Lomas de Zamora, diciembre 20 (AUNO).- Especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) analizaron la calidad de treinta variedades y marcas de sidra, una de las bebidas de consumo popular para las fiestas, y llegaron a la conclusión de que algunas tienen un conservante no permitido, otras no alcanzan el parámetro exigido para denominase “sidra” y varias carecen en su etiqueta de información útil para el consumidor, y en algunas .
El análisis se realizó sobre una bebida cuyo consumo se concentra en un 80% entre los meses de octubre y diciembre. Como parte del “Programa de desempeño de productos”, el INTI analizó lo que, según el Código Alimentario Argentino (CAA), es la resultante “exclusivamente de la fermentación alcohólica del jugo recién obtenido de manzanas sanas y limpias, con o sin la adición de hasta un 10% de jugo de peras” al cual se le agregan endulzantes y gasificantes.
Los técnicos del Instituto analizaron 30 presentaciones de sidras correspondientes a 20 marcas existentes en el mercado, una de las cuales corresponde a una marca propia de un supermercado. Los ensayos se realizaron en los laboratorios del Centro INTI-Agroalimentos e INTI-Diseño Industrial y las muestras fueron obtenidas en distintos puntos de venta del país: Ciudad Autónoma de Buenos Aires y provincias de Buenos Aires, Mendoza, San Luis y Río Negro.
En base a los ensayos y análisis físico-químicos que se efectuaron, se detectó el conservante benzoato en nueve de los productos analizados sobre un total de 30. Se trata de un conservante no permitido en este tipo de bebidas por el Código Alimentario.
Si bien es empleado en numerosos alimentos por su actividad antimicrobiana, hay personas sensibles a estas sustancias que, por simple contacto con la piel, manifiestan síntomas típicos de una alergia en forma principalmente de urticaria. Las personas sensibles al ácido acetilsalicílico (la clásica aspirina) tienen más probabilidad de manifestar sensibilidad a los benzoatos dada la semejanza en la estructura química de ambos compuestos. También son más propensos a reacciones de tipo alérgico a estos aditivos quienes manifiestan sensibilidad a la tartracina (aditivo colorante).
Según informó el organismo, la tendencia mundial es utilizar cada vez menos benzoato y sustituirlo por otros conservantes de sabor neutro y menos problemáticos, como el sorbato y el dióxido de azufre que sí están permitidos para prolongar la vida útil del producto evitando el desarrollo de microorganismos. Si bien en los casos analizados los valores obtenidos en estos dos conservantes permitidos se corresponden a los admitidos por el Código Alimentario, en uno de los productos el fabricante no lo declaró en el listado de ingredientes y, peor aún, ocho declararon en su etiqueta “sin conservantes”, cuando en realidad, sí los tenían.
Por otro lado, la cantidad del extracto seco, la masa del residuo fijo obtenido después de la evaporación de las sustancias volátiles de la sidra, es uno de los parámetros que establece el Código Alimentario como condición para definir que una bebida pueda llamarse “sidra”. De los productos analizados, cinco presentaron un valor de extracto seco menor al que corresponde a sidra.
Además, en cuatro productos analizados se advirtió que la acidez volátil dio un valor muy cercano al límite establecido por el Código para considerar una sidra apta para el consumo. Si bien los resultados están dentro del límite hay que tener en cuenta que este parámetro es un indicativo de la alteración por bacterias lácticas que imparten un gusto ácido a la sidra. Este tipo de alteración no causa un efecto dañino a la salud pero modifica el sabor del producto.
Respecto de la seguridad del envase, se observó que de los 30 productos analizados, al intentar ser abiertos, en tres casos el corcho saltó solo, lo que implicaría un riesgo para quien manipula la botella.
Por último, al evaluarse la información útil al consumidor, que debería estar presente en el envase del producto, se advirtió que 16 marcas carecían de alguna o varias de las informaciones esperables.
Según el INTI, el informe tiene por objetivo, además, fortalecer la producción nacional de sidra, que alcanza a los 40 millones de litros al año, y acercar a las empresas productoras, concentradas en las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Mendoza y San Juan, información técnica que permita incluir mejoras en sus procesos y productos.
El informe completo puede encontrarse en http://www.inti.gob.ar/productos/pdf/informe_sidra.pdf
AUNO 20-12-13 EV