Aún cursaba el último año del Polimodal cuando, sin proponérselo, nació esa pasión que Nancy Alonso califica de “oculta”, y que hoy está desatada. Por entonces, sacaba fotos en fiestas de cumpleaños y casamientos, pero nunca pensó que lo que hacía se podía perfeccionar al punto de lograr resultados artísticos. Y fue como aprender a hablar de nuevo: “Es un lenguaje distinto”, define. Tres años después, con apenas 20, es una de las fotógrafas más antiguas del colectivo educativo Fundación Ph15, que desde 2000 trabaja con chicos de Villa 15, conocida popularmente como Ciudad Oculta. Sí, como la pasión de Nancy y otros 26 jóvenes como ella que retratan el mundo en colores de cenizas.
“Creemos en la educación a través del arte. Trabajamos la autoestima de los chicos para integrarlos con el mundo y ayudarlos a salir del hábitat en el que se encuentran”, explica uno de los directores de Ph15, el fotógrafo Martín Rosenthal, en la sede que la organización tiene en Palermo. El inmenso y luminoso living exhibe colecciones de libros de fotografías, vinilos y quién sabe cuántas cosas más. No hay dudas: en el lugar se respira arte. Pero en un marco organizativo muy profesional. “Somos 5 profesores que vamos a darles clases los sábados a la mañana y trabajamos durante la semana en la Fundación”, explica. Las clases se dan en el Centro de Convivencia para la Familia `Conviven´ de Ciudad Oculta que dirige Valmir Vieira, cuyo taller fotográfico está a cargo de Rosenthal y Moira Rubio.
Como Nancy, muchos se acercan por el `boca a boca´, o algún dato que escuchan en el centro de convivencia. “Hacemos hincapié en la calidad de la educación antes que la cantidad”, arranca el director, y admite que “tenemos pocas vacantes, y es por una cuestión de dinero”. Así, en Ph15 tienen como criterio que cada chico tenga su cámara de bolsillo, provista por la organización que se las dejará “para siempre”, y que vean su trabajo revelado una vez por semana o cada 15 días. De lo contrario, si se aceptaran más de los 27 jóvenes en el cupo “tendrían que compartir las cámaras y se sacrificaría la calidad de la educación, además de ver su trabajo revelado una vez por mes”. Aún así, reconocen que tienen lista de espera para el año que viene.
Justamente, en este tipo de iniciativas voluntarias y gratuitas el dinero suele ser la manguera que apaga este tipo de sueños. “Pedimos un subsidio al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de 10 mil pesos, y recibimos 3 mil. No entienden lo que tratamos de hacer, no sé”, se queja Rosenthal. Es que en la Fundación no sólo se enseña fotografía con laboratorio propio, sino que tiene profesores de apoyo escolar, nutricionistas y médicos. Muchos de ellos voluntarios junto con el personal que arregla los equipos y diseñadores gráficos. También se suman al equipo referentes que en el exterior, como en Nueva York, les organizan muestras y exhibiciones “en forma totalmente independiente”, recalca especialmente el fotógrafo. Algunos de esos profesionales extranjeros vienen especialmente a dictar clases en Ph15 y hasta se programan las visitas con un año de anticipación.
Para recaudar fondos que le permitan expandirse, acaban de editar un libro con los trabajos de los chicos que se vende a 25 pesos en las muestras, página web y, sí, de boca en boca. “En Estados Unidos nos llueven pedidos pero se nos hace muy difícil costear el envío”. De este modo, pareciera que siempre se abren puertas para Ph15 pero con un elevado costo de oportunidad. Sin embargo, no se quejan y vislumbran el 2006 como el año de la expansión hacia otros centros comunitarios de otros barrios, adelantan entre otras cosas. Hasta ahora el curso duraba dos años: uno de lenguaje fotográfico y otro de técnica de fotografía. Fotografía digital será el tercer módulo a estrenar el año que viene. Y para el 2007 se ilusionan con incorporar video y cine digital. Mientras, a partir del 28 de diciembre se inaugurará una muestra en la Torre de los Ingleses de Retiro que durará dos meses. De jueves a domingo desde las 12 a las 19 se exhibirán gratuitamente las fotos de los adolescentes de Ph15 bajo el tema de la diversidad religiosa en la Ciudad. Pedido expresamente por el Gobierno porteño.
En tanto, Nancy, con la mirada pícara y la sonrisa fácil reconoce que a través de este arte conoció una nueva forma de “reflejar estados de ánimo” y que le permitió relacionarse con otras personas. Sobre todo en las muestras. “Vos no sabés que esto (por la fotografía) está dentro tuyo”, dice convencida la chica que ayuda a su madre en un taller de costura. Sus viajes en colectivo y retratar chicos, son los temas que más le gusta. Pero aclara enseguida: “No me gustaría vivir de esto porque no me gusta sacar fotos bajo presión”, y agrega sincera que “para mí es como reflejar las cosas que vas viviendo en un diario”. Y ya sabemos qué dicen del valor de las imágenes con respecto de las palabras.
Sobre las temáticas que eligen los jóvenes, Rosenthal se encarga de derribar un mito. “Hay un prejuicio que dice que porque los chicos son de la villa las fotos son de la villa. Nada que ver. Ellos eligen los temas”, remarca. Lo mismo se aplica al por qué de las fotos en blanco y negro: “Razones de presupuesto, es más barato así”. Aunque si alguien quiere usar rollos color debe explicar cuál es el propósito artístico para ello, tal como cuando quieran usar la cámara manual de la fundación para hacer un trabajo determinado: “Firman un recibo por tres meses, que se puede renovar, para que desarrollen su tema”, explican en Ph15. Así, Eugenio Alonso, hermano de Nancy, pudo concretar su sueño de retratar los pasillos de la villa con fotos nocturnas y largas exposiciones.
Cómo comunicarse:
Fundación Ph15
Web: www.ph15.org.ar
Correo electrónico: taller_ph15@yahoo.com.ar
Teléfono: 4773-7257