Las Lomitas: de la nada a icono del cosumo exclusivo

La iniciativa fue de un restaurante hace diez años. Hoy, los comerciantes se anotan en listas de espera y buscan nuevas alternativas ante la insuficiente oferta inmobiliaria que produce este “boom” comercial en un radio de diez cuadras. Los martilleros aseguran que el crecimiento se extenderá y prevén que no quedará nada por alquilar. Un icono de la concentración comercial y el consumo exclusivo.

Mariano Verrina

Desde su surgimiento, el centro comercial Las Lomitas evidenció un crecimiento constante hasta estos días en los que la demanda supera ampliamente a la oferta. El metro cuadrado en esa zona sur del centro lomense, que abarca poco más de diez cuadras, cuesta entre 1.200 y 3.000 dólares. Por el alquiler de un local que hace tres años valía 1.500 pesos mensuales, hoy como mínimo piden 5.500. Como si fuera poco, las inmobiliarias y algunos martilleros prevén que esta situación se extenderá a toda la región. Es un mundo aparte.

La zona tiene un ambiente diferente a simple vista de los céntricos tradicionales en Lomas de Zamora. A sólo un par de cuadras de la peatonal Laprida y con Colombres como la “calle madre”, se abre un lugar plagado de restaurantes, bares y edificios de departamentos diseñados con el mejor estilo de los barrios exclusivos de Capital Federal.

Si bien no hay una fecha exacta del crecimiento, todo comenzó hace casi diez años con la apertura del restaurante “La Quintana”, ubicado en la esquina de Colombres e Italia. A partir de allí, el desarrollo fue constante y las ofertas cada vez más heterogéneas, aunque en los últimos cinco años la realidad superó cualquier expectativa previa.

Por estos días, el fenómeno de Las Lomitas dejó de ser solamente comercial para transformase en social. Así, se puede ver copando cada local a parejas de todas las edades, familias, señoras mayores con su tradicional té de las cinco de la tarde y a vecinos que salen a dar una vuelta en esta zona top.

“Un local de 25 metros cuadrados en Las Lomitas no se consigue por menos de 100 mil dólares, y según en qué lugar puede ascender a 300 mil. Esos valores, en relación con los de Banfield son totalmente diferentes; pueden bajar hasta un 50 por ciento”, explicó la martillera Beatriz Lanatti, quien evaluó que, con el tiempo, la zona “se irá expandiendo hacia las localidades vecinas”.

Según la Cámara de Comercio de Lomas de Zamora, poner un restaurante en el corazón de Las Lomitas cuesta aproximadamente 300 mil dólares, y el metro cuadrado vale cerca de 1.200. Ahora, si caminamos unas pocas cuadras, los valores bajan considerablemente, casi hasta la mitad.

Con la demanda en aumento y escasez de oferta, se agudizó el ingenio de los empresarios; y ahora la vedette es comprar inmuebles viejos, refaccionarlos —a veces no tanto— y convertirlos en un auténtico local comercial. “Algunas firmas se han animado a remodelar casas para hacer restaurantes, pero todavía esa zona es demasiado residencial. Hay cientos de ofertas, pero muchas veces los propietarios no quieren dejar su lugar. Ahí ya empieza a pesar lo económico. Por ejemplo, un local de 100 metros cuadrados en Sixto Fernández e Italia se alquila pora 3.500 o 4.000 pesos”, explicó Lanatti.

Desde Alem propiedades manifestaron que hay listas de espera, y como no hay locales se están haciendo contratos a casas para reciclar como comercio. También revelaron que se está “colonizando” la zona para el lado de Temperley y que los precios de las propiedades ya no bajan de los 200 mil dólares. En cambio para el lado de Banfield, se desdibujó mucho lo comercial y las propiedades que se venden son más para oficinas o como hogares.

¿VIVIR AHÍ?
Además de la falta de inmuebles para el comercio, aquellas personas que buscan una vivienda por la zona tampoco pueden conseguirla, ya que lo poco que quedó libre está destinado a firmas comerciales que pueden responder mejor a las demandas económicas.

Sobre este tema, Nora Castellanos, dueña de Castellanos Inmobiliaria, admitió que “es muy difícil encontrar un lugar para vivir en la zona” y detalló que ante esta situación se produce una situación algo paradójica: “Mucha gente está desesperada porque no logra conseguir una vivienda y trata de adquirir locales para utilizarlos como casas”.

“La oferta es muy poca porque la mayoría de los locales que se abren son gastronómicos y están ubicados en un radio de diez cuadras a la redonda. Pero el espacio es limitado, estamos llegando a un momento en que ya no quedan más huecos por llenar. La demanda se incrementó entre el 20 y 30 por ciento en comparación a otros años”, precisó la empresaria.

EFECTO CONTAGIO
Semejante movimiento no tardó en expandirse hacia zonas vecinas. En Adrogué, por ejemplo, la situación es similar. Lo único diferente es que, antes de la aparición de Las Lomitas, el de Almirante Brown fue el principal centro comercial y gastronómico de la zona sur. Ahora el reparto es un poco más amplio pero, al igual que en Lomas, ambas zonas no dan abasto.

Indagando en las principales inmobiliarias la respuesta fue la misma: “No hay nada para alquilar”. Las explicaciones giraron en torno de que antes, el centro comercial de Adrogué se restringía a algunas cuadras muy acotadas, pero desde que no hay alquileres por ningún lado la gente se extiende más y tiene menos pretensiones, y piden en zonas más alejadas que hace algunos años no estaban explotadas.

Nadie se explica realmente el por qué de este gran auge de una zona hasta hace muy poco tiempo, común y corriente. No se esperaba este crecimiento. Lo llamativo es que cada vez son más las opciones comerciales y ninguna de ellas sufre pérdidas. En el último tiempo, la tendencia fue poner locales de comida típica extranjera. Primero fue la oriental con el sushi a la cabeza, después la mexicana y ahora el abanico se abrió mucho más incluyendo, entre otros, locales exclusivos de comida árabe o peruana.

UNA CUESTIÓN DE CLASE: LA SEGURIDAD
“Esto antes era otra cosa, estaba todo oscuro, ahora se puede caminar tranquilo.” Palabra más, palabra menos, eso es lo que sienten todos los vecinos de Las Lomitas. Además de ofertas comerciales, el crecimiento de la zona brindó algunos beneficios extra. Uno de ellos, el más importante según la mayoría, es la sensación de seguridad que tienen en ese sector debido a la buena iluminación y la presencia de seguridad privada en cada uno de los negocios.

“Vengo de trabajar a la noche y prefiero volver por Colombres antes que por Laprida. La zona mejoró mucho, pero lo más rescatable es la seguridad. Cada restaurante tiene su custodia y eso es muy importante”, contó Cristina, una de las tantas personas que vive y transita esa zona a diario.

Es viernes a la noche y el panorama muestra las mesas de las veredas repletas. En el interior de los locales el público es heterogéneo: desde señoras mayores cenando hasta jóvenes que comen una picada todavía con el uniforme escolar puesto. Todos conviven en el mismo ámbito y coinciden en que allí están más seguros que en otros lugares de la zona.

Lo mismo notan los responsables de los locales gastronómicos. Es el caso de Horacio Andrade, encargado de la parrilla “La Bernardita”, ubicada en Sixto Fernández y España, que señaló que “la gente ya no va tanto a Capital por la inseguridad” y aseguró que “en la zona hay patrulleros durante todo el día y con eso la gente se siente más tranquila”.

LAS LOMITAS EN NÚMEROS

  • U$S 420.000* cuesta adquirir una propiedad de 300 metros cubiertos.
  • U$S 300.000* sale comprar un local para un restaurante.
  • U$S 3.000* vale el metro cuadrado, aunque no hay disponibilidad.
  • U$S 2.000* piden por el metro cuadrado en el centro de Banfield.
  • U$S 1.000* sale el metro cuadrado en Laprida, a cuatro cuadras de Las Lomitas.
  • U$S 3.500* cuesta alquilar por mes un local de 5 metros por 7 en Las Lomitas.
  • U$S 2.500* piden por un local de las mismas medidas en el centro de Adrogué.
  • U$S 1.800* vale un local igual en Laprida.
  • 50* por ciento es la diferencia entre la demanda y la oferta de alquileres.
  • 10* el radio de cuadras que abarca Las Lomitas.
  • 100* los pesos que puede llegar a costar por persona el menú más caro en la zona. Por ejemplo, en el restaurante Sixto: lomo con guarnición, vino y postre.
  • 25* los pesos que puede llegar a costar el menú más barato. En La Quintana: una pizza de muzzarella, una gaseosa y un postre.
  • 50* la cantidad aproximada de locales gastronómicos en esas cuadras.
  • 5* los pesos que cuesta la estadía de 12 horas en un estacionamiento.

MV-LS-AFD
AUNO-28-12-07
locales@auno.org.ar

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