Una desilusión más, y van…

A pesar de haber armado un equipo con serias pretensiones de lograr el ascenso, el entrenador Oscar Blanco no cumplió con las expectativas de los dirigentes y debió dejar el cargo. El equipo se ubica en las últimas posiciones en el Torneo de la Primera B Metropolitana, suma sólo ocho unidades y está a doce de los punteros, Defensores de Belgrano y Estudiantes de Buenos Aires.

Matias Mazzocchi

Producto de los malos resultados y el pobre nivel de juego que exhibió el equipo en las primeras ocho fechas del torneo de la Primera B Metropolitana, Oscar Blanco dejó ser el entrenador de Los Andes con más tristezas que alegrías. Es que a pesar del auspicioso debut ante Sportivo Italiano (3-0), el DT nunca le encontró la vuelta al equipo y eso determinó que los dirigentes pusieran fin al vínculo tras la derrota por 3-1 sufrida ante Brown de Adrogué, el pasado miércoles.

Esa caída, como la sufrida en el clásico con Temperley (0-3), fueron los detonantes de la renuncia. La disconformidad de la comisión directiva se debió a los malos resultados que obtuvo el equipo (una victoria, cinco empates y dos derrotas) en el campeonato, en función de las contrataciones e incorporaciones que se realizaron.

A las renovaciones de Walter Cáceres, Patricio Grgona, Ignacio Celaya y Alejandro Friedrich, se le sumaron las incorporaciones de José Luis Gómez, Federico García, Pablo Solchaga y Jonathan Tridente, que regresó tras su frustrado paso por el fútbol de México. Por eso, tanto la comisión directiva como los hinchas creían que la situación iba a ser más alentadora a esta altura de la competencia.

En total, Blanco dirigió 22 partidos, algo más de lo que sería un campeonato corto. Logró una efectividad del 48,5 por ciento, ya que obtuvo siete victorias, once empates y cuatro derrotas. En definitiva, cosechó 32 unidades, lo que significaría estar de mitad hacia arriba al cabo de una rueda.

Pero desde el arranque de la temporada 2010-11, Los Andes sólo sumó ocho unidades y quedó a 12 puntos de Defensores de Belgrano y Estudiantes de Buenos Aires, los líderes de la B Metro.

Sin embargo, en estas ochos jornadas, Los Andes sufrió las lesiones de varios jugadores importantes dentro del esquema del entrenador, lo que lo llevó a improvisar bastante en formación titular del equipo.

Antes del comienzo de la temporada, se lesionó Grgona, después le tocó el turno a Gómez –que regresó en el empate 0-0 con Armenio—, luego a García, antes del clásico con Temperley, partido donde también se resintió Celaya. En pocas palabras, Blanco nunca pudo utilizar la dupla defensiva que tenía en mente.

A la hora de conformar el plantel, Blanco priorizó armar un conjunto con muchos profesionales para quedar resguardo ante posibles lesiones o expulsiones. En total, incorporó 17 futbolistas, pero pese a tener posibilidades de recambio en el plantel, el funcionamiento de Los Andes no ofreció demasiadas variantes.

Al no encontrar respuestas, Blanco cambió varias veces el esquema táctico. Al principio, comenzó utilizando un 4-5-1 con Tridente de media punta. Pero como el “Colorado” no sentía cómodo en la posición, el DT optó por pasarlo de delantero y armar un 4-4-2. Un sistema que no le dio resultados.

Ya con la necesidad imperiosa de sumar, “Cachín” eligió alinear un enganche definido, con el propósito de generar más juego en la mitad de la cancha, pero tampoco esa fórmula le resultó. Eso lo llevó a cambiar nuevamente el esquema ante Brown. Para el encuentro contra Brown, sacó un defensor y agregó un volante para formar un 3-5-2, pero ni así se alcanzó el funcionamiento esperado.

Muchos cambios, falta de resultados y un equipo —con grandes individualidades y onerosos sueldos— que no encontró el nivel deseado, fueron los motivos por los cuales Blanco dejó de ser el técnico de Los Andes. Ahora, nuevamente, habrá que dar vuelta la página y comenzar a escribir una nueva historia.

AUNO-09-09-10
MM-LDC

Dejar una respuesta