Lomas de Zamora, noviembre 26 (AUNO).- “No había nada, era un páramo”: así describe Claudia Eichenberg, directora y fundadora del Teatro de las Nobles Bestias, el paisaje en el que nació esta sala hace 20 años. “Sólo Diablomundo y Teatro de las Memorias eran parte de la movida del momento”, comenta a AUNO. En la actualidad es muy distinta la situación.
Antes de las Nobles Bestias, Eichenberg daba clases en la Biblioteca Mentruyt. Con su grupo de trabajo decidió armar la compañía estable del teatro. “Me quisieron cobrar la sala de ensayo y la plata no nos alcanzaba. Nos fuimos a ensayar a otro lado”, relata. Con un corto paso por la calle Pellegrini, en Lomas, recalaron en la actual sede de 14 de julio 142.
“Juntamos el dinero y alquilamos, los primeros años fueron muy a pulmón”, continúa Eichenberg. Su socio era y es Alfredo Badalamenti. En invierno las clases sucedían alrededor de una fogata armada en un tacho de 200 litros. “Ensayar Shakespeare entre fuego era muy apasionante”, asegura Claudia. El problema era el hollín que recogían sus narices.
Le alquilaron el espacio a una señora mayor llamada Josefa: “Ella venía a ver las obras como una más. Pagaba sus entradas. Todo le parecía bueno, hasta cosas fuertes como los desnudos”, recuerda.
En 1998 fueron declarados de interés cultural por el Instituto Nacional del Teatro. “Fue un envión. Nos equiparon el lugar con lo que necesitábamos”, recalca Claudia. Luego vino la crisis de 2001 pero no se sintió: ellos vivían de crisis en crisis.
Ese año la obra Por mis alas, de Federico García Lorca, dirigida por Eichenberg, fue premiada en el Festival Internacional de La Habana. “Siempre buscamos hacer un teatro centrado, profundo, enraizado. Ideológico, pero no partidario”, subraya la directora.
En los últimos años crecieron junto a la expansión de la zona: “A nivel teatral independiente zona sur explotó. Antes era más barrial, muy acotada. Hasta la calidad de las obras ha crecido”, sostiene la docente. “Ahora nos dedicamos más a la producción de obras. La búsqueda de público nos quitaba mucha energía.”
“Estamos acostumbrados a trabajar sin ver un mango. La comunidad de las Bestias es lo que nos mantiene en pie. Es una parte activa. Donde vayas a ver obras hay gente de las Nobles, hasta en capital”, asegura Eichenberg
AUNO-26-11-2014
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