“Cuando vuelvo al folclore siento que estoy nadando en aguas conocidas”, aseguró Mercedes Sosas, al referirse a su nuevo disco “Corazón Libre”, que reúne sólo canciones folclóricas.
Mercedes Sosa presentó su nuevo trabajo en Lomas, el sábado último, oportunidad en que cantó también algunos de sus temas clásicos, en el Teatro Coliseo, ubicado en España 144.
La artista tucumana, que lucía un poncho rojo y negro, interpretó temas como “La Cigarra”, “Corazón Libre” que le da nombre a su nuevo disco, “Fundamento Coplero”; y “Alfonsina y el Mar”, entre otros, siempre acompañada por sus músicos, guitarra acústica, percusión, teclados y bajo eléctrico.
Cuando interpretó “Vuelvo al Sur”, “Los Mareados”, “El Cosechero” y “Sólo se trata de Vivir” fue acompañada por el bandoneón del maestro Walter Ríos. Para terminar el recital eligió cuatro temas: “Volver a los 17”, “Himno de mi Corazón”, “De mí” y “La primavera”, que el público acompañó con entusiasmo. Al término del espectáculo, la Agencia Auno dialogó con Mercedes Sosa.
—A lo largo de toda su carrera usted grabó temas de distintos géneros, rock, pop, incluso tangos, pero “Corazón Libre” es un disco de puras canciones folklóricas. ¿Cómo se siente al volver a sus fuentes, su origen como cantante?
—“Usted sabe lo que es nadar, cuando a uno le gusta, nada como un pescadito. Nadar es lo más bello que existe, sobre todo cuando hace calor, y yo siento que estoy nadando en aguas en las que yo conozco. Por ejemplo, estoy muy feliz con el disco de Charly García, muy feliz. He visto que el disco no ha tenido el éxito que tendría que haber tenido. Teníamos que haber hecho nosotros el Estadio de Vélez con Charly y no lo pudimos hacer, se paralizó toda la promoción del disco. Por supuesto, como yo no soy rockera, tampoco a los rockeros les debió haber agradado mucho el que yo cante. Pero, como cantante, soy feliz de haber grabado ese disco también, de vez en cuando lo pongo y me gusta.
En este disco o cuando yo canto folcklore, como en “Al Despertar” o en “Escondido en mi país” y ya lo ve usted, siento que estoy nadando en aguas conocidas, claro…estoy nadando bien…y ya lo ve usted, en este disco se nota mucho. Hay tres discos en los que se nota, “Al Despertar”, “Escondido en mi país” y en éste… pero en éste, es en el que me siento mucho mejor, agradeciéndole también, por otro lado, a la gente de la grabadora porque me han sabido esperar hasta el momento en que yo entregué el disco. Ellos han sabido que yo entregué el disco por otra cosa, porque trabajaba, me sentaba a grabar y volvía otra vez a la cama y entonces le agradezco profundamente a la grabadora. Porque siento que cuando una es protegida por una grabadora que a una la quiere, que la respeta, una también está con obligaciones, con grandes obligaciones.”
—En el momento de grabar un nuevo disco: ¿En qué piensa? ¿Canta pensando en alguien?
—“Ahí estoy pensando en el canto en sí mismo, por ejemplo, en “Señor ten piedad en nosotros”. Usted sabe que yo he sido comunista y yo tengo tíos, hace como cuatro meses que murió mi tío “Tochito”, franciscano, después mi tía monjita, yo vengo de una familia absolutamente católica. Entonces, a mí no me ha costado eso. Si bien es cierto que yo me alejé de la Iglesia Católica, pero no me alejé de Dios. Porque ese Dios siempre está dentro de una, cuando una, de chica, ha empezado a creer en él, cuando nuestros padres nos enseñaron tanto, realmente.”
—Mercedes, ¿cómo encara el trabajo en el estudio, elige a la gente con la que trabaja?
—Si, si, yo no puedo trabajar con gente que sea desagradable, y si alguna vez yo he trabajado con alguien que sea distinto a lo que yo pienso, delante de mí jamás alguien se ha drogado ni nadie se ha emborrachado, nadie. Porque yo voy tranquila, me siento en la silla, pongo la carpeta, ya está en técnico para grabarme y nos ponemos a trabajar.
—¿Cómo hace para elegir el repertorio de un nuevo disco?
—Eso me inquieta, sí, me inquieta mucho. Quiero que usted sepa que yo he llegado a tener discos y terminar el disco y grabar otro disco inmediatamente. Entonces, ese tiempo me cansó, mentalmente me agotó. Ahora ha pasado mucho tiempo desde que grabé este disco hasta que vaya a volver a grabar, pero todo acústico. Es decir, vamos a hacer un hermoso disco acústico. Es lo mejor que podemos hacer ahora, devolverles a los músicos el tiempo que los tuvimos olvidados muchas veces, a los grandes músicos que tocan acústico, que han utilizado durante mucho tiempo las máquinas. Entonces, si necesitamos violines, vamos a poner violines, poner todo y creo que dentro de poco ya vamos a hacer esto.
—En “Corazón libre” conviven temas que son patrimonio de la mejor tradición folklórica con una gran cantidad de temas de autores y compositores muy jóvenes, que recién ahora están comenzando sus carreras.
—Yo me desespero si a la noche no tengo una radio-grabador para grabar algunas de las chacareras o zambas que graba la gente joven que están empezando. El folklore se renueva permanentemente, no son solamente las cosas antiguas porque hay gente joven que en este momento está componiendo maravillosamente bien, pero maravillosamente bien. Y no ganan nada, no los promociona nadie, no los llevan a una radio.
Mire: mis sobrinos, Claudio y Coqui, que han venido hace como 10 años aquí a Buenos Aires, recién ahora están entrando. Yo grabé con Coqui ahora País, que es una belleza, la escuché y le dije: “perdoname, Coqui, yo te quiero grabar este tema”. Y es un tema hermoso, hermosa la letra de Pablo Dumit y la música de Coqui. Y realmente quiero decirle a usted que no lo grabo porque es mi sobrino, lo grabo porque tengo fe en la obra de él, tengo fe en la vida de ellos: son serios como son los Falú, como lo ha sido Atahualpa, como ha sido esa gente. Son serios, y al ser serios, van a demorar más esta carrera porque esta carrera es larga, no es corta.
—Es habitual que usted comparta sus escenarios con artistas más jóvenes, ¿cómo se siente con ellos?
—Yo no siento la diferencia, no me siento grande. En realidad, no siento la edad que tengo. Mi voz, usted la ha escuchado, está clara, sana. No tiene problemas de afonía, de disfonías y cuando estoy con ellos me siento muy bien. Son muy pocos los artistas a los que voy a ver cantar. Cuando vienen y cantan me da placer escucharlos, no me gusta cantar sin público, hoy tengo ganas de cantar para el público.
—Es frecuente escuchar sus comentarios acerca de cómo vive sus actuaciones frente al público, pero muy poco sabemos acerca de su trabajo en un estudio de grabación, cómo vive esa experiencia?
—Sí, me gusta el trabajo del estudio porque cuando yo era jovencita creía que era un trabajo frío, después aprendí cómo no hacerlo frío. Ir para dentro de mí, ir muy adentro mío. Por eso no necesito grandes luces, sino una pequeña que me alumbre la carpeta y pensar en lo que estoy cantando, cómo es la canción que estoy cantando, viendo los personajes que estoy cantando. Diríamos que yo soy artista, soy una cantante-artista, que es muy difícil eso porque yo me imagino, por ejemplo, en la canción que canto con el Chango Farías Gómez, en la vida de ese hombre del campo, en su vida. Estoy pensando, por ejemplo, en “Tonada del viejo amor”, en el enamoramiento de esa pareja tan grande, que ha pasado tantos años, no sé si se han vuelto a ver. Completamente voy hacia allí. Después canté hace años “La Villerita”, ¿qué voy conocer yo de la villerita? Yo no puedo conocer nada de la villerita: Debo imaginármela y desde ahí canto… desde la cabeza, ésa es la que dice a los artistas todo lo que se debe de hacer.
—Mercedes, ¿tiene algún comentario más sobre su nuevo disco Corazón libre?
—Realmente estoy muy contenta de este disco, estoy feliz de este disco porque era el disco que yo había soñado, era el disco que soñó Michael y yo lo sé, además. Estoy feliz porque de tanta distancia que teníamos entre ellos (la discográfica) y nosotros, estábamos haciendo nuestro trabajo y ellos escuchando muy seriamente también y con mucho amor. Porque realmente fue con mucho amor que Michael escuchó todo, con todo el grupo de la gente de Alemania.
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