De mitos y resultados

El gobernador Daniel Scioli ganó por un amplio margen las primarias. Le sacó más de 30 puntos de ventaja Francisco de Narváez, de UDESO, que se posicionó segundo. Los resultados evidencian una profunda pérdida del poder electoral de Eduardo Duhalde en el territorio bonaerense y destierran las versiones sobre un posible desapego de los llamados «barones del Conurbano» respecto del kirchnerismo.

Lomas de Zamora, agosto 15 (AUNO).- El gobernador bonaerense Daniel Scioli se impuso con comodidad en las elecciones primarias, con un 50 por ciento de los votos a su favor y quedó a un paso de la reelección en los comicios generales de octubre. El triunfo trasparentó la debilidad del otrora poderoso aparato duhaldista en el mayor conglomerado poblacional del país y permitió vislumbrar un traspaso del peronismo no kirchnerista a las filas de Francisco de Narváez.

Con el 93 por ciento de las mesas escrutadas, la fórmula del Frente para la Victoria que el gobernador integra junto al titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), Gabriel Mariotto, relegó a De Narváez a un muy alejado segundo puesto, que tuvo el 16 por ciento de los votos. En tanto, el Frente Popular que encabezó Eduardo Duhalde y postuló para la Gobernación a Eduardo Amadeo, obtuvo el 8 por ciento de los sufragios.

No obstante, en el territorio bonaerense la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ganó con 53 puntos porcentuales, mientras que Duhalde quedó en segundo lugar con el 13 por ciento, seguido por Ricardo Alfonsín (Udeso) con el 11 por ciento de los votos.

Esta diferencia entre el podio de los candidatos presidenciales y el de los aspirantes a gobernador pone en evidencia la pérdida de poder de Duhalde en un territorio en el que tiempo atrás supo articular voluntades como nadie. Y es que el ex jefe de Estado, a pesar de haber conseguido para sí el segundo puesto en la categoría de presidente, no logró una buena elección para su delfín bonaerense, que cayó estrepitosamente frente a De Narváez, otro candidato de raigambre peronista.

El comportamiento del peronismo bonaerense ofrece, así, dos datos notables: que ese poliforme sector quedó definitivamente encolumnado detrás del kirchnerismo y que su ala más conservadora dejó de responder a Duhalde para inclinarse hacia De Narváez, a pesar de la alianza de éste último con el radicalismo de Alfonsín.

Además, el hecho de que Duhalde haya quedado segundo en la categoría de presidente sin poder consolidar una posición similar en la categoría de gobernador evidencia un importante corte de boleta por parte del electorado a favor de De Narváez.

LA MUERTE DE UN MITO
En las seis secciones electorales en que se divide la provincia de Buenos Aires y en La Plata el resultado fue el mismo: Scioli ganó con holgura, seguido de lejos por De Narváez y el tercer lugar quedó reservado para el duhaldista Amadeo. Estos resultados desterraron más de un mito del imaginario político bonaerense.

El primer mito en caer tiene que ver con la vigencia del aparato duhaldista en el Conurbano. Duhalde no consiguió que los intendentes apoyaran a su candidato y, si existió algún tipo de respaldo a su candidatura presidencial, fue casi nulo.

Como consecuencia, el segundo mito que quedó fuera de circulación fue el de la posible rebelión de los jefes comunales contra el kirchnerismo. Por el contrario, los intendentes (particularmente los de la poderosa tercera sección electoral) respaldaron masivamente tanto a Scioli como a la Presidenta y le ofrecieron a ambos un piso de votos más que significativo de cara a octubre.

Tanto en Lomas de Zamora, como en Esteban Echeverría, Almirante Brown, Lanús, Avellaneda y Ezeiza, el resultado fue el mismo: Scioli primero, De Narváez segundo y Amadeo tercero, lejos. La excepción fue el partido de La Matanza, donde el tercer puesto quedó para el candidato de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella.

PS-AFD
AUNO-15-08-11

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