“Creo que el día de la mujer es discriminatorio, como lo es la maternidad entendida como el símbolo por excelencia de lo femenino”, consideró Marta Boimel, psicóloga social y sexóloga educativa especializada en el trabajo con niñas y adolescentes madres.
Según la profesional, esta situación responde a una “ideología patriarcal” por la cual la maternidad se convierte en una “obligación” en lugar de ser una “elección” y “subyuga el hecho de ser mujer a la condición de ser madre”.
Nacida en Lanús y actual vecina de Villa Soldati, Boimel es asesora del Consejo Consultivo de la Sociedad Civil de Cancillería de la Nación y del Consorcio Latinoamericano de Anticoncepción de Emergencia (CLAE).
En su criterio, son los medios de comunicación los que generan el “ideal femenino” en la actualidad y “atrapan” a la mujer en el “dilema” de cumplir con el mandato familiar de ser mamá y profesional exitosa al mismo tiempo.
El conflicto se encuentra, desde su mirada, en que muchas de ellas consideran que el trabajo impediría un desempeño óptimo en la familia, o bien que ser madre no les permitiría convertirse trabajadoras eficaces…
MADRE Y TRABAJADORA
En diálogo con AUNO, Boimel entendió que aún en la actualidad la mujer que trabaja “tiene que bregar por la igualdad con el hombre en su puesto laboral” porque por el mismo rol recibe un sueldo menor.
Es más, la necesidad de la mujer por cumplir con las responsabilidades de la casa “es una decisión propia” que responde al “mandato ancestral” en el que la mujer debe estar “al servicio del hombre”.
En su análisis, en “la familia de 2008” el rol del padre mayoritariamente conserva su posición dominante, aunque ello depende de la educación que haya recibido porque “hay madres que son más machistas que los propios hombres”.
La manera de “plantar posición” y alcanzar la igualdad de la mujer en todos los ámbitos, incluso en el de la familia, radicaría en que ella estuviese “trabajada o autoanalizada”, es decir convencida de poder ir más allá de los modelos culturales.
LA MATERNIDAD EN LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA
Cuando el embarazo irrumpe en la adolescencia produce “un quiebre en la vida evolutiva” porque la joven ya no puede realizar misma vida de los de su generación, sostuvo la sexóloga.
Boimel entiende que la adolescente embarazada “se prepara para algo que la sociedad no está preparada para aceptar”, en tanto la mirada social occidental “juzga negativamente” la maternidad en los primeros años de la vida de una mujer.
Al momento de analizar las causas del embarazo infantil, Boimel considera que “el factor principal es la falta de información” porque todavía “muchas adolescentes creen que en su primera relación sexual no quedarán embarazadas”.
La consecuencia del embarazo no deseado es el aumento de los abortos ilegales en el último año, frente a lo cual la manera de evitarlo es “trabajar en la prevención, que tendrá resultados positivos “porque ninguna mujer quiere un aborto”.
El extracto social del cual provienen las niñas y adolescentes influye en el comportamiento de la madre: “No es lo mismo la mujer de un medio subproductivo (en situación de pobreza) y para la que el hijo significa una boca más para alimentar, que la que tiene acceso a productos y medios para continuar el (colegio) secundario y buscar un trabajo”. Sin embargo, añadió, la clase alta es en la que se produce el mayor índice de adopción de los hijos de las madres jóvenes.
En su lectura, Boimel es optimista a la hora de analizar la posibilidad cultural de cambio ya que cree en la “movilidad de las estructuras” sociales. Ella considera que si bien “lo ideal es que un hijo llegue amado y deseado”, cuando el contexto del embarazo es diferente “se hace posible trabajar sobre las necesidades y armar un vínculo afectivo que llevase al bienestar de los niños que no nacieron en hogares típicamente felices”.
MNL-AFD
AUNO-07-03-08
locales@auno.org.ar
