Hasta luego Daniel

Tenías la simpleza de un maestro que no demostraba todo sólo para que nosotros hiciéramos el ejercicio de pensar. Enseñaste en la facultad, acompañaste en el laburo y seguiste siendo el gran maestro. Apasionado de lo que sabías hacer como pocos. No le escapabas a ninguna discusión. Fanático de Boca y de tus hijos. Compañero de redacción y de camino rumbo al sur desde NA. Vamos a extrañar hablarte, escucharte. Prometemos no olvidar jamás lo que nos enseñaste en el periodismo: intentar siempre ser franco y buena gente.

El periodista y profesor universitario Daniel Casal, uno de los fundadores de la agencia de noticias AUNO, falleció de un paro cardíaco en su casa de la localidad bonaerense de Longchamps. Tenía 56 años, ejercía como jefe de la Sección Economía de la agencia Noticias Argentinas desde hace más de diez años y era titular de la cátedra de Periodismo Gráfico II de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.

Casal —llamado simplemente Dany o “Tomate” por quienes lo trataban en confianza— era un referente de la redacción de NA, donde trabajó al comienzo en Deportes, como colaborador, y luego en Economía.

Allí se destacó como un fino observador de la realidad, y también desde allí firmaba agudos análisis, tanto en el orden económico como en el mundo de la política nacional.

Apasionado del periodismo y dedicado docente universitario, fue maestro y formador de muchos jóvenes periodistas que aprendieron junto a él en las aulas lomenses y en la redacción de NA, desde donde sobresalía tanto por su humor como por la pasión que ponía en los debates.

Nacido el 20 de marzo de 1955, estaba casado y era padre de
cuatro hijos. Fue uno de los creadores en 1991 de la Agencia Universitaria de Noticias y Opinión (AUNO), en la facultad de Sociales de Lomas de Zamora, la primera experiencia académica de este tipo en Latinoamérica, y un cultor de la escritura pulcra de cables de noticias. Pero, por sobre todo, era destacado y reconocido por sus colegas y compañeros como una persona digna y honesta.

Se fue Daniel Casal. Demasiado rápido, como su modo de caminar. Demasiado pronto, con todo lo que quedaba en el tintero para escribir. Una mujer de fierro y cuatro hijos de oro siempre lo van acompañar. Sus compañeros lo vamos a extrañar. Será imposible que su ausencia pase desapercibida.

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