Marcando un vuelco en materia de política financiera internacional, el macrismo dejó sin efectos los distintos recursos presentados por la administración kirchnerista contra el fallo del juez norteamericano Thomas Griesa que obligaba a la Argentina a saldar el pago a los fondos holdouts. Se inaugura una nueva etapa fiscal.
Con el 64,4 por ciento de los votos afirmativos en la cámara baja y el 75 por ciento en el Senado se derogaron las leyes de Cerrojo y pago soberano, que habilitaron a Cambiemos a tomar obligaciones por 12.500 millones de dólares y destinar 9.300 millones de dólares al pago de títulos en manos de fondos buitres.