“El 68 por ciento de los enfermos de diabetes se descubren incidentalmente porque la diabetes es una enfermedad que no da síntomas ni provoca dolor”, advirtió Juan José Gagliardo, director del Centro de Endocrinología Experimental y Aplicada (CENEXA) de la Universidad Nacional de La Plata, dependiente del Conicet. “Cuando los médicos llegamos a advertirla –-añadió el especialista—, en el 20 por ciento de los casos ya se han presentado complicaciones irreversibles.”
Esa realidad es la que intentan resolver los especialistas y por esa razón, en el Día Mundial de la Diabetes, que se celebra hoy, se estableció el lema “Entienda la diabetes y tome el control”, como una manera de poner énfasis en la educación como herramienta fundamental para un adecuado tratamiento.
El director de la Sociedad Argentina de Diabetes, Gustavo Fretchel dijo a a AUNO que “aquella persona que tiene diabetes se puede convertir en un agente de detección de la enfermedad conociendo los factores de riesgo para desarrollarla, en la medida que la educación forme parte del proceso de tratamiento de la enfermedad”.
“Es importante –-continuó Fretchel— que la persona con diabetes advierta a su familia y sus allegados sobre la posibilidad de tener diabetes y ayudar de esta manera a disminuir el número de personas que desconocen tenerla y se entera ante la presencia por una complicación”.
Gagliardo, por su parte, en declaraciones a AUNO, propuso la estructuración de “un plan que debe estar coordinado a través de todos los actores que intervienen en el sector salud y desde las esferas de autoridad, para que la gente tome conciencia sobre cuáles son los factores que pueden contribuir a la aparición de la diabetes”.
Sobre la situación actual de esta enfermedad en el país, desde la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD)aseguran que, de acuerdo con encuestas del Ministerio de Salud de la Nación y trabajos efectuados por esa entidad se estima que la prevalencia de la diabetes es de alrededor del 8 por ciento en las personas a partir de los 20 años, porcentaje que aumenta significativamente con la edad llegando a ser más del 15 por ciento después de los 65 años.
La diabetes se presenta en dos formas clínicamente distinguibles: la diabetes tipo 1 que se presenta mayoritariamente en personas en edad
infantojuvenil (diabetes insulinodependiente) y la de tipo 2, que se presenta frecuentemente en personas en edad adulta o diabetes no insulinodendiente. La diabetes tipo 1 presenta una prevalencia de 1 en 1000 o 0,1 por ciento, corresponde al 10 por ciento de todas las formas de diabetes.
Aunque puede ser necesario que a las personas con diabetes tipo 2 haya que tratarlas con insulina para obtener un adecuado control metabólico, no significa que son insulinodependientes, ya que esta categoría está restringida a los pacientes con diabetes tipo 1 que no tienen producción propia de insulina y por lo tanto recibir insulina exógena es indispensable para su vida.
Sobre los factores que provocan esta enfermedad, desde la SAD explicaron que la diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune, en la cual el sistema inmune pierde la tolerancia o reconocimiento de estructuras propias y por lo tanto ataca las células productoras de insulina y de esta manera, sin capacidad de producir insulina propia.
En tanto, la diabetes tipo 2 se presenta en individuos que generalmente tienen sobrepeso u obesidad en cerca de un 80 por ciento, condición que genera resistencia a la insulina, esto es que la persona presenta dificultad para que la insulina permita la entrada de glucosa a los tejidos periféricos y por lo tanto el organismo debe producir cantidades excesivas de insulina para vencer esa resistencia.
Las personas que no tienen esa capacidad para generar la cantidad necesaria de insulina para vencer esa resistencia periférica desarrollarán diabetes tipo 2.
El mayor problema que encuentran los profesionales que trabajan con esta patología es “el subdiagnóstico de la diabetes tipo 2, ya que al tratarse de una enfermedad con pocos síntomas, su diagnóstico se realiza por exámenes de rutina o ante la presencia de una complicación crónica”.
Esta situación está mejorando, ya que se comienzan a tener en cuenta factores de riesgo para diabetes tipo 2 como obesidad, aumento de triglicéridos, hipertensión, antecedentes familiares de diabetes o diabetes gestacional. Los médicos de cabecera están considerando estos factores y solicitando glucemia con mayor frecuencia. De todas maneras el 40 por ciento de las personas con diabetes tipo 2 no saben que padecen la enfermedad.
Un logro reciente alcanzado por los pacientes con esta enfermedad es la ley de diabetes que permite una cobertura universal de insulina, no así para la medicación oral ni para las tiras de control de la glucemia, con las cuales se establece parte del control de la diabetes.
Con respecto a las medidas de prevención que se deben adoptar para evitar la enfermedad, lo fundamental es tener una adecuada alimentación y una actividad física constante, coinciden los especialistas. La alimentación debe tener como objetivo mantener un adecuado peso corporal.
En general, las verduras, las frutas naturales y las carnes blancas o rojas de cortes más magros se encuentran entre los alimentos de primer orden. De todas maneras el plan alimentario debe ser individualizado teniendo en cuenta los aspectos clínicos de cada persona.
En cuanto a la actividad física, ha demostrado ser la mejor herramienta para disminuir la resistencia periférica a la insulina, proceso fundamental en el desarrollo de diabetes tipo 2. La mejor actividad es la aeróbica, que debe ser desarrollada durante 30 minutos continuados, cinco veces a la semana.
AUNO 14-11-09 MS EV