Memoria y justicia para los inundados

El recuerdo de la tragedia no hace más que intensificar el reclamo por las cuentas pendientes que la dirigencia política tiene con la sociedad
Por Leonardo Castillo

(AUNO*) Hace poco menos de un año, una extraordinaria crecida del río Salado dejaba a un tercio de la ciudad de Santa Fe sumergida bajo el agua. En apenas 36 horas, 130 mil personas debieron abandonar los quince barrios afectados por el desborde del río quedando muchos de ellos sin poder retornar a sus viviendas. La inundación se llevó oficialmente la vida de 23 personas y pérdidas materiales por más de 3300 millones de pesos. Si bien la catástrofe mostró la solidaridad de todo un país para con las víctimas, la unión de muchos evacuados en la lucha por sus derechos, y el eficiente trabajo que llevaron a cabo distintas organizaciones no gubernamentales en el lugar de los acontecimientos, también puso de manifiesto la incapacidad de las autoridades políticas ante el desastre.
Doce meses después de la inundación, continúan aún las denuncias sobre el manejo que recibieron las donaciones y el dinero en efectivo que llegaron a la provincia de la mano de subsidios otorgados irregularmente y de obras hidráulicas que todavía no se pusieron en marcha.
En los primeros días de mayo de 2003, Carlos Corvo, uno de los mil doscientos comerciantes que sufrió grandes pérdidas en su negocio de computación, decidió lanzar una convocatoria para reunir a todos los afectados con el propósito de reclamar una compensación económica. Fue así como nació CAUSAFE, una organización civil formada por los damnificados del desastre que convocaba por internet a unirse en el reclamo.
Aquella entidad fue el germen que meses después derivó en la creación de la ‘Carpa Negra de la Dignidad’, que se instaló frente a la Casa de Gobierno de Santa Fe como una forma de ejercer una presión constante sobre las autoridades. “Hoy estamos peor o igual que hace un año. Nadie se hizo cargo de nada. Hubo cosas irregulares en el otorgamiento de los subsidios y manejos políticos con la necesidades de la gente”, señaló Corvo en declaraciones a AUNO-Tercer Sector.
Corvo denunció que los subsidios llegaron “a la gente que no estuvo inundada” y que en determinado momento, los dirigentes del partido justicialista local “utilizaron el reclamo de la Carpa Negra como una forma de zanjar sus internas políticas”. Concretamente, se refiere a los incidentes que se produjeron el 29 de enero último, cuando se conmemoraron los diez meses de la tragedia. Aquella movilización derivó en una feroz batalla campal en el centro de la ciudad y la Casa de Gobierno resultó atacada por supuestos damnificados.
“Fue gente que utilizaron en nuestra contra para denostarnos ante la opinión pública –señaló-. Se trató de un pase de facturas entre distintos sectores del peronismo. Una vergüenza… Pero la sociedad se dio cuenta de la maniobra y la repudió”, afirmó Corvo.
Más allá de los dichos del fundador de Causafe, las denuncias sobre el manejo irregular que recibieron las donaciones todavía siguen. Semanas atrás, la Radio Universitaria de la Ciudad denunció que cuarenta toneladas de instrumental clínico donado por Australia, fueron retenidas durante meses en un depósito del Ministerio Provincial de Salud por orden de un ex funcionario. Además, trascendió que se desviaron fondos del estado nacional destinados a obras de infraestructura hidráulica que fueron empleados en tareas de bacheo de calles.
El último 7 de abril, una manifestación de ciudadanos recorrió las calles de la ciudad reclamando que el entonces gobernador de la provincia, y actual senador nacional, Carlos Reutemann, responda ante la justicia por estas irregularidades. Aunque existe una causa judicial que indaga sobre todas estas irregularidades, a cargo del juez Diego de la Torre, nunca se produjeron novedades.
Rafael Sotoca, un integrante de la organización Médicos sin Fronteras, que estuvo en Santa Fe cuando el agua comenzaba a bajar en medio de las temperaturas invernales, recuerda que el panorama sanitario que se vivía por aquellos días “era desesperante”.
“Cuando llegamos nos encontramos con un panorama aterrador. Era impresionante el panorama de la gente evacuada, en lugares improvisados y en condiciones higiénicas muy precarias. Había animales muertos en las calles y muchos desperdicios esparcidos por todas partes. Por suerte, el trabajo de los médicos locales fue bastante bueno y se pudo evitar el riesgo de una epidemia”, evoca Sotoca.

La negligencia pudo más
(AUNO) Uno de los argumentos más utilizados por la administración Reutemann para justificar su falta de respuesta era que se encontraban ante un suceso “imprevisto y totalmente anormal” que los había desbordado. Sin embargo, expertos de las Universidad Nacional del Litoral habían redactado varios informes donde señalaban que el problema podía suscitarse en cualquier momento.
Según un documento presentado por la Facultad de Ciencias Hídricas, el caudal del río Salado se había incrementado desde hacía por lo menos veinte años atrás. Recomendaban obras de contención en el oeste de ciudad y el desarrollo de un plan de contingencia ante un posible inundación. Las recomendaciones no fueron escuchadas.
“Si media ciudad quedó bajo el agua tiene que haber un responsable. Es mentira que nadie les avisó nada. Los técnicos de la facultad recomendaron una serie de obras y nada se hizo. Es más, aún no se iniciaron, como el cierre de la defensa en el oeste de Santa Fe y la construcción del tercer tramo de la avenida de circunvalación”, aseguró Alfredo Loseco, decano de la Facultad de Ciencias Hídricas de la Universidad del Litoral.
Lo significativo es que Santa Fe es la única ciudad de Latinamérica que tiene un facultad de Ciencias Hídricas. Sin embargo, no existieron consultas de parte del poder político local durante más de treinta años sobre el desarrollo de obras de infraestructura.

Un Foro para la reconstrucción
(AUNO) Cuando todavía no se tomó la decisión política sobre las obras que son imprescindibles realizar para que contener futuras crecidas de los ríos Paraná y Salado, existe en la capital provincial una problemática habitacional que el desastre natural no hizo más que profundizar.
Con el propósito de discutir propuestas sobre la reconstrucción y el rediseño de esta urbe, el Programa de Colaboración Institucional Frente a la Emergencia (Profice) lanzará un Foro Público sobre la reconstrucción de Santa Fe.
El encuentro se llevarán a cabo el próximo 14 de mayo en la ciudad Universitaria de la Universidad de Santa Fe y cuenta con el auspicio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).
El Profice es una entidad conformada en los primeros días del desastre, y que agrupa a todos los sectores científicos y académicos de la provincia que tiene como misión brindar aportes técnicos que permitan superar las cuestiones que determinaron, hace un año, la emergencia de la catástrofe.
“La inundación puso de manifiesto la existencia de dos ciudades en un misno territorio. Sobre todo en la zona oeste, que es la parte más baja de la ciudad; fue la más afectada por la inundación y era el sitio donde se concentraban la mayoría de la viviendas más precarias. Allí no habían defensas y no se realizó una política de prevención” explicó Sergio Buchara, director del Programa de Naciones Unidas a AUNO- Tercer Sector.
Buchara aseguró también que para revertir esta situación hace falta “un proceso muy largo sobre el ordenamiento territorial. Mientras eso suceda será necesario preparar a la población para afrontar cualquier tipo de contingencia hídrica.”, advirtió.
De las 23 mil personas que perdieron sus viviendas durante la inundación, actualmente, la mayoría se encuentra habitando la misma zona, y después de haber cobrado distintos subsidios, viven en situaciones de precariedad habitacional similares a las que tenían durante el año pasado. Pero para Hugo Arriaga, coordinador del Procife, “esta tendencia es parte de las condiciones sociales que favorecen la exclusión”.
“La gente no vive en zonas inundables porque le guste. Lo hacen porque fueron expulsados hacia ese territorio y porque no hay soluciones de fondo a sus necesidades sociales más básicas”. Para Arriaga, las soluciones deben partir del debate profundo que se genera en la sociedad. “Es necesario entender que la reconstrucción de una sociedad no depende de los profesionales de la política sino de todos los ciudadanos”, fundamentó.
El Foro Público está abierto a todos aquellos que deseen participar y se podrán presentar todo tipo de propuestas. Los interesados pueden enviar sus propuestasescribir al correo electrónico: @unl.edu.ar o comunicarse telefónicamente al (0342) 457 1194, interno 116.

El 29, marcha contra el olvido

(AUNO) El pasado 21 de abril se abatió sobre Santa Fe una copiosa lluvia y el fantasma de la inundación sobrevoló la memoria de los habitantes de la ciudad. Viviendas precarias instaladas en el oeste, a orillas del Salado, fueron afectadas por las precipitaciones. En algunas, incluso, entró el agua como un aviso que la catástrofe puede volver a repetirse en cualquier momento.
“Lo verdaderamente positivo de esta tragedia fue la solidaridad que recibimos de todo el país y la mano que nos dimos entre todos nosotros. La cantidad de comida y ropa que mandaron desde distintos lugares del mundo fue impresionante, lástima que no llegó todo porque fue a parar a otras manos –lamentó Corvo-. Pero lo importante es que más allá de todo, los santafesinos la seguimos peleando y no bajamos los brazos”.
El 29 de abril se cumplirá un nuevo aniversario de la inundación y los habitantes de la capital provincial saldrán a marchar para reclamar que nadie se olvide que el desastre no fue obra de la fatalidad o la mala suerte, fue producto de la impericia de una clase dirigente que se puso en evidencia antes, durante y después de la catástrofe.

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