Borges y la Casa Colorada de Lomas

En muchos cuentos, novelas y poesías de la literatura argentina podemos leer que tienen como espacios a ciudades del conurbano bonaerense. Especialmente de la zona Sur de esa geografía de la provincia de Buenos Aires.

Horacio Raúl Campos

Lomas de Zamora, abr 05 (AUNO) – Varios escritores argentinos, famosos y otros no tanto, y de las más variables tendencias estético-ideológicas, tienen en sus relatos espacios claramente identificables con localidades del conurbano bonaerense.

La saga de unas breves reseñas sobre el conurbano en la literatura no tiene como meta discutir los cambios que se verificaron en ese espacio geográfico durante el siglo XX ni tampoco si los autores eran o son de ese espacio.

No se utilizarán categorías fósiles y arcaicas de la crítica literaria o de la clásica reseña periodística tales como ‘literatura de los bordes’, ‘textos de las orillas’ o de los ‘los márgenes’, entre otras zonceras de ese género.

Porque si se camina por las ‘orillas’ o los ‘bordes’ ello significa que existe un espacio que se constituye como centro. En algunos casos podría equivaler a Buenos Aires, en tanto capital federal de la república; Europa también, especialmente Francia e Inglaterra, en el contexto de la literatura occidental europeizante.

Leeremos, por lo tanto, cuentos, poesías y novelas en las que el narrador y sus personajes se pasean por Lomas de Zamora, Adrogué, Temperley, Morón, Turdera, Llavallol, Merlo, Banfield y Avellaneda, entre otras.

Borges es uno de los tantos que configuraron espacios en esa región de la provincia de Buenos Aires. Escribió, por ejemplo, el texto ‘There are more things’ (Hay más cosas), como parte de El libro de arena (1975), en el que aparece Lomas de Zamora, Turdera, Glew, Merlo y Temperley.

Ese relato, de seis páginas, un poco extenso tratándose de Borges, está dedicado al escritor racista norteamericano Howard P. Lovecraft.

El escritor que profesaba las circularidades tiene varios escritos que deambulan por ciudades de la zona sur del Gran Buenos Aires, que es una manera de evocar el Sur, en tanto metáfora con regusto a estancia y semicolonia del patriciado del siglo XIX.

El autor del poema ‘Simón Carbajal’, en el que exalta el mundo estancieril, nunca se cansó de escribir sobre el Sur. Ese punto cardinal podía unas veces ser escrito para llorar por los barrios de la Ciudad de Buenos Aires o por localidades del gran Buenos Aires, como lo hace en el poema ‘Adrogué’, entre otros.

En todos los casos están informados por una estética nativista conservadora ante el avance de las fábricas, las chimeneas y los obreros, que a su vez, para decirlo de una manera rápida, fueron el cántaro donde nació el peronismo.

La otra casa tomada

Así como ‘Casa tomada’ de Cortázar es un relato cachaciento contra el peronismo y una metáfora alusiva al mundo de las estancias, al fin una de las instituciones más perdurables de la república, ‘There Are More Things’ se la puede leer con toda seguridad como una parábola sobre el peronismo.

Se trata de una “Casa Colorada, cerca de Lomas”. El nuevo dueño de la casa y sus asistentes “tiraron a un vaciadero, no lejos del Camino de las Tropas, todos los muebles, todos los libros y todos los enseres de la casa”, para encarar una refacción. Es fácil leer allí que los nuevos ocupantes del lugar están inscritos en el bando de la barbarie.

El narrador ubica el tiempo de los acontecimientos, de manera bastante tamizada: “Fue uno de esos días de Buenos Aires en el que el hombre se siente no sólo maltratado y ultrajado por el verano sino hasta envilecido”.

Son los días del peronismo. Después, como no podía ser de otra manera, “se desplomó la tormenta”, que en la ideología borgeana cumple el papel de purificadora. Recordemos que las “épicas lluvias de setiembre” del 55 “purificaron” la República de nuestro escritor.

“Adentro habían levantado las baldosas y pisé pasto desgreñado. Un olor dulce y nauseabundo penetraba la casa”, escribe el narrador. La casa, que el narrador visitaba en otros tiempos, ahora la ve destruida y “ninguna de las formas insensatas que esa noche me deparó correspondía a la figura humana o a un uso concebible. Sentí repulsión y terror”.

Ese temible habitante, que no puede ver y lo conjetura, tiene sus características: No es humano, sólo lanza una sombra, tiene una “monstruosa anatomía, se revelaba así, oblicuamente, como la de un animal o un dios, por su sombra”.

Ambientado en los años en que el escritor de la experiencia del mundo real da sus primeros pasos literarios después de volver de Europa y escrito en los primeros años de los 70, el relato es una clara alusión al peronismo, que tomó la Casa Colorada de Lomas.

El texto termina de la siguiente manera: “Mis pies tocaban el último tramo de la escalera cuando sentí que algo ascendía por la rampa, opresivo y lento y plural. La curiosidad pudo más que el miedo y no cerré los ojos”.

Tenemos representados allí a dos sujetos: El opresivo es Perón y el plural el peronismo, que habían tomado la casa de su tío, a la que él iba cuando era chico.

AUNO 05-04-14
HRC