Lomas de Zamora, mayo 8 (AUNO) – Un nuevo natalicio de Eva Duarte de Perón se cumplió este siete de mayo.
Julia Prilutzky Farny (Ucrania, 1912 – Buenos Aires, 2002), primero quiso ser pianista, pero la sensibilidad por las teclas de ese instrumento enseguida fue cambiada por las de la máquina de escribir.
Así fue como entre 1938 y 1968 publicó varios libros de poesía: Títeres imperiales (1936), Viaje sin partida (1939), Intervalos (1940), Sonetos (1942), La patria y Comarcas (1949), Canción para las madres de mi tierra (1950) y Hombre oscuro (1968), entre otros textos.
Tosa esa obra de la poeta (no poetiza) se convirtió en un éxito editorial absoluto, masivo y popular cuando la Editorial Plus Ultra publica Antología del amor en 1972. Más de 250 mil ejemplares lleva vendidos desde entonces.
“Toda la poesía de Prilutzky tiene el mismo hilo conductor: el amor y su pérdida. Desde allí, entre esperanzas, caídas e infinitas recuperaciones, fijó su óptica desde un lenguaje popular y cuidadosamente adjetivado”, explica Rodolfo Edawards en su libro Con el bombo y la palabra (Seix Barral, 2014).
Su poema ‘Oración’ del libro Escudo, a raíz de un nuevo aniversario del nacimiento de Evita, puede ser atinado recordar.
“Señor: por la muchacha de aroma y de rocío /que estamos a nuestro lado y que hemos perdido / por la amiga de todos, de los viejos, los niños / por la mujer heroica que nos dio otro destino / que era nuestra fe, nuestra esperanza, nuestro abrigo (…) Dale la paz que no tuvo en la tierra /que descanse a tu lado, sin lágrima, sin pena /responsado del llanto, del dolor, de las piedras / que ofendieron su paso sin poder deternerla”.
¡Qué lejos que está Julia de, por ejemplo, la poesía de Cortázar, en cuyos versos llama “tacho de basura” a la cureña que llevaba a Evita.
AUNO 08-05-15
HRC