Lomas de Zamora, junio 22 (AUNO).- Elsa Sánchez de Oesterheld, Abuela de Plaza de Mayo y viuda de historietista Héctor Oesterheld, autor de “El Eternauta”, falleció ayer a los 90 años. Su esposo y sus cuatro hijas, dos de las cuales estaban embarazadas y dieron a luz en cautiverio, fueron secuestrados y muertos durante la última dictadura militar.
La noticia de su fallecimiento fue confirmada por su nieto Martín Mortola Oesterheld, criado por Elsa desde los tres años. Nieto que le fue devuelto cuando sus padres se encontraban secuestrados en 1977. “Me dejó la persona que me crió y me acompañó en el camino de reconstruir la memoria de mis padres. Es el primer pariente que puedo enterrar y eso no es poco”, expresó Martín.
Héctor Germán Oesterheld, esposo de Elsa, fue secuestrado en abril de 1977. Se conocieron cuando él estudiaba geología y escribía libros de divulgación científica para chicos. Se casaron en 1947, y cinco años más tarde nació su primera hija, Estela. Luego llegaron Diana, Beatriz y Marina.
A principio de los ’70, las hijas del matrimonio comenzaron a participar en la actividad política en las filas de Montoneros junto su padre, a quien convencieron para que se sumara a la organización. Toda su familia pasó a la clandestinidad a partir del golpe de Estado cívico militar del 24 de marzo de 1976.
Nueve en total fueron los miembros directos de su familia que dramáticamente le arrebató la dictadura: sus cuatro hijas, su esposo, dos de sus yernos y dos nietos que estaban por nacer.
A los 85 años, Elsa Sánchez fue distinguida como “Personalidad Destacada de la Ciudad de Buenos Aires”. En aquella oportunidad manifestó haber “quedado mutilada” tras la desaparición de su familia, ya que “fue morir con vida” porque le “afectaron todos los órganos, menos la vida”.
La agrupación H.I.J.O.S despidió a la Abuela Elsa mediante un comunicado en el que expresó: “Nos enseñó a sobrevivir, a luchar y a volver a sonreír. Nadie puede saber cómo se sintió el desgarro que le produjo el terrorismo de Estado” y recordó que “Elsa sonreía a pesar de todo, había vuelto a sonreír” porque “ella misma dijo alguna vez que los tiempos políticos actuales le habían devuelto la alegría”.
Desde Abuelas de Plaza de Mayo, la organización en la que militaba activamente, la recordaron como una “luchadora” y remarcaron que “es una abuela más que se va sin poder abrazar a sus nietos”.
AUNO 22-06-2015
MTR-AFG