Denuncian falta de enfermeros en los hospitales de zona sur

Según ATE, el déficit es “histórico” y se debe a la aplicación de políticas “de no nombramiento” y a la absorción del sector privado, que paga mejores sueldos. La diferencia supera el 100 por ciento. Los trabajadores de la salud estatales, por su parte, denuncian que no se renuevan las vacantes.

El déficit de personal de enfermería en los hospitales de la zona sur “ha llegado a un punto límite”, sentenció la secretaria gremial de la Asociación de trabajadores del Estado (ATE) de Lomas de Zamora, Susana Ancarola. La gremialista denunció que “con un enfermero cada 15 pacientes en el hospital Gandulfo, uno cada 100 en el Estévez y uno cada 25 en el Oñativia, los centros sanitarios de ninguna manera pueden funcionar bien”. Paralelamente, las previsiones indican que el 21 por ciento del personal de enfermería que depende del gobierno bonaerense se jubilará en el corto plazo, hecho que “agravará la situación”.

En diálogo con AUNO, Ancarola aseveró que el faltante de personal es “histórico” porque “la decisión política de no nombrar personal para esos cargos viene aplicándose desde hace años, y el presupuesto destinado para la Salud no se amplió acorde al crecimiento y la demanda de la población”.

De otro modo opinó Nelson Donato, director asociados del hospital Luisa C. de Gandulfo, de Lomas de Zamora, respecto a la actitud del gobierno bonaerense frente a la problemática que, según las denuncias, se da en la provincia. “Hay una voluntad política de resolver el conflicto, pero aún quedan muchas cosas que vienen arrastrándose desde hace mucho tiempo, y que hay que corregirlas”, consideró el médico.

Según Donato, “los nombramientos de enfermeros a través de becas salen muy rápido” en el hospital que él dirige, motivo por el cual consideró que el origen del déficit de esos profesionales de la salud se debe a “la falta enfermeros que quieran venir a trabajar”.

Para los miembros de ATE, las causas de la escasez de personal de enfermería son otras: “Enfermeros hay –afirmó Ancarola-, lo que pasa es que no hay gente que quiera trabajar por un sueldo que está por debajo de la canasta básica”.

La problemática tuvo un espeso lugar en la agenda del gobierno de la provincia de Buenos Aires hace aproximadamente dos años. Por entonces, el Ejecutivo había atribuido la falta de enfermeros “a la devaluación de la actividad frente al resto de las profesiones del campo de la salud”.

Dos años atrás y “con el objetivo de recrear las condiciones laborales que permitan recuperar el atractivo y el interés por el ejercicio de la disciplina”, el gobierno de Felipe Solá impulsó planes de “capacitación y jerarquización” de la actividad.

Uno de ellos, “Mil Corazones”, se implementó en los hospitales bonaerenses para incrementar el número de enfermeros profesionales. Al respecto, Donato recalcó que con esa iniciativa, “además de mejorar la situación deficitaria, también se apuntó a mejorar la calidad de los empleados”.

En la misma tónica, el secretario de Salud de Esteban Echeverría, Miguel Frigerio, atribuyó al titular de la cartera sanitaria bonaerense, Claudio Mate, “el mejoramiento de la situación a partir de la aplicación de planes de capacitación y jerarquización de la disciplina con los que se logró incorporar gran cantidad de enfermeros en los hospitales de la provincia”.

El funcionario aseguró que en el hospital municipal Santamarina, de Monte Grande, “la planta de enfermería está completa”, y sin negar la falta de enfermeros a nivel provincial, atribuyó la causa del problema global a la “insuficiente difusión y remuneración de la actividad que hace que las personas se inclinen por otras carreras terciarias mejor pagas”.

Para las personas que ejercen la profesión, el tema de los salarios es la razón principal del faltante de empelados. De hecho, Cristina, una enfermera del Hospital Alende de Ingeniero Budge que prefirió reservar su apellido, adujo que “los cargos no se renuevan por los bajos sueldos”.

La diferencia económica entre los sueldos de un enfermero que trabaja para el Estado provincial y uno que trabaja en una clínica privada o un hospital de Capital Federal es amplia. “Un enfermero estatal provincial no gana más de 950 pesos, mientras que uno que trabaja en el sector privado o en el estatal porteño percibe cerca de 2000”, comparó Ancarola.

“Los trabajadores jóvenes que ingresan a nuestros hospitales, se van no bien consiguen un trabajo mejor pago -–añadió la titular de ATE-Sur— mientras que acá queda el personal más envejecido, el que no se puede ir a otro lado y tiene otro trabajo o cumple doble turno para poder mantenerse.”

Al respecto, Claudio, un enfermero del hospital Oñativia que dialogó con AUNO y evito dar su nombre completo, comentó que “si bien hay recambio de personal y los puestos que quedan vacantes por jubilaciones se vuelven a ocupar, siempre hay déficit porque el presupuesto no alcanza para pagarle a más gente, y los empleados no dan abasto”.

“El oficio no está desapareciendo, lo que pasa es que es absorbido mayormente por el sector privado que paga sueldos mucho más altos”, agregó el trabajador. En su criterio, “si el sistema de salud provincial apoyara al sector de enfermería, el servicio mejoraría un 100 por ciento y se ahorraría mucha plata”.

AMB-AFD
AUNO-02-08-07
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