Payasos, desfiles y “Guerra de Tortazos”

Desde las primeras horas de un caluroso sábado, hasta pasadas las 19:30, los artistas callejeros, de clown y de circo de la 15º Convención Nacional desarrollaron espectáculos para niños y un desfile con actuaciones acrobáticas a lo largo de la calle Alem, en el centro de Monte Grande. Cerraron con la participación de la Orquesta Típica Catalina sur y una divertida “guerra” de espuma, con un baile frente al palacio comunal.

Lomas de Zamora, 07 noviembre (AUNO).-Los postes de luz y cabinas telefónicas de las calles céntricas de la localidad de Monte Grande perdieron por unas horas de la tarde del sábado su utilidad básica: iluminar y comunicar. No hubo desperfectos técnicos, tampoco falta de presupuesto, sino que fueron usados como instrumentos de acrobacia por los payasos de la 15º “Convención Nacional de Circo, Payasos y Espectáculos callejeros”, quienes llamaron la atención a los vecinos que caminaban por el lugar y a los comerciantes atraídos por el desfile.

Desde Alem y Arana hasta la Plaza Mitre, se dio cita la marcha que tiñó las calles de malabares, presentaciones de acrobacias y microactuaciones, a medida de que se desplazaban los artistas de la Convención, que llevan ya 15 años reuniéndose en la Zona Sur del GBA y que cerraron el ciclo con la Orquesta Típica Catalina sur y la tan esperada “Guerra de los Tortazos”.

Antes de movilizarse por el centro y a pesar del intenso calor de las primeras horas de la tarde, exhibieron funciones de clown para niños y adultos, que reían y se divertían, a veces, más que los niños, en la Plaza lindera a la estación.

Desde la puerta de un local de ropa, una comerciante acompañada con sus tres compañeras de trabajo miraba entusiasmada el show que pasaba poco a poco. En diálogo con AUNO, contó: “Estaría bueno que se haga más seguido (el espectáculo), porque todos los años lo hacen una vez y uno se libera, se alegra”.

Un poco por los gritos, el murmullo, los aplausos constantes, la música y las ovaciones de los payasos, se entendía poco las declaraciones de los participantes.

Así, levantando la voz, la comerciante manifestó que se sentía parte de la Orquesta. Luego, calificó como “muy linda” la demostración de un acróbata que se trepaba a postes de luz y luego a una de las cabinas telefónicas de la esquina.

También, desde lo alto de edificios, algunos se asomaron por el despliegue de música y seguramente también se asombrarían por las piruetas de los artistas más osados.

Minutos antes del desfile que irrumpió la monotonía de las calles típicamente céntricas, se montó un espectáculo infantil encabezado por el payaso “Papelito”. Así se sucedieron el show de “Pelambre y Matambre” -– un dúo de clowns que divirtió con su explícita demanda de participación del público —, el “show de Abelardo” –-un joven hábil del monociclo y que cargó a un niño a sus hombros, mientras andaba—, la demostración de “Pático” y, finalmente, “Manuel y Pastelito”.

A la pregunta de “Papelito”: “¿La pasaron bien?”, sonaron más motivados los adultos que los chicos en responder “¡sí…!”. Así y todo, Papelito retomó la palabra y convocó a que el show continuase unos minutos más porque la marcha no estaba lista.

“La producción me dijo que estire, porque todavía no está el desfile”, comentó en tono humorístico. Pronto se vio a la Policía de Tránsito que desviaba la circulación, y luego, comenzó el desfile.

Desfile hasta la Plaza Mitre
Desde la calle Alem hasta la Plaza Mitre, pasando por la Plaza Los Fundadores, se desarrolló la muestra artística de los payasos de la Convención. Narices pintadas de rojo y con atuendos tricolores y provocativos en su mayoría, todos estaban allí, desde “Papelito” hasta los más pequeños como “Pastelito” y Manuel.

“¡Una maravilla!”, exclamó a AUNO una mujer mayor acompañada de sus dos nietos, cuando salía de un kiosco entre Arena y Alem. Pasadas dos cuadras, un malabarista se atrevió a encender clavas para lanzarlas por los aires y unos minutos antes de la exhibición, el mismo artista se sacó fotos con “una señora” –así la ovacionaron entre todos: “La señora, la señora…”—, que lo piropeaba desde la roda que se formó en la calle.

El momento más emotivo llegó de la mano de tres jóvenes que exhibieron habilidades de flexibilidad corporal. Con sólo una raqueta como instrumento y su cuerpo debidamente entrenado, deslizaron la raqueta de tenis desde la cabeza hasta sus pies. Algunos definieron a una de las artistas como “la chica de las contracciones”. “No lo puedo creer, es increíble”, se sorprendió Luis, un ex ferroviario de la zona.

A los tortazos
Luego de que tocase la Orquesta Típica Catalina sur, que llamó a la reflexión sobre nuestra posición frente al capitalismo y que aludió al repudio de la dictadura militar, y luego de la danza en hamaca aérea, otro espectáculo que dejó la boca abierta a más de uno, se desprendió “la Guerra de los Tortazos” y espuma pasadas las seis y media de la tarde, a pocos metros del edificio de la Municipalidad sobre Sofíasantmarina.

Con sus platos de plásticos con espuma levantados por sobre sus cabezas y saltando, tanto los payasos como el público más joven esperaba que den la orden para comenzar la fiesta ansiada desde las dos de la tarde.

La “guerra” festiva comenzó y así, poco a poco, las calles se fueron pintando de blanco por la espuma que cada uno llevaba y luego por la máquina generadora de espuma desde lo alto de una grúa. Los fotógrafos, niños, los padres con sus bebés, jóvenes y los payasos todos se sumergieron en la lluvia blanca, a medida de que bailaban por las calles.

Pasadas las 19:30, ya por las calles de Alem nuevamente, se escuchó a un joven preguntar con un poco de envidia por perderse la fiesta: “¿Dónde hay espuma, loco?”

AUNO-07-11-11
EV-LDC

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