(AUNO*) Esta tendencia natural podría acelerarse debido a la acción contaminante que los hidrocarburos producidos por el hombre efectúan sobre la atmósfera, en lo que también se conoce como el proceso de calentamiento global.
El trabajo fue llevado a cabo por un grupo de profesionales de la UNL que formaron el denominado “Curso de Acción para la Investigación y el Desarrollo (CAI +I )”, que estuvo encabezado por la ingeniera en recursos hídricos Daniela Krohling. Los investigadores analizaron la cuenca de este río, que abarca 370 mil kilómetros cuadrados, y que se reparten entre tres países (Argentina, Brasil Uruguay). Con esta información, reconstruyeron los escenarios de los distintos períodos climáticos que se sucedieron en la región desde hace miles de años.
La reconstrucción sirvió para establecer las bases de un pronóstico interanual en relación a los eventos climáticos extremos que tuvieron lugar en el área. Estos datos serán de utilidad con respecto a las políticas que decidan adoptar las administraciones regionales en materia de comunicaciones y obras públicas.
Según se explicó, el equipo dividió sus tareas en tres grandes ejes: el estudio paleolítico de la región, el análisis de la variabilidad del clima y la búsqueda de datos históricos que registran la ocurrencia de los diversos cambios extremos.
En una primera etapa, un grupo de geólogos de la UNL se encarga de interpretar imágenes satelitales y de elaborar mapas morfológicos. Luego, estos datos son contrastados con los sedimentos que se recoge en las investigaciones de campo.
“Con la interpretación de estos sedimentos, combinados con los datos de laboratorio, deducimos el origen de los materiales y el área de proveniencia: si son fluviales, eólicos (originados por el viento) o palustres (evolucionados en áreas pantanosas o lacustres). De esta forma podemos determinar las condiciones bajo las cuales surgió una determinada unidad sedimentaria”, explicó Krohling a la Agencia Universitaria de Noticias y Opinión (AUNO).
Estas unidades sedimentarias van desde decenas de miles años atrás hasta el presente. En función de esto se desprende la existencia de dos períodos climáticos extremos. Uno glacial, que va desde los 36 mil hasta los 8 mil años en el pasado, y otro húmedo que abarca entre los 8 mil y los 3 mil.
“Toda esta información puede determinar una base de datos que nos permita pronosticar cómo se comportará el clima de la región en el futuro próximo y lejano. Por eso es muy importante contrastar toda esta información con los datos históricos”, indicó.
En este sentido, se analizaron mapas jesuíticos del siglo XVII y XIX que testimonian como la evolución climática influyó en la modificación de la fisonomía que la costa del río Uruguay presenta en la actualidad. “Hace 9 mil años la desembocadura del Paraná estaba a la altura de lo que hoy es la ciudad de Rosario y el mar llegaba hasta la localidad bonaerense de Ezeiza. El surgimiento de un período húmedo y cálido de miles de años de duración incrementó el caudal de los cursos hídricos de la mesopotamia y esto trajo aparejado la irrupción del gran estuario de agua dulce que hoy conocemos como Río de la Plata.“consignó Krohling.
Al respecto, explicó que desde 1970 se verifica un incremento en las precipitaciones pluviales y en cuanto al caudal de los ríos. Esto testifica que La Pampa Húmeda ingresa así en una etapa cálida y húmeda de características sub tropicales.
“El clima de la región está cambiando. Es parte de una tendencia climática natural, es un proceso muy largo pero puede acelerarse mediante la influencia del hombre. La pampa húmeda puede parecerse a la provincia de Misiones en unas cuantas décadas más. Por eso es muy importante recolectar información y estar preparados para contener el impacto de estos cambios “, concluyó.
AUNO 1-4-03 LC mar
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Universidad Nacional de Lomas de Zamora