Feria Olimpo: está cerrada hace cinco meses y sus trabajadores piden que reabra

Los vendedores sospechan que las autoridades de Lomas de Zamora aprovecharon la pandemia para erradicar el paseo de compras. Funcionó durante los últimos 30 años.

Desde finales de marzo, uno de los grandes bazares del conurbano está parado: la Feria Olimpo, donde desde hacía más de 30 años se podía encontrar casi cualquier cosa, continúa cerrada luego de que la Municipalidad decidiera impedir su organización a causa del alza de contagios. Tras cinco meses sin trabajo y con el resto de las ferias de la región operativas, los vendedores denuncian que las autoridades no los dejan armar sus puestos y sospechan que se aprovecharon de la pandemia para erradicar el paseo de compras.

El martes de la semana pasada cortaron el Puente La Noria para visibilizar la demanda y exigir que los dejaran trabajar. La feria, que atravesaba la avenida homónima a partir de Camino de Cintura y desembocaba en las vías, se realizaba miércoles y sábados. Durante 2019 estuvo sin funcionar hasta octubre, a causa de las medidas para restringir la circulación. A partir de allí operó sin problemas, pero las alzas en los contagios a principios de año derivaron nuevamente en una clausura.

Sin embargo, los feriantes denuncian que tras los desalojos y la sustracción de mercadería y vehículos por parte de los agentes municipales, hay algo más que motivos vinculados a la pandemia. “La Feria del Olimpo no abre más”, escucharon tanto Luciana como Gustavo cuando fueron a consultar al municipio.

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Desde muy chica Luciana Barranco comenzó a ayudar a sus papás a armar el puesto. Ellos trabajan en la feria desde hace dos décadas, y hoy todos los de la familia venden algo en Olimpo. “Fuimos a la Municipalidad a reclamar por nuestro trabajo y no dicen nada coherente. Sólo repiten que la feria no abre más”, lamenta Luciana.  

Gustavo, que vende productos de limpieza allí desde hace cinco años, comulga con las palabras de Luciana. “Olvídense de la Feria del Olimpo”, les dijeron apenas los recibieron en la Municipalidad a él y a otros puesteros, cuando se presentaron a conversar con autoridades del área de Seguridad.

La intendencia de Lomas de Zamora intentó reubicar a pequeños grupos de trabajadores en varias ferias habilitadas dentro del partido. “Pero en ninguna realmente podemos trabajar, porque en esas no está permitida la venta de artículos usados”, que es el grueso de la mercadería que se comercia en Olimpo, explica Gustavo.

“Es un pequeño grupo que no acepta ir a las más de 40 ferias francas legales, la mayoría de los comerciantes de la zona aceptaron y este grupo se niega”, aseguraron a AUNO fuentes de la Municipalidad, y agregaron que en las ferias habilitadas “los comerciantes están censados en un padrón” según el cual “se supervisa que vendan productos legales y que esté todo en orden”.

Sin embargo, Luciana sugiere que las autoridades “nunca se preocuparon” por legalizar o censar a los comerciantes y concuerda con otros vendedores en que la reubicación no es una opción.

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A lo largo de la ancha avenida Olimpo se podía encontrar casi cualquier cosa, en cerca de 4 mil puestos. Las familias ofrecían desde comida hasta aparatos electrónicos y ropa usada. Muchos sólo vivían de la feria; hoy se las rebuscan: Luciana exhibe en Facebook la ropa, los muebles y el bazar que antes ordenaba en la vereda de la avenida y Gustavo armó como pudo el negocio en la puerta de su casa. A los dos les cuesta más así que como antes. “Olimpo es nuestra fuente de trabajo, ya cada uno tiene clientela que va a buscar las cosas ahí y a caminar la feria”, señala Gustavo.

A los puesteros, el cierre en marzo por aumento de casos les parecía “entendible”, pero cuando advirtieron que “en toda la provincia de Buenos Aires las ferias volvieron a la normalidad”, la situación los empezó a preocupar, aclara Luciana. Iban a trabajar y la feria estaba cerrada; un operativo policial impedía que se armara el paseo de ventas. “Jamás vimos Policía en la feria en todos estos años, de repente aparecieron”, aclara la vendedora.

Después de 30 años la Municipalidad se viene a dar cuenta de que la feria no está habilitada. Dice que se venden cosas robadas y no quieren dejar armar. Todos los días nos están mandando policía, policía, policía”, agrega Gustavo.

Las justificaciones que dieron las autoridades para el cierre son confusas y variadas: desde motivos epidemiológicos hasta la acusación de venta de mercadería de dudosa procedencia, pasando por la supuesta construcción de un boulevard en la avenida Olimpo. La clausura inicial, en el marco de la pandemia, a algunos puesteros les pareció un subterfugio para poner fin a la feria. “Aprovecharon la pandemia para sacarnos”, colige Luciana.

Frente a la recriminación por la venta de cosas robadas, Fabián Alvarado se defiende: “no es como algunos dicen, que vendemos cosas manchadas de sangre”. Él llegó desde Perú en 2008, en busca de oportunidades y desde su arribo que trabaja en la feria.

Pasa el día en capital, recorriendo la ciudad en busca de cosas que se puedan vender. Luego de un año difícil en lo económico, al ver que se volvía a abrir poco a poco todo decidió regresar “a la feria con los cuidados necesarios”, pero no lo dejaron. Entre changas y la venta de ropa de invierno que juntó en el verano, mantiene a su familia. Sin embargo, insiste en la importancia de la feria para la subsistencia de muchas familias y remarca que sólo “quieren trabajar”.

En torno a esta afirmación, todos los vendedores se muestran unánimes: “Feriantes del Olimpo, queremos trabajar”, rezaba una bandera el día del corte en La Noria. Una medida que, junto a las convocatorias en la Municipalidad, los trabajadores no descartan tomar en las próximas semanas para lograr la habilitación.

AUNO-08-07-2021
MAS-MDY

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