A raíz de una serie de asaltos a colectivos que recorren Carlos Spegazzini y Máximo Paz, localidades de Ezeiza y Cañuelas respectivamente, la Policía Bonaerense que opera en esos partidos implementó duras medidas de seguridad, que básicamente consisten en cacheos indiscriminados a pasajeros “sospechosos” por su aspecto o vestimenta luego de irrupciones en los vehículos que sorprenden a los mismos colectiveros.
Las medidas de seguridad que ponen en marcha el personal policial de las dos localidades afectadas consisten en la organización de varios puestos de control sobre la banquina de la Ruta 205, lugar donde prácticamente cierran el paso a los colectivos para que se detengan. Luego se suben por ambas puertas con fusiles y bastones en mano y registran a los pasajeros para comprobar que en los micros “todo este en orden”.
Vecinos e incluso choferes de la línea 79, de la empresa San Vicente S.A.T., definen el accionar policial como “abusiva” por la manera en que los agentes abordan a los micros para registrarlos.
El motivo que indujo a la Policía a realizar este tipo de controles propio de las épocas más duras de la Argentina fue una serie de robos a pasajeros y colectiveros de la línea 79, que realiza a diario el recorrido de Plaza Constitución hasta Cañuelas; Particularmente dos asaltos ocurridos el 6 y el 11 de este mes.
Los operativos de control se realizan a partir de las 22, horario en que se registraron los asaltos a los colectivos de esa línea. Pero la medida (y también la actitud) policial creó duras discusiones entre los pasajeros, de las cuales fue testigo AUNO.
Algunos exigen que los policías “protejan a los pasajeros antes de que estos asaltos se conviertan en un hábito”, otros no están conformes con la medida implementada por las comisarías de Carlos Spegazzini y Máximo Paz, tal como un muchacho que reconoció: “Me molesta que por el sólo hecho de no estar bien vestido me miren mal, yo soy un laburante”.
Por su parte, los colectiveros también tomaron sus recaudos para no ser asaltados cuando anochece. En primer lugar, comenzaron a circular con un chofer acompañante. Y en segundo, observan y evalúan las características de los pasajeros antes de dejarlos subir, de modo que si consideran a una persona “sospechosa” en la parada, no se detienen.
AAF-AFD
AUNO-22-08-07
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