Pidieron la máxima condena para el “mataguachos”

Durante los alegatos, la querella pidió 25 años de prisión para el ex policía acusado del asesinato de Matías Barzola. La fiscalía pidió 13 años. La defensa, la absolución. La sentencia se dará a conocer dentro de una semana, en los Tribunales de Lomas de Zamora.

La familia del Matías Bárzola, un joven de Fiorito, asesinado de un disparo en la nuca en junio de 2003, pidió una pena de 25 años para el ex policía de la Comisaría 5º de Lomas de Zamora José Antonio Peloso, acusado por el crimen cuyo juicio oral y público en los tribunales locales entró en su etapa final.

“Se trata de un funcionario de Estado que supuestamente tiene el deber de cuidar nuestra vida. Se aprovechó de la indefensión de la víctima, hubo un encubrimiento posterior de los funcionarios policiales, con el agravante de que Matías era menor de edad”, argumentaron las abogadas de la víctima, María del Carmen Verdú y María Teresa Larramendy, al solicitar esa condena a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 1.

Por su parte, el fiscal de la causa, José Luis Michelini, pidió 13 años de prisión, mientras que la defensa de Peloso —que según los testigos se hacía llamar en el barrio el “mataguachos”— solicitó su absolución.

Las abogadas querellantes, representantes de la Correpi, basaron su alegato en tres testimonios que en su criterio fueron “cruciales” para determinar “la culpabilidad” de Peloso: los de Daniel “Cuni” Segovia, Andrea Bandan y Mónica Olmedo.

El primero, que estaba con Matías en el momento que recibió el disparo, señaló al ex policía como autor del hecho. Por su parte, Olmedo relató que en febrero de 2003 Peloso había baleado por “equivocación” a su hijo, Jonathan Gauto, por la espalda y que luego se excusó ante ella por habérselo confundido con Barzola. En tanto que Andrea Brandan, declaró que fue amenazada por allegados al ex policía para que no lo señale como el culpable del asesinato.

En ese sentido, una de las abogadas querellantes, María Teresa Larramedi agregó que “hay muchos indicios de que lo estaba buscando para matarlo”, refiriéndose a las declaraciones de la madre de Jonathan Gauto, que fue baleado por el “Oso” cuando pasó por el frente de su casa.

Desde la defensa, el abogado Rafael Héctor Paita argumentó que Peloso se encontraba en “horario de trabajo”, en Ezeiza, cuando ocurrió el asesinato de Barzola y también que las declaraciones de los testigos presenciales son “débiles” y no tienen “veracidad”.

De todas formas, Larramendi había reconocido que “es imposible probar dónde estaba el ‘mataguachos’ por más que en las planillas del trabajo diga que entró y salió de su trabajo a determinadas horas, porque su labor se realizaba en la calle, aunque algunos lo señalaran a Peloso como el autor del crimen”.

José Antonio Peloso, que está procesado y detenido desde diciembre de 2006, está acusado de “homicidio simple” y recibirá su sentencia el próximo miércoles 16 de julio, cuando el TOC1 dé su veredicto a partir de las 9:30.

Según relatos de vecinos, el ex policía formaba parte de un “escuadrón de la muerte” integrado también por el Isidoro Concha y Ramón Quevedo, condenados en 2005 por el asesinato de Jorge “Chaco” González, otro joven de Fiorito.

“Esperamos que se haga justicia para que Matías descanse en paz. Lo que me pasó a mí no se lo deseo a nadie. Ni a mi peor enemigo. Nadie puede portar una chapa, matar y seguir impune. Por eso queremos la máxima condena para Peloso”, sostuvo María Estela Velázquez, madre de la víctima en diálogo con AUNO.

Ramiro Geber, miembro de la Correpi, adujo algo “particular, que llama la atención”: la coartada de la defensa del “Oso” Peloso prácticamente sería “desacreditada” porque quien instruyó la declaración de los hechos es Isidoro Segundo Concha, preso por el asesinato de “Cacho” González.

Esta agencia intentó varias veces contactarse con el abogado defensor para dar a conocer su versión de los hechos, pero hasta el cierre de esta edición no atendió los llamados.

CP-NS-AFD
AUNO-10-07-08
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