Las mujeres dijeron no a la violencia de género

La caminata con el colorido de estandartes, cantos y reparto de folletos informativos por el Día de la No Violencia contra la Mujer tuvo lugar en las calles de Remedios de Escalada. El propósito fue mostrar el problema y hacer visible la discriminación para que la gente se involucre en un problema que suele ser silenciado.

“Cuando una mujer dice que no, es no.” Esas fueron las palabras con las que se comenzó hoy la caminata por el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer en la localidad de Remedios de Escalada, Lanús. Alrededor de 30 mujeres integrantes de organizaciones defensoras de los derechos humanos expresaron su repudio hacia la problemática e hicieron oír su reclamo con carteles, folletos, cantos y pañuelos color violeta, en alusión a la lucha contra la violencia de género.

Un cartel decía: “No te calles ni te avergüences”. En la sede de la organización Fundación Propuesta, a las 10 en punto varias mujeres reunidas esperaban para comenzar la marcha. Entre café, mate y medias lunas, ajustaban los últimos detalles y programaban los cantos.

En diálogo con AUNO, Irene Leiva, una mujer víctima de la violencia familiar, aseguró que en la fundación encontró un espacio de “apoyo y contención” que la ayudó a “reconstruir” su vida. A ella le fue “muy difícil pedir y recibir ayuda, estaba muy asustada y sentía que era responsable del maltrato y las amenazas” que recibía primero de su marido y luego de sus hijos. Y cuando decidió a hacer la denuncia en la comisaría, la respuesta de la Policía fue que “debía tener más paciencia” con su esposo.

Como es frecuente en otros casos, la mujer señaló que su pareja tenía “una doble personalidad”: fuera de la casa era un hombre “simpático, amoroso y seductor”, pero adentro era una persona muy violenta, “cuando se enojaba rompía todo lo que estaba en su camino”.

Luego de separarse, el sufrimiento de Leiva continuó con sus hijos, quienes “lamentablemente fueron muy marcados por el accionar del padre”; es más, uno de ellos toma “ansiolíticos y está en tratamiento psicológico”, el más grande —que está casado— “tiene graves problemas de pareja” y el más chico “tiene muchas arranques violentos como el papá”.

Durante la reunión en la fundación, una de las organizadoras informó que el 25 de noviembre se conmemora el Día de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer en homenaje a la muerte de las tres hermanas dominicanas Mirabal en 1960, denominadas por el pueblo “las mariposas”. Ellas fueron activistas políticas y se enfrentaron durante esos años al gobierno del dictador Rafael Trujillo, quien fue presidente de la República Dominicana entre 1930 y 1961.

Es así, como en el Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe celebrado 21 años más tarde en Colombia se decidió que esa fecha era la indicada para que todos expresaran su apoyo contra la violencia de género, que también recibe el nombre de “Día de las Mariposas”.

Dora Almaraz, una integrante de asociación civil “Inténtalo que puedes” de ayuda a chicos discapacitados, asistió a la marcha y explicó que además de estar allí en representación de la organización, ella fue víctima de un hecho de violencia cuando uno de sus compañeros de trabajo, tras una discusión laboral, la atacó “brutalmente” con una muleta y le provocó “graves heridas en el rostro”. Según Dora, el hombre sufrió “un ataque de nervios y aún no fue apartado de su cargo”.

Pasadas las 11, todas las mujeres listas con estandartes, panfletos y pañuelos en las cabezas o en el cuello posaron para una foto, ensayaron la canción elegida: “Aprender a volar”, de Patricia Sosa, y partieron rumbo a la plaza principal de Remedios de Escalada, ubicada frente a la estación de trenes.

Un megáfono acompañaba la caminata y dirigía los cantos. Los vehículos tuvieron que disminuir la velocidad y la gente se asomaba a la calle para ver que ocurría.

Durante el recorrido las mujeres difundieron su reclamo y explicaron cuál era el motivo de la pequeña pero llamativa manifestación. En forma organizada, repartieron folletos y revistas no sólo a la gente que pasaba sino que ingresaban a los negocios e incluso en la comisaría de la zona.

Una vez en el lugar de destino, en la esquina de la avenida Hipólito Yrigoyen y Juan de Garay, cada vez que la luz del semáforo se ponía en rojo algunas de las mujeres repartían entre los autos revistas y folletos que contaban de qué se trataba la lucha contra la violencia de género. Otras en cambio, continuaban con los cantos y los estandartes en alto.

El único hombre que participó de la marcha —y que prefirió reservar su nombre— expresó a AUNO que él estaba en representación de su madre, que había sido abusada sexualmente en reiteradas oportunidades. El hombre explicó que su padre fue “el primero” y tras ese hecho la mujer fue “obligada por la familia a casarse”. A la vez, señaló que él se enteró de lo sucedido luego de la muerte de su papá, ya que la madre nunca se había animado a hablar porque “vivía amenazada”.

En alusión al terreno laboral, Araceli Clemente una representante de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) expresó que la adhesión del gremio a la lucha contra la violencia de género se debe a que dentro del sistema capitalista y neoliberal la mujer es “la más perjudicada y se encuentra siempre en inferioridad de condiciones” respecto al hombre. Es así que destacó que dentro de la institución y a nivel nacional hay una secretaría de género que “acompaña los encuentros de mujeres y lucha por la igualdad”.

Respecto al objetivo que persiguió la movilización del sábado 24 al mediodía, una de las organizadoras y presidenta de Fundación Propuesta, María Susana Devoto, destacó que los resultados fueron “muy positivos” y a pesar de que fue la primera marcha que organiza esa organización con el apoyo del Fondo de desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) consideró que “el propósito de hacer visible y pública la problemática fue cumplido”.

La extorsión, el insulto, la amenaza, el coscorrón, la paliza, el cuarto oscuro, la ducha helada, el ayuno obligatorio, la prohibición de salir, de hacer lo que piensa y lo que siente y la humillación pública son, según el escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano, algunos de los métodos de penitencia y tortura tradicionales en la vida familiar. Por este motivo, como indica el autor, la lucha por los derechos humanos tendría que empezar por casa.

RCI-AFD
AUNO-25-11-07
locales@auno.org.ar

Dejar una respuesta