelas es la lucha de todos” e incitó a “defender un modelo de país, cada uno desde su propio lugar”.

UNA HISTORIA PARA REFLEXIONAR
“Mi nombre es Victoria Montenegro y soy una de las 105 nietas y nietos restituidos por las Abuelas de Plaza de Mayo. Mis papás están desaparecidos. Mi papá se llamaba Roque Montenegro, mi mamá Hilda Torres. Eran de la provincia de Salta y militaban (en el ERP) desde muy jóvenes y en 1975, producto del Operativo Independencia, tuvieron que venir a Buenos Aires. Acá nací el 31 de enero de 1976. A los trece días se llevó a cabo un operativo en nuestra casa que quedaba en William Morris y a partir de ese momento pasamos a estar los tres desaparecidos. Yo aparecí a los 25 años como María Sol Tetzlaff Eduartes, hija de un coronel del Ejército, el coronel Herman Tetzlaff y de María del Carmen Eduartes. Todos esos años crecí con mis apropiadores.”

Así se presentó Victoria Montenegro en la charla donde compartió su historia de vida. Después de su nacimiento, ella estuvo cinco meses al cuidado de unas monjas en la comisaría de San Martín, hasta que fue llevada por su apropiador Herman Tetzlaff. Recuperó su verdadera identidad en julio del 2000, a través del juez Roberto Marquevich, quien tomó el expediente que se originó a partir de una denuncia realizada por las Abuelas de Plaza de Mayo. Antes de que la causa quedara en manos de Marquevich, el fiscal de Casación Juan Martín Romero Victorica era quien llevaba adelante el expediente y le filtraba información al coronel Herman Tetzlaff para encubrir la apropiación.

Montenegro remarcó el trabajo de formación ideológica llevada a cabo por los militares para justificar los delitos de lesa humanidad: “Cuando mi apropiador me confiesa que fue el jefe del operativo, que entraron a mi casa y habían ‘abatido al enemigo’ para luego quedarse conmigo, nunca me pidió ‘perdón’. Lo que me dijo era que lo único que quería era salvarme la vida. Porque ‘haber sido criada por subversivos no era vida’. Y yo se lo agradecí. Yo pensaba que él era una especie de ángel que tenía la capacidad de criar al hijo del enemigo como propio. Tenía una formación y un lavado de cerebro muy importante. Hablaba de la genética, los hijos éramos genéticamente subversivos. Creía que con una formación cristiana los hijos de los subversivos podíamos ser recuperados para la patria y por eso se apropiaban de nosotros”.

A la luz de sus vivencias, Victoria destacó el rol de las Abuelas de Plaza de Mayo: “Mi historia también es de mucha esperanza, porque las Abuelas, desde la nada, desde la destrucción, desde lo peor que le puede pasar a un ser humano que es perder a sus hijos, crearon esta posibilidad de que nosotros recuperemos nuestra identidad. Crearon el ‘índice de abuelidad’, la posibilidad de encontrarnos genéticamente”.

La joven se refiere a la iniciativa que “investiga un científico pensando nada más que en las Abuelas, porque estaba el índice de paternidad, pero a nosotros nos faltaban nuestros padres. Se crea el Banco Nacional de Datos Genéticos, y a partir de la búsqueda de las Abuelas surge lo que es el orgullo de todos los argentinos que es el Equipo de Antropología Forense, que nos devuelven a los familiares la posibilidad de enterrar a sus seres queridos”.

JL-AFD
AUNO-09-05-12

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