La Fundación Navarro Viola premió los tres proyectos educativos seleccionados en el marco de la convocatoria Bienal 2009-2010. Dos son de Neuquén y uno de Santa Fe, pero todos tienen un común denominador: el poder del juego en el vínculo social y la escolarización.
Los ganadores fueron “Jugar, sanar y aprender”, del Hospital de Niños santafesino Orlando Alassia; “Barrilete en Bandada”, de la Asociación Civil Pensar; y “Una Ludoteca Jugada”, ambos de Neuquén.
En el acto, el 7 de este mes, se adjudicaron más de 200 mil pesos en premios e incentivos que impulsan los proyectos premiados, que utilizan el juego como estrategia central para el aprendizaje de niños de hasta cinco años que viven en contextos de vulnerabilidad social.
“Jugar, sanar y aprender” surgió hace 10 años por iniciativa de Mirta Quiroga López, una enfermera del Hospital Alassia, con la intención de crear una sala de juegos y una biblioteca que abarcaran diversas áreas de servicio de salud, con la capacitación de personal en aspectos lúdicos.
La ludoeducadora y miembro del hospital santafesino Susana De Castro señaló a AUNO–Tercer Sector que el proyecto “busca ampliar los horizontes del espacio estático que tiene el establecimiento médico, en el cual los chicos internados no pueden acceder al juego”. Así, para De Castro, la idea es “llevar los juegos allí, ya que por ser pacientes no dejan de ser niños”.
“El valor más grande es que los chicos vivan este espacio de juego con los objetos, para desdramatizar la situación de enfermedad que atraviesan”, consideró De Castro.
Por su parte, “Barrilete en Bandada” tiene como finalidad la ampliación de actividades lúdicas en chicos de entre 3 y 5 años con la articulación de siete escuelas neuquinas, como prevención al fracaso escolar a través de talleres de juego en diversos jardines.
La representante del proyecto, Marta Basile, detalló que lo iniciaron con 30 chicos hace cinco años, y que hoy cuentan con 170 y “una inclusión del 90 por ciento de manera eficaz en el sistema educativo, tanto en la escuela primaria como en educación media”.
También, aseveró que “el premio servirá para capacitar al personal que trabaje con los más pequeños, con el fin de lograr la intervención más temprana en niños que nunca han jugado”.
Basile afirmó que los niños “se acercan solos al lugar para ver de qué se tratan los talleres de juego, y es muy difícil que los padres los acompañen”. Sin embargo, evaluó que “hoy en día existe un avance, un mayor compromiso y una implicancia diferente en la comunidad”.
El tercer reconocimiento fue para la propuesta dependiente de la Dirección de Nivel Inicial de Neuquén, “Una Ludoteca Jugada”, que desde hace 25 años elabora material didáctico y lúdico destinado a instituciones educativas que reciben niños de tres a cinco años.
La directora del proyecto, Liliana Cercereny, señaló que “la propuesta surgió de un sector de Neuquén capital, que veía la necesidad de arreglar y confeccionar material didáctico para las salas de nivel inicial de la provincia”.
“El material que requerían las instituciones no alcanzaba, entonces se creó en 1991 la ludoteca, que contaba con 200 tipos de juegos hechos artesanalmente”, aseveró Cercereny. También, explicó que luego incorporaron “la técnica de serigrafía, lo que permitió hacer de un original muchas copias, y contar en la actualidad con 4 mil juegos a disposición”.
La directora de “Una Ludoteca Jugada” aseguró que con el premio fortalecerán el taller, incorporando instituciones que trabajan con la franja etaria de 45 días a tres años, para ampliar beneficios en el juego de bebés y niños.
En lo referente a “Fondos de Incentivos” se premiaron otras nueve propuestas de todo el país. Esto promueve que diversas instituciones instalen prácticas lúdicas para un desarrollo infantil temprano.
La directora ejecutiva de la Fundación Navarro Viola, María Eugenia Herrera Vegas, expresó que “este año el valor del premio se focaliza en bebés y niños, con el fin de acompañarlos en su desarrollo a través de la actividad inicial del juego”.
El evento contó con la participación de la preorquesta infantil del jardín 908 de Chascomús, en la que chicos de hasta cinco años mostraron sus primeros conocimientos en la práctica del violín, el violoncello y la flauta, a través de juegos con distintas piezas de música infantil.