Todavía hay secundarios que no reciben educación sexual

Un sondeo de MuMaLá reveló que uno de cada tres estudiantes no recibió educación sexual integral. Advierten que cuando los contenidos llegan al aula se abordan desde una «mirada biologicista» y dejan de lado un desarrollo integral de la sexualidad. Los docentes remarcan que faltan formación para tratar estos temas en la escuela.

Carlos Dileo

A casi 12 años de la sanción de la ley 26.150 de Educación Sexual Integral, uno de cada tres estudiantes secundarios de la provincia de Buenos Aires no recibió esos conocimientos, según un sondeo del colectivo feminista Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá) que buscaba conocer el nivel de implementación de esta normativa. “La escuela refleja lo que se vive en la sociedad, la situación actual de la ESI tiene que ver con políticas públicas que se han retirado por parte del oficialismo”, aseguró a AUNO la secretaria adjunta de Suteba, María Laura Torre.

En Argentina hubo 72.791 embarazos adolescentes no deseados de jóvenes entre 15 y 19 años en el último año, de acuerdo a Amnistía Internacional. Este dato disparó el debate sobre la eficacia de la aplicación de la ley sancionada en 2006. Esto habla de “la vulneración de los derechos sexuales y reproductivos” que implica el no acceso a la ESI, criticaron desde MuMaLá.

La encuesta, realizada en julio, reveló que un 62 por ciento de los encuestados conocía la existencia de la ley de educación sexual, y que un 85 por ciento considera que debería ser obligatoria en la escuela. La ESI es un “derecho que debe dotar a niñas, niños y adolescentes de las herramientas necesarias con mirada crítica y mediatizada por el diálogo, para el pleno desarrollo integral de la sexualidad”, aseguró el colectivo feminista.

La coordinadora provincial de MuMaLá, Analía Kelly, explicó a AUNO que estos resultados cuantitativos demuestran que todavía “no hay una incorporación o un aprendizaje en torno a la propia existencia de la ley” en las escuelas. Apenas un 28,2 por ciento de los estudiantes ha recibido una o dos veces por año educación sexual en forma de taller o dentro de una materia.

“Esos contenidos deben formar parte de la currícula y de la planificación anual tanto de las instituciones como en cada una de las materias”, advirtió Kelly. A su vez, añadió que la dificultad para la aplicación de la normativa se debe a que hay “una resistencia” en la reglamentación por “parámetros conservadores que son contrarios a los derechos consagrados”.

Una mirada biologicista

Uno de los resultados que más llamó la atención al colectivo feminista fue sobre los contenidos tratados en torno a la ESI. Desde MuMaLá afirman que hay “una mirada biologicista” en el tratamiento de los contenidos ya que “no se tiene en cuenta lo que es la integralidad de la educación sexual”. De modo que “solo se trabaja en el aparato reproductor femenino y masculino, el ciclo menstrual, las enfermedades de transmisión sexual y los métodos anticonceptivos”, explicó la coordinadora bonaerense.

La aplicación actual de la ley solo tiene en cuenta “el universo heterosexual” y se enseña la educación sexual en “su aspecto reproductor” mientras que se deja de lado otros tópicos como la autonomía y el cuidado del propio cuerpo o la reflexión y el debate en torno a los derechos y la identidad. La correcta aplicación de la ley permitirá construir “seres libres” a los que se les pueda permitir “tener una mejor elección de vida”, aseguró Kelly.

Frente a este debate, Torre destacó que “la escuela secundaria no fue ajena” a la discusión sobre la legalización del aborto que trajo “mucha tensión hacia adentro de la escuela y de las familias” y reactivó el rol de la ESI en esa discusión. “Son rupturas que para ellos (los estudiantes) pareciera que ya están dadas en determinado lugar de la sociedad” mientras que “en la escuela esto todavía está en tensión e implica romper con esquemas institucionales fuertes”, aseveró la sindicalista.

El secretario general de SUTEBA Lomas de Zamora, Javier Perín, coincidió con Torre en que la educación sexual “es algo natural para los chicos” mientras que a veces son los adultos los que “no lo pueden tomar de esa forma”. El docente bonaerense destacó que “lo fundamental es educar a los pibes”, por ejemplo, sobre métodos anticonceptivos y la prevención de enfermedades sexuales. “Cuanto menos tabú sea el tema, más garantía tendrán los chicos” del acceso a información para poder “minimizar los riesgos de embarazos no deseados o enfermedades sexuales”, aseguró el docente bonaerense.

La vicepresidenta de la comisión de Género del centro de estudiantes de la Escuela Normal Superior Antonio Mentruyt (ENSAM), Lara Rebollini, señaló que cuando se habla de educación sexual integral no solo se trata de “cómo cuidarnos cuando tenemos relaciones sexuales” sino que se habla también sobre identidad sexual, identidad de género y otras cuestiones que no se tocan, porque “todavía hay un prejuicio de que un profesor hable de esas cosas” con sus alumnos.

“Aún hay profesores que no se pueden sentar a hablar con un pibe de 14, 15 o 16 años porque no les sale” y por eso “tendría que haber una deconstrucción” sobre los adultos que se encarguen de enseñar ESI, acotó la joven. Sobre este punto, Torre subrayó que “la formación docente es fundamental” para poder abordar la temática de “una forma trasversal y colectiva que contenga no solo en el debate a los alumnos sino también a las familias”.

El rol del Estado

Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a recibirla. El primer artículo de la ley señala que los estudiantes “tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos de gestión estatal y privada” dentro del territorio nacional, provincial, municipal y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Pero los docentes y estudiantes consultados manifestaron que eso no sucede en todos los casos. El representante lomense de Suteba aseguró que tanto el gobierno nacional y provincial “han demostrado que la educación en general no es una de sus prioridades y la ESI forma parte de eso”. La forma de garantizar este derecho es a través de “la decisión política (del Estado) de impulsar que la educación sexual integral se cumpla en cada una de las escuelas y financiarla para que se pueda garantizar su implementación”, agregó.

Mientras que para la dirigente sindical de Suteba a nivel provincial se vive una “situación de retroceso” porque se han retirado las políticas públicas referidas a la implementación de la ley. Ya no se dan más talleres de formación docente sobre esta temática por parte del ministerio de Educación y la Dirección General de Cultura y Educación. Ahora es el propio sindicato que difunde seminarios o talleres que suplantan la capacitación que deberían recibir del propio Estado.

La formación docente permanente al servicio de la comunidad y un acuerdo paritario a nivel nacional acorde al reclamo gremial serían los caminos posibles para revertir la situación actual porque “el Estado provincial no cumple con ninguna de las dos leyes (la 26.150 y la 26.206)”. La ley de paritaria nacional docente “tiene en cuenta la discusión sobre la formación docente” en donde se incluye la ESI, afirmó Torre.

Conocé los resultados de la encuesta de MuMaLá

AUNO-27-8-18
CD-SAM

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