(AUNO-TERCER SECTOR*) La UNESCO declaró que cierto día de 1995 era el Día Mundial de la Paz. En ese momento la directora de una escuela privada de Núñez, Inés Palomeque, rectificó la resolución mediante un juego de palabras: mejor sería aspirar a mil milenios de paz. Se puso en movimiento para que su idea no se quedara en nada más que una frase ingeniosa y logró que año tras año 300 jóvenes de América Latina ocupen por un día los escaños del Congreso para debatir acerca del mundo que quieren.
“Si logramos generar un espacio positivo en un lugar como el Congreso, que es visto por la gente como el lecho de corruptos por antonomasia, quiere decir que hay esperanza, que en la medida en que nos metamos y participemos las cosas van a cambiar”, considera Palomeque, que desde su organización propone no sólo brindar una formación más humana a quienes algún día serán los nuevos políticos, sino “formar líderes por la vida”.
Mil Milenios nació en 1995 en la plaza Balcarce de Núñez a raíz de una convocatoria hecha a los colegios de la zona por Palomeque, que por entonces era directora de uno de ellos, antes de que cerrara, dejándola desocupada. El primer encuentro, al que siguieron exposiciones y campañas barriales en las que se buscaba generar en los chicos posturas ante temas como la guerra, la discriminación y la violencia cotidiana, se dio a partir de una inquietud de Palomeque: ella quería “sacar la escuela más para afuera, trabajar los derechos en relación con la comunidad”.
Año tras año la propuesta fue ganando terreno, hasta el punto de que hoy integra a 300 jóvenes de entre 15 y 20 años de Argentina, Ecuador, Colombia, Venezuela, Brasil y Chile. En un primer momento la convocatoria comprendía a chicos desde 12 años, pero a medida que se fueron sumando países latinoamericanos los organizadores se vieron obligados a subir la edad mínima de participación para obtener con mayor facilidad los permisos para viajar a Argentina.
“Es un proyecto muy ambicioso hecho sin recursos”, define Palomeque. Cuenta que durante los congresos, que suelen durar una semana, los chicos extranjeros son alojados en casas de amigos o conocidos. “Mil Milenios es muy transparente. No tiene sponsors ni hay algún tipo de interés por detrás. A los chicos se les brinda una capacitación humana, pero no se les indica ningún tipo de inclinación ideológica ni se les impone un partido político”, remarca.
Palomeque, para distanciar a las nuevas generaciones de los manejos de la política tradicional, aconseja a los jóvenes que forman parte de la ONG que acompañen a sus dichos con acciones. “Protestar, quejarse, es apuntar a lo que hace el otro –señala-. Lo que buscamos es que se produzca un compromiso con lo que nos rodea. A los chicos yo les digo ‘hablando no vas a parar la guerra. La paz se alcanza si uno está en paz con uno mismo, con los otros y con su medio’”.
Para la docente el desafío actual es cómo llegar a más lugares sin tener que valerse de recursos monetarios. Así quiere demostrar, ante todo, que no hace falta dinero para poder construir una sociedad mejor. Así fue como consiguió que a Mil Milenios se le cediera el edificio del Congreso por un día. Se acercó al recinto “como cualquier ciudadana” con su idea, que fue bien recibida y considerada factible. “Y no cuesta nada”, afirma.
Los encuentros con jóvenes de Latinoamérica se vienen realizando anualmente desde 2000. Mientras el de 2003 se encuentra en su etapa preparatoria, dos integrantes de Mil Milenios representarán a la Argentina en el Congreso Mundial de la Juventud que se realizará en del 16 al 28 de agosto en Marruecos.
El intercambio entre la ONG y los participantes se da en mayor parte a través de e-mail. “En varias oportunidades es Mil Milenios la que lanza consignas –señala Palomeque-. Más allá de que el joven participe o no, está pensando en el tema sobre el que le pedimos una opinión, y eso es lo que más nos interesa”.
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Cómo comunicarse: Mil Milenios por la Paz. Teléfono 4792-1732.
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*Agencia Universitaria de Noticias y Opinión
Revista Tercer Sector
