El barrio Olimpo, en Ingeniero Budge, en el partido bonaerense de Lomas de Zamora, está conmocionado por el asesinato de Marianela Lorelei Rivera (23) y su madre, María Laura Rivera (46), quienes fueron atacadas a disparos por la ex pareja de la joven, Miguel Alexander Sosa (27). «Si no lo hubieran dejado salir (de la cárcel) la última vez, esto no hubiese pasado», reclamó una de las familiares de las víctimas.
El episodio comenzó cerca de las 18.30 del pasado martes cuando Sosa logró escabullirse a la casa donde vivían las mujeres y subió a la planta alta. Brenda, hermana de María Laura y tía de Marianela, contó al canal C5N que la familia estaba «preparando el cumpleaños» de un sobrino y por ese motivo, no se dieron cuenta de que había entrado el hombre, quien era ex pareja de Marianela y padre de su hijo.
Marianela vivía un calvario junto a Sosa, quien “la amenazaba y le pegaba” cuando ella intentaba dejarlo, indicó la tía de la chica. Hace algunas semanas, él le dio una paliza que motivó a la joven, acompañada de sus familiares, a denunciarlo por violencia de género y a mudarse con su madre para estar a salvo.
Sosa había recuperado la libertad en octubre pasado tras cumplir una condena por robo agravado de vehículos. «Sosa tiene la costumbre de entrar y salir de la cárcel: estuvo un año, salió, lo volvieron a meter porque le pegó a mi nieta, su familia pagó y salió y mató a mi hija y mi nieta«, contó a la prensa Ramona, madre de María Laura y abuela de Marianela, visiblemente quebrada.
Nunca imaginaron la masacre que volvería a ponerlo tras las rejas. Esa noche, Sosa irrumpió en una habitación y atacó primero a tiros a su ex suegra cuando ella se interpuso en su camino: «Antes de matarla a ella vas a tener que matarme a mí», afirmó María Laura, según reconstruyeron los investigadores.
Delante del hijo de ambos, el femicida le disparó siete proyectiles a su ex pareja, «sin mediar palabra» y además «quiso matar» al chico, pero «la bala le rozó la oreja», detalló Brenda, la tía de la víctima.
Luego de cometer los asesinatos, bajó las escaleras y se encontró con una nena de 12 años, a quien también intentó herir aunque no lo logró.
Los tiros alertaron a la familia, que salió a tiempo para ver cómo Sosa bajaba las escaleras con el arma, una Bersa Thunder 380, en la mano. «Cuando salí a agarrarlo, me gatilló dos veces, pero no le salieron las balas», relató Brenda.
Al subir a la casa, la mujer encontró a su hermana y a su sobrina muertas y vio que María Laura aún estaba viva, por lo que empezó a pedir a los gritos una ambulancia, pero ella murió «en sus brazos».
«Pido justicia por mi hermana y mi sobrina porque que me las arrebató de la nada», exigió Brenda, entre el dolor y la impotencia. Contó que rápidamente sacó de la escena del crimen al hijo de su sobrina. El chico gritaba: «Mamá, mamá, no me dejes».
En la habitación, los peritos encontraron 13 vainas servidas y cuatro proyectiles intactos.
El pedido de justicia: «Queremos que entre y no vuelva a salir»
Sosa escapó en un auto Volkswagen Suran gris, propiedad de Marianela, que luego fue hallado abandonado por la policía, a unas pocas cuadras del domicilio del femicida.
El arma usada en el ataque, en tanto, fue encontrada por una jubilada que vive en la zona y que vio cuando un hombre pasó corriendo y la descartó en su jardín.
Efectivos de Comisaría Décima de Lomas de Zamora llegaron al lugar y montaron un operativo para atrapar a Sosa, quien fue localizado pasada la medianoche en Ingeniero Budge. «Les deje dos fiambres», le dijo a la Policía mientras era esposado, según reprodujo Ramona, entre lágrimas.
«Sabemos que su familia lo ayudó, son cómplices. Pagaban para que salga de la cárcel y cuando volvió a caer en cana, volvieron a pagar. Si no lo hubieran dejado salir la última vez, esto no hubiese pasado. Queremos que entre y no vuelva a salir», afirmaron desde la familia de las víctimas. También pidieron protección.
La causa judicial quedó en manos de la fiscal Fabiola Juanatey, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora. El acusado se negó a declarar al ser indagado por «doble homicidio agravado por violencia de género y por haber mediado relación de pareja» en el caso de una de las víctimas y «criminis causa», en el de la otra.
AUNO- 20-02-20
MB-SAM