Lomas de Zamora, may 31 (AUNO) – El episodio de cuasi rebelión impositiva que protagonizan las patronales agropecuarias por estos días con epicentro en Buenos Aires no es la primera ni será la última aunque ese tipo de conducta política no es infinita.
El hecho es llamativo y hasta preocupante si uno empieza a hurgar en la historia de la Argentina. En el segundo gobierno de Rosas, el creador del sistema estanciero-saladeril en forma sistemática, aunque ya lo habían precedido algunos saladeristas que se habían manejado en forma sistémica, ocurrió algo parecido a lo que está ocurriendo en la provincia de Buenos Aires con la adecuación impositiva para las patronales con tierra.
Rosas, entonces, ante el impacto que significó para las exportaciones el bloqueo de las potencias coloniales del momento hacia 1838, puso la mira en quienes poseían tierras por el conocido sistema de enfiteusis: Estos eran particulares que desde hacía algunos años (desde Rivadavia) tenían tierras, las arrendaban y por las que pagaban ridículos montos al fisco.
Ese contexto ayuda a entender la revolución conocida como ‘Libres del Sur’ –de noviembre del ‘39- que el ‘restaurador del orden’ mandó a sofocar a orillas de la Laguna de Chascomús, lugar donde existe una placa que quiere recordar ese hecho.
Bajo otras circunstancias y otro contexto social, económico y político las conductas de las patronales agropecuarias se repiten y se repitieron a lo largo de más de 200 años de historia argentina.
Como suelen decir con acierto los investigadores de diferentes disciplinas (economía, política y otras ciencias sociales): Hay patrones de conducta que responden a lógicas históricas. Y que pueden ser cambiados porque no son fatales sino creados por hombres y mujeres.
[En el siglo XXI perviven varios comportamientos generados en el XIX y en el XX desaparecieron personas para que aparezcan otras taras. Por ejemplo, habar todos los días del dólar cuando sólo lo vemos televisión o en las páginas de un diario. Este es una típica creación de la dictadura cívico-militar. Y desdolarizar la cabeza de una amplísima franja de argentinos no es fácil, aunque no imposible].
Ahora sólo las puertas de la Legislatura
Entonces, se podrá argumentar que ahora la patronales con campos recurren al piqueterismo y sólo golpean las puertas de la Legislatura bonaerense porque en otros tiempos no muy lejanos golpeaban las puertas de otras instituciones tan antiguas como ellos y que cierto ideario reclama para sí ser también los fundadores de la Patria, así con mayúscula.
Y cuando los voceros de las cámaras patronales agropecuarias, que pretenden una argentina pastoril y saladeril al estilo 1910, en el mejor de los casos, o como en el siglo XIX, dicen que le quieren pagar impuestos a la provincia pero no a la Nación lo que están queriendo expresar es que “la Patria no le quiere pagar impuestos a la patria”.
La ‘Patria’ con mayúscula fueron ellos y pretenden seguir siendo ellos, de manera exclusiva, y la ‘patria’ con minúscula somos el resto, los sin Patria. Esta es una ideología fundamental que impregna al país desde sus más tiernos y pacíficos orígenes y siempre hubo intentos de ponerle freno.
Lo diremos una vez más: El problema no es la existencia de producción agropecuaria, sino la pretensión de esos sectores en querer ser ‘distintos’ y exclusivos aún cuando fueron y son los más beneficiados en toda la historia de la Argentina.
_ Todavía resuenan en nuestros oídos cuando ese frío sábado de 1988 Alfonsín les dijo de todo en el espacio fundamental de la patria pastoril_.
Es muy significativo husmear en la literatura –poesía, novela, cuentos, teatro- y el ensayo de argentinos o no cómo el ideario clave de país-estancia está sólidamente tejido desde el siglo XIX hasta la actualidad. Es decir: Paralelo al mundo de la realidad política y económica corre el mundo simbólico para apuntalar esa idea básica.
AUNO 31-05-12
HRC