Un infarto de miocardio es la muerte de parte del tejido que conforma el corazón, lo que provoca que deje de funcionar plenamente y de forma irreversible. A raíz de la obstrucción de alguna de las arterias coronarias, parte del corazón deja de recibir sangre, y muere. Pero mediante una nueva técnica que consiste en el implante de células madre en el corazón es posible regenerar el tejido y recuperar totalmente la función cardíaca.
El médico Jorge Genovese, presidente honorario del Comité de Ingeniería de Tejidos de la Sociedad Internacional de Bioingeniería de Tejidos y uno de los investigadores que desarrolló el método, explicó que “esta técnica es posible gracias al desarrollo de la ingeniería de tejidos, con la que se pudo comprobar que tomando células y haciendo un cultivo se pueden obtener órganos o suspensiones de células que, injertadas, pueden reparar un órgano”.
el implante de las células se hace mediante una cirugía que, una vez finalizada, requiere de una internación de sólo una o dos semanas. “El procedimiento consiste en inyectar directamente en el corazón infartado células madre, que son indiferenciadas y son capaces de generar tejidos. Una vez alojadas en la zona lesionada por el infarto, las células comienzan a reproducirse y regeneran el lugar en el que antes había una cicatriz”, explicó Genovese.
Para aplicar esta técnica no es necesario contar con donantes, ya que los injertos utilizados son extraídos de la misma persona que las va a recibir. Las células madre pueden tener dos orígenes: de la médula ósea o de músculos esqueléticos como por ejemplo los cuádriceps, que se denominan mioblastos.
Las células madre más utilizadas son los mioblastos, porque se multiplican fácilmente y tienen bajas probabilidades de transformarse en células cancerosas. Por medio de una biopsia se extraen entre 10 y 15 gramos de células, para luego ser cultivadas durante 3 ó 4 semanas hasta que se multipliquen y lleguen a la cantidad de 200 millones.
Si bien para realizar el procedimiento es necesaria una cirugía cardíaca, ya se está trabajando para que los implantes de células se realicen a través de un catéter.
Con el injerto celular ya se realizaron investigaciones que dieron resultados favorables en el Hospital Presidente Perón, de Avellaneda, y se atendieron a alrededor de 50 personas en la Argentina.
Los horizontes de la medicina regeneradora van más allá de la cardiología: también se están realizando estudios sobre métodos que sirvan para tratar casos que van desde quemaduras en la piel hasta los males de Alzaheimer o Parkinson. “Es una alternativa única para tratar patologías en las que hay una disfunción o pérdida de las células”, aseguró Genovese.
AUNO 11-11-04 LL/EV