Lomas de Zamora, abril 21 (AUNO)-.Un equipo de técnicos del centro de INTI-Caucho desarrolló un pegamento que se obtiene a partir de la sangre animal, residuo que contamina los efluentes pero cuyo poder de adhesión es óptimo para ligar estructuras destinadas a la construcción en madera.
La formula es similar a la utilizada por los aztecas en construcciones, muchas de las los cuales permanecen aún de pie.
Debido a su bajo costo y alto poder de adhesión, las resinas a base de urea-formaldehído son ampliamente usadas como pegamentos para aglomerados y laminados. Sin embargo, tanto en su fabricación como en las tareas posteriores de aplicación, se libera formaldehído, una sustancia altamente tóxica que la Organización Mundial de la Salud declaró como agente cancerígeno.
Este emprendimiento facilitaría la exportación de productos a Europa y los Estados Unidos, donde existen limitaciones en relación al empleo de adhesivos con formaldehido
La metodología de aplicación de este material es la misma que con la resina ureica derivada del petróleo, lo que significa que no es necesario modificar los procesos productivos. Se disuelve el polvo de sangre en agua y se agregan sustancias que mejoran sus propiedades. El adhesivo resultante se mezcla con aserrín y es colocado en una prensa con una temperatura que logra evaporar el agua. No se necesita realizar una inversión tecnológica, ya que es posible utilizar el mismo equipo con el que se mezcla el pegamento sintético, pero su materia prima es más económica.
Al respecto, los científicos explicaron que por tratarse de un producto 100% orgánico, “hay que fabricarlo en el lugar”, debido a que se descompone fácilmente, pero su poder de adhesión posee una duración indefinida, tal como lo demuestran los castillos construidos en la edad media utilizando este tipo de pegamento y que aún hoy pueden visitarse.
Esto demuestra que los adhesivos utilizados antes de que aparecieran los productos derivados del petróleo, y que son biodegradables en su totalidad, “poseen una eficacia de adhesión tan o más importante que los primeros”, informaron a través de un comunicado.
El principal destinatario de este producto es la industria maderera, especialmente aquellas empresas que fabrican laminados y aglomerados y que emplean adhesivos no aptos para la exportación de sus productos.
Actualmente, la sangre que se genera en los frigoríficos es usada para chacinados y la elaboración de polvo o harina proteica con la que se fabrica el alimento balanceado para animales, pero la mayor parte se descarta, generando contaminación. Por eso es importante prever posibles usos, ya que según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura , quien a través de la iniciativa “Save Food” busca disminuir la gran cantidad de alimentos que se desperdicia por año en el mundo (1.3 mil millones de toneladas).
La producción estimada de carne ovina, porcina y avícola a nivel mundial por año es de alrededor de 265 millones de toneladas, correspondiendo de ese total a la Argentina 4.446.000 toneladas.
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