“Me hice cargo de una parte de la historia de Bersuit”

El tecladista de Bersuit aprovecha el parate de la banda de Lanús para presentar su trabajo solista en Temperley, donde no toca hace 15 años. “Canto algunos canciones, pero la verdad es que cantante no soy y no me considero un frontman”, confesó durante una entrevista con AUNO, en la que recordó cómo surgió su amor por el tango y afrontó su nueva etapa musical, más íntima y lejos de la masividad.

Sergio Sánchez

Las rupturas, los momentos de incertidumbre, producen grietas, “fisuras”. Pero, muchas veces, antes que destruir, esas situaciones dan lugar a nuevas realidades y formas. Así lo demostró el músico Juan Subirá, quien aprovechó el “parate indeterminado” (pero no definitivo) de Bersuit Vergarabat para salir a tocar su disco solista, Fisura expuesta, grabado poco antes del distanciamiento con sus compañeros. Entonces, el tecladista de la banda de Lanús no le tuvo miedo al nuevo panorama y guardó en el ropero las desmesuradas fiestas “bersuiteras” cada vez más masivas para iniciar un camino intimista. “Fue un poco como volver a empezar, porque Bersuit llegó a lugares muy altos. Es una banda muy popular y representativa”, confesó el músico a AUNO antes de presentar su proyecto solista el sábado en un bar de Temperley.

Mientras adelanta a AUNO que el sábado tocará los bersuiteros “Los Elefantitos”, “Pájaro Negro” y “Hecho en Buenos Aires”, recuerda: “Volver a la zona Sur es regresar a un lugar que transitamos cantidad de veces con Bersuit”. Luego, cuando se entera que la entrevista saldrá en la agencia de noticias de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), se sorprende, ríe y vuelve a recordar: “¡Nosotros tocamos en la Universidad de Lomas, en 1996, en el playón, en la parte de afuera! Pero no fueron muchos porque en ese momento la banda no era popular”.

En su disco solista, Subirá se quedó con la faceta musical rioplatense de Bersuit. Claro, no es casualidad, ya que los tangos, murgas y milongas reflejados en discos como Hijos del culo casi siempre salieron de su pluma. “Es parte de la música que me identifica mucho. Los ritmos y sonidos del Río de la Plata me representan y me siento cómodo interpretándolos. Entonces, buena parte del show lo apoyo en esa pata. Tiene que ver con una parte de la historia de Bersuit con la cual yo tengo mucho que ver”, explicó el músico que no pisa un escenario de la zona sur del Conurbano hace 15 años.

“Tuve una necesidad artística –continúa— de exponer canciones que no iban a poder ser grabadas en otras situaciones. De alguna forma, con el disco, me hice cargo de una parte de la historia de Bersuit y rescaté temas como ‘Al Borde’ o ‘El tango que no silbó’. Y también cierta parte de mi historia con La Salud de los Enfermos, que fue una banda paralela a Bersuit que tuve hace 20 años. Y todo eso había quedado archivado en un lugar muy remoto de la memoria. El disco es un rompecabezas, una especie de antología donde yo rescaté canciones de muchos años atrás. Me pareció interesante que pudieran salir a la luz esas composiciones que siempre consideré muy peculiares”, especificó el músico acerca del origen de Fisura expuesta, un disco con canciones oscuras y evidente espíritu tanguero en el que desfilaron invitados de la talla de Andrés Calamaro, Palo Pandolfo, Flavio Cianciarullo, Gillespie y sus compañeros de Bersuit y La salud de los enfermos.

—¿Cómo fue el paso de tocar en recitales tan masivos y festivos con Bersuit, a tocar en show más íntimos?
—De alguna manera, ya viví este momento en otras épocas. No me resulta algo desconocido. Obviamente que después de que uno hizo todo ese trayecto, de tocar en lugares grandes como el Luna Park o la cancha de River, resulta un poco rara esta nueva etapa. Pero lo entiendo perfectamente, porque obviamente la gente cuando iba a ver a Bersuit tenía una química especial con las canciones que hicimos. Y esta es una nueva propuesta, que tiene muchas conexiones con Bersuit, porque yo pertenezco a la banda y compuse también muchos de los temas, pero lo importante es que puedo comprender eso.
—¿Te interesa la masividad?
—A cualquier artista le interesa grabar discos, que los escuchen muchas personas y que te vengan ver. Pero me parece que eso tiene que darse con cierta naturalidad, hasta que la gente comience a sentirse representada por una obra y un artista. Para mí no es sencillo el cambio después de tantos años de formar parte de una banda. Uno se acostumbra a un rol determinado.

El “cambio” del que habla pareciera destinarlo a tomar el liderazgo de su nueva banda. Sin embargo, reniega un poco de las características extrovertidas que debería tener un líder y se corre de ese estereotipo: “En mi nueva banda no me considero un ‘frontman’. Estoy a un costado del escenario y canto algunos canciones, pero la verdad es que cantante no soy. Canto algunos temas, me gusta hacerlo, pero el guitarrista y otros integrantes de la banda también cantan. De esa manera, puedo hacerle frente a muchas canciones, pero otras son complejas y realmente no me siento capacitado para ponerles la voz. Y tampoco tengo el estilo o la personalidad de un líder, como por ejemplo, para bailar en el medio del escenario. Me lo tomo de otra manera. Inclusive, el carácter de las canciones no lo amerita, porque son densas y oscuras. Entonces, pasa un poco por otro lugar y la gente también lo entiende así. Es otra forma de comunicación que la que teníamos con Bersuit”.

Tanto en su voz rasposa como en sus composiciones, Subirá evidencia su amor por el tango. Sin embargo, confiesa, inesperadamente, que de chico le generaba “rechazo”. No, no fue un amor a primera vista, pero hoy nadie podría no relacionar su música con el tango. Hasta Gustavo Santaolalla lo invitó a componer un tema para Bajo Fondo Tango Club después de fascinarse por “Pájaro Negro”, una canción que el tecladista compuso para la Argentinidad al Palo.

“Escuché tango de pequeño, por todos lados, porque es la música de la ciudad, de Buenos Aires. Nací en Lanús pero a los 7 años me fui a vivir a Barracas con mis viejos y pasé por muchos barrios tangueros, como San Temo, La Boca y Saavedra. En casa se escuchaba y la verdad es que no me gustaba, me provocaba rechazo. Sin embargo, aproximadamente a los 16 años, cuando empecé a abrir más los oídos, descubrí ciertos discos de mi papá, como uno de Aníbal Troilo. De pronto, me sorprendí a mi mismo deleitándome con esas canciones, con esa forma de decir las cosas y aprendiéndome las letras. Fue bastante sorpresivo”.

Juan Subirá se presentará el sábado 7 a las 22 en Finisterre, Meeks 1183, Temperley (frente a la plaza y estación de trenes)

SES-AFD
AUNO-06-08-10

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