#8M: “Los números siguen posicionando a las mujeres en la vulnerabilidad”

El Observatorio de Género del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) publicó un nuevo informe donde alertan la profundización de la brecha entre géneros. “Hay que generar un pacto social, cultural y político en el que se reconozca el valor de las mujeres”, aseguraron.

Argentina transitó un nuevo #8M y las cifras alertan que las desigualdades de género siguen en pugna. Según el Observatorio de Género del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), se ha vuelto “indispensable” el avance hacia “una política integral de cuidados”.

¿Qué significa esto? En diálogo con AUNO, María Ruiz Elvira, integrante del CEPA, explicó que se apela a lo “integral” porque se trata de “una política que en su percepción, su diseño y su ejecución considera todas las realidades y condiciones que caracterizan a las mujeres que viven en nuestro territorio”. Según sus palabras, esto se traduce en que “todas las mujeres no tienen las mismas condiciones, existen muchas interseccionalidades que se entrecruzan, y por ejemplo una mujer trabajadora, blanca y de clase media no pasa por lo mismo que una mujer que vive en el interior de la provincia, que tiene otras condiciones socioeconómicas”.

La economista aseguró que “las actividades de cuidado tienen que estar distribuidas en los distintos niveles políticos y sociales”, que no solo tienen que ver con la contratación de servicios de cuidado privados, como en una escuela o una residencia para adultos mayores; sino que también “haya aparatos estatales y públicos que puedan contener la demanda de cuidados para que la distribución de las tareas de cuidado sean repartidas equitativamente entre la población”.

“Cuidar es una necesidad, ser cuidados es una necesidad que tenemos las personas en todos los momentos de nuestras vidas, no solamente cuando somos chicos o somos muy grandes, sino también para el desarrollo humano de las personas. Y es muy importante que haya un cambio porque contribuye a disminuir la brecha entre géneros”, analizó la especialista en economía del cuidado.

Crédito: Ana Clara Nicola (Wikipedia)

Entre la ampliación de brechas y nuevos derechos

El aborto legal, seguro y gratuito, que se aprobó en diciembre pasado, fue un hito para Argentina ya que permitió obtener “beneficios sustanciales en términos de salud y autonomía sobre las personas gestantes” y también “generar un ahorro fiscal para el Estado”. Según los datos que obtuvieron en el informe “#8M: Entre la ampliación de brechas y nuevos derechos”, con lo que le costaba a la salud pública el aborto clandestino por las consecuencias y derivaciones médicas de 45.600 personas gestantes, se cubre el aborto seguro y gratuito de 425.177 personas gestantes, que equivale al 95 por ciento de los abortos clandestinos estimados en el país en un año. Ahora, si bien la aprobación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) significó un importante impulso en materia de conquista de nuevos derechos, todavía quedan cuentas pendientes ya que la pandemia de Covid-19 agravó la situación.

En el mercado laboral se encontró “una profundización” de la desigualdad. En concreto, el grupo etario de las mujeres jóvenes de 14 a 29 años fueron las que experimentaron mayores tasas de desocupación. Durante el segundo trimestre de 2020, la tasa de desocupación de este grupo fue de 5,8 p.p más alta que la de los hombres, alcanzando la brecha más importante de los últimos 5 años. Los datos también demostraron que, incluso en el universo del empleo registrado, prevalecen elevadas brechas salariales de género. Según el informe, los varones perciben un 27 por ciento más que las mujeres en promedio en materia de ingresos personales.

En paralelo, la “Encuesta sobre el impacto de la pandemia en los hogares: un enfoque desde los cuidados” reveló que la cantidad de horas que dedicaron las mujeres en promedio al trabajo no remunerado (TNR), durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), aumentó un 70,7 por ciento, pasando de 6,9 horas diarias a 11,8. Por su parte, los hombres contestaron que dedicaron 7,9 horas promedio por día durante el ASPO, mientras que antes solo eran 5 horas diarias, lo cual representa un incremento del 60,4. Esta brecha entre hombres y mujeres creció a 3,9 horas diarias promedio, lo cual implica un incremento del 97 por ciento.

Consultada por los resultados del informe del que formó parte en su autoría, Ruiz Elvira hizo hincapié en que todavía prevalece la tendencia a que existan trabajos considerados “feminizados” y otros “masculinizados”. “Muchas veces las mujeres quedan por fuera del mercado laboral o tienen menos tiempo para participar de él porque acceden a trabajos que están feminizados y que se pagan menos que otros trabajos que están masculinizados”, explicó. Y agregó: “La mayoría de las tareas que estás consideradas como ‘de hombres’ tienen mayores remuneraciones que aquellas que están consideradas de mujeres. Un camionero no va a ganar lo mismo que una empleada doméstica. Quizás tengan la misma calificación, pero el trabajo de cuidado de una empleada doméstica es peor remunerado que el de un camionero”. 

Ante este panorama, advirtió que es “fundamental que se generen estructuras, que se generen políticas que promuevan la participación de las mujeres en el mercado laboral; que las mujeres no estén atadas a tener que cargar con los cuidados para poder ingresar al mercado laboral”. Y resaltó: “Es como un círculo sin fin, sino se distribuye mejor las tareas de cuidado entre toda la sociedad siempre van a ser las mujeres las que carguen con todo”.

Para cerrar, la economista reflexionó sobre la importancia de ponderar el trabajo de las mujeres para combatir la brecha. “La verdad es que los números siguen posicionando a las mujeres en una situación de vulnerabilidad. Y este informe confirma que es necesario que se genere un pacto social, cultural y político en el que se reconozca el valor de las mujeres, el valor que aportan las mujeres a la sociedad y al sistema económico”, manifestó.

En ese sentido, destacó una de las cifras que elaboró la Dirección de Economía y Género del Ministerio de Economía: “Detectaron que el aporte que hace el trabajo de cuidados y domésticos no remunerado es de 15 puntos del PBI, mayor que el de la industria y del comercio que son las actividades que más contribuyen al PBI en nuestro país”. Por lo tanto, insistió en que “es urgente que haya un pacto social donde se entienda cuál es el valor que aportan las mujeres a nuestro sistema económico, cuál es el valor de los cuidados en nuestro sistema económico y que de a poco así se va a generar un escenario más justo y equitativo para las mujeres”.

AUNO-10-3-21
CD-SAM

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