Testean medidas para organizar el tránsito

Durante las vísperas del Día del Niño, los colectivos del centro de Monte Grande circularon por una calle aledaña a la principal para evitar atolladeros de tránsito. Es un sistema que preveían aplicar en los días festivos. Las empresas de transporte y colectiveros critican la implementación de esa alternativa.

Los días previos a las festividades, los centros urbanos alteran su normal ritmo acelerado y cosmopolita por otro más lento. Las arterias principales se asemejan a pasillos de supermercados y los comercios a góndolas a cielo abierto. En ese marco, el tránsito muta de la fluidez al atascadero. Así, lo testimonian los conductores de varias líneas de colectivos que saben de la experiencia de manejar por Monte Grande en esas fechas.

En respuesta a las demandas de las empresas de transporte, el Concejo Deliberante de Esteban Echeverría aprobó en la última sesión previa al Día del Niño el corrimiento de las paradas del recorrido de los servicios de transporte locales a una cuadra paralela de la calle principal montegrandense, Leandro Alem. Sólo por esa fecha y con el propósito de testear su efectividad.

Los conductores sostuvieron que durante esos días se incrementaron los riesgos de accidentes y su nivel de estrés al volante, ya que el desvío implicó realizar una maniobra de conducción sobre la avenida Boulevard Buenos Aires, la más transitada del distrito.

Más allá del peligro que corren los pasajeros, la ruta alternativa forzó a los colectiveros a realizar un viraje prohibido: tras salir de la rotonda de Sofía Santamarina, sobre Boulevard Buenos Aires, recorrieron unos 25 metros hasta girar hacia Las Heras, cruzando así dos carriles en sentido opuesto y poniendo a prueba sus habilidades sin la asistencia de un semáforo.

El titular de la cámara de Transporte Automotor de la Provincia de Buenos Aires, Norberto Canegallo, en diálogo con AUNO explicó que “se trató de una resolución experimental, no definitiva”.

Canegallo, que además es el dueño de la Expreso Monte Grande —líneas 245, 394 y 501—, remarcó que la imposibilidad de establecer esos lugares como permanentes para el abordaje de pasajeros se debe a que “no hay refugios; falta establecer los sitios definitivos para las paradas de cada ramal, mejorar el piso para que la gente no espere sobre el barro, e iluminarlas y señalizarlas. Esto significa que el área de Vialidad municipal debería ponerse a trabajar”.

En defensa de su proyecto, la concejal vecinalista Marta Mangas confirmó que, tal como figura en el artículo 5 de la norma, la reubicación de las paradas tiene un “carácter piloto” y su puesta en ejecución es “por un lapso de 45 días contados desde la promulgación” de la norma, es decir, que no debería implementarse más.

“Este proyecto fue presentado en septiembre de 2007 y forma parte de un plan que buscó brindar una respuesta a la demanda de las empresas de transporte local para descomprimir la cantidad de atascamientos en el centro en esas fechas”, sentenció la concejala.

El plan dispuso dispersar las paradas a lo largo de Alem, entre las esquinas de Eduardo Cardeza y Florentino Ameghino, ya que antes se concentraban en un sólo punto de la cuadra, entre otras medidas.

Pero la disposición afectó los intereses de los comerciantes de la zona, tal como lo certificó la breve recorrida que esta agencia llevó a cabo por algunos de los locales que funcionan allí.

Aunque todos los propietarios afirmaron que bajaron las ventas con respecto a las mismas fechas de relevancia social de años anteriores, algunos adujeron esa anomalía a razones vinculadas a la economía nacional, mientras otros afirmaron que es porque “no hay el mismo volumen de gente en la calle”.

GD-AFD
AUNO-22-08-08
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