Mirta Baravalle y Nora Cortiñas mientras juegan a la pelota en el Congreso o cantan junto a León Gieco en el hotel Bauen. Esas son algunas de las imágenes que expone la fotógrafa Karina Díaz en el centro cultural El Telégrafo, en la ciudad bonaerense de Monte Grande, hasta el 31 de marzo, para reivindicar la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo por la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Díaz, de 54 años, es empleada del subte porteño y se cuelga la cámara en sus tiempos libres. Los registros que hizo en estos 15 años de trabajo pueden verse en La memoria no se borra. La fotógrafa contó a AUNO que su acercamiento al movimiento de los derechos humanos tuvo lugar por una observación que le hizo su madre cuando ella era chica: «Menos mal que naciste después de la dictadura«.

«Ella lo dijo al comparar el carácter de mi hermano, que es totalmente pacífico, y yo, que soy una polvorita», explicó. En ese sentido, le dejó claro que “donde estén las Madres, siempre hay que estar”.
Además de Baravalle y Cortiña, las imágenes inmortalizaron retratos de Elia Espen y Alda Bogo de Sarti, y recuperan historias como la María Oshiro, mamá de Jorge Oshiro, secuestrado el 10 de noviembre de 1976 y que aún hoy permanece desaparecido. «María no usó el pañuelo hasta que murió su esposo por una cuestión cultural», explicó Díaz. Además, reivindica la memoria de las y los desaparecidos del partido bonaerense de Esteban Echeverría.

Un ejemplo de lucha
Baravalle y Cortiñas son las principales homenajeadas de La memoria no se borra por su incomparable lucha, destacó la fotógrafa en diálogo con AUNO. «Norita abrazó muchísimas causa, no sólo en el país, también algunas del ámbito internacional, como la de las mujeres kurdas de Palestina, y los estudiantes que desaparecieron en México», agregó.
Entre quienes visitaron la muestra este sábado estaban Delia Fucci, madre de Pablo Fucci, que murió en la masacre de Cromañón; junto a Inés Alderente, madre de Marcos Sebastián Acuña, quien fue víctima de gatillo fácil el 28 de agosto del 2015 por agente de la Prefectura de Quilmes, y de Gustavo Alejandro Alderete, que fue asesinado por delincuentes el 3 de agosto del 2020 en una entradera.

Ambas mujeres explicaron que en ese doloroso camino de perder un hijo «encontraron fuerza y una alegre rebeldía en Norita y Mirta, esas mujeres llenas de luz». «Entre todo ese dolor y esa desgracia, lo mejor que me pasó fue haberlas conocido. Ellas me levantaron a mí», aseguró Fucci.
Alderente, por su parte, recordó: «Norita me agarró la mano y me dijo ‘que nadie te vea llorar, que te vean con esa templanza y esa sonrisa, que es lo que dejó tu hijo, para luchar por su memoria.’ Ella es mi ejemplo».

«En este contexto, a 49 años del Golpe, Norita estaría en las calles. Para ella, ese era el único lugar de lucha», cerró Díaz.
AUNO-24-03-2025
CS-MB