Iniciativa contra la discriminación

Una cadena laboral creada por un discapacitado motriz abrió cuatro negocios y emplea a más de cincuenta personas con discapacidad después de brindarle capacitación gratuita

Por Favio Orellana

(AUNO-TERCER SECTOR) “¿Quién va a querer comer mirando desgracias?”. Con el objetivo de desafiar la pregunta nació hace cinco años Discapanch, un puesto de venta de panchos atendido por personas con discapacidad, de la Fundación Microemprendimientos Solidarios (MS) que se constituyó en el primero de una serie de locales comerciales que emplea a personas con capacidades diferentes.
“Bueno, entonces me salvé de invitarte a comer a mi casa”, respondió Saúl Macyszyn, presidente de la Fundación y de Discapanch, a su interlocutor cuando se le ocurrió la idea de extender su negocio de ventas de panchos y emplear a personas con discapacidad, siendo él mismo una. “A los 10 años me atropelló un camión y me aplastó contra un alambrado. Perdí la visión de un ojo, un brazo y después de 17 operaciones logré poder caminar con la pierna derecha”, relató Macyszyn quien después de siete años de desocupado y discriminado laboral decidió invertir lo que quedaba de la venta de su casa y su auto para colocarlo en un pequeño negocio de venta de panchos en Retiro siendo su primer empleado.
Actualmente la Cadena Laboral De Microempresas Sociales Generadoras de Empleos para Discapacitados que impulsa la Fundación cuenta con 52 personas trabajando en relación de dependencia y 40 artesanos que les venden su producción a la fundación, que “por suerte, se venden muy bien”, comentó orgulloso el titular de la organización.
Frente a la reacción de aquella persona que le aconsejó desistir de su emprendimiento, Macyszyn no puede evitar ser optimista: “La mayoría no es así, solo el 5 ó 10 por ciento de las personas; por eso tenemos un cartel en nuestros negocios que dice `Gracias a que usted nos prefiere, nosotros tenemos trabajo´”.
A Discapanch se le suman otras iniciativas como DAR (Discapacidad-Artesanías-Regalos), que comenzó en 2002 y funciona en la estación de Retiro, línea Mitre; Discatrab (Locutorio Telefónica con Internet), inaugurado este año y ubicado en Martínez; y Discabar, un bar que abrió sus puertas este mes en San Isidro. Todos sus empleados contaron con capacitación laboral gratuita a cargo de la fundación. En cambio, para quienes quieran montar una empresa con esas características, el organismo los derivará al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. “Es por la crisis, antes esa capacitación la hacíamos nosotros”, aclaró el presidente.
De todas maneras, la preparación depende del trabajo a realizar, ya que se enorgullecen de la selección del personal y de poder adaptar la gente al trabajo. La institución que preside Macyszyn se encarga de proveer prótesis a los trabajadores, como parte de su cobertura de salud.
En cuanto al personal que trabaja en cada negocio, la Cadena Laboral de la Discapacidad emplea un 70% de personas con discapacidad y un 30% de personas sin ella, que deben ser familiares directos del trabajador. “Así, la familia tiene dos ingresos que ayudan a sobrellevar la situación”, explica Macyszyn.
Todo este esquema laboral es financiado con donaciones y créditos privados. “No recibimos ninguna subvención oficial porque no tenemos todavía la personería jurídica, que está en trámite ya que no contamos con los 12 mil pesos de depósito que nos piden”, aclara. En la fundación, según su titular, “todos nos aseguramos nuestro sueldo, el resto va a otros emprendimientos”.

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Cómo comunicarse:
Fundación Microemprendimientos Solidarios. Teléfono: 4723-7395/0238
Correo electrónico: info@discapanch.com.
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*Agencia Universitaria de Noticias y Opinión
Revista Tercer Sector

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