De diputada a maestra

Natalia Gradaschi volvió a su antiguo trabajo como docente, luego de ser concejal de Lanús, diputada provincial bonaerense y directora nacional del Consejo Federal de Derechos Humanos.

Lomas de Zamora, diciembre 2 (AUNO) – Es habitual que muchos medios de comunicación estigmaticen a los políticos como personas que se aferran a sus cargos o, peor aún, que buscan beneficiarse económicamente de la función pública.

A veces la realidad les da la razón, pero pocas veces se pone luz en los casos de políticos que después de estar en el poder vuelven a su actividad anterior y a la militancia en el llano con el mismo patrimonio o incluso menos.

Un ejemplo de esa clase de políticos es Natalia Gradaschi, ex diputada provincial de Buenos Aires, que volvió a su antiguo trabajo en una escuela de Monte Chingolo, y que ahora continúa en otra escuela de Remedios de Escalada.

Para Gradaschi volver a ponerse el guardapolvo blanco es algo natural, porque, según le dijo a AUNO, “los cargos son eventuales” y la “responsabilidad ciudadana que implica la actividad política se ejerce en cualquier ámbito”.

“Para mí es importante haber vuelto a la escuela. La actividad pedagógica, como cualquier otra también implica una mirada política de la realidad y en ese sentido también es un lugar de militancia”, aseguró Gradaschi.

El año pasado volvió a tomar su cargo como maestra de segundo grado en la Escuela 52 “Coronel French” en el barrio de Monte Chingolo; y en abril concursó para secretaria en la Escuela Primaria 41 “José Manuel Estrada” en Remedios de Escalada. A su regreso, se encontró con papás que habían sido sus alumnos, con jóvenes que hacía muchos años no la veían en ese rol, y hasta con familias que la conocían como dirigente política.

Gradaschi había pedido licencia en su cargo docente para desempeñarse como secretaria administrativa del Consejo Escolar de Lanús en el período en el que militaba en Suteba y el Frente Grande, y luego estuvo como responsable del Centro de Salud de su sindicato. Luego fue concejal del municipio de Lanús por dos mandatos, hasta que fue electa diputada bonaerense. Finalmente, ocupó el cargo de directora nacional del Consejo Federal de Derechos Humanos.

“Siempre planteaba la responsabilidad de ocupar un espacio de representación como lugares donde iba a cumplir una función por un tiempo determinado, como un lugar más de militancia. Volver a la escuela es reafirmar y demostrar que eso que planteo, al igual que otros compañeros, es una práctica concreta”, aseguró.

Ahora sigue recorriendo el barrio con actividades de Nuevo Encuentro, ya que desde el partido, junto a otras organizaciones del kirchnerismo, están trabajando en la construcción del territorio para las próximas elecciones, con la intención de recuperar el distrito, el gobierno provincial y nacional.

“Seguramente todos los maestros y familias que construyen el derecho a la educación de los chicos van a poder lograrlo si tenemos un gobierno que construya un Estado promotor de derechos. Para eso, tenemos que volver a ser gobierno”, remarcó.

En la escuela, contó, se ve el aumento de la cantidad de chicos en el comedor, se palpa el conflicto en los barrios y se percibe la situación económica de las familias, por lo que es vital “que pueda volver a haber un gobierno que represente los intereses populares”.

“La escuela es también un lugar desde donde construir los derechos de la infancia para batallar con otros por los derechos de los chicos”, subrayó. La militancia “no tiene horarios, es una opción de vida” por lo que, con el guardapolvo o con la responsabilidad partidaria, “uno va tejiendo lazos con otros y otras, para construir las mismas cosas”, subrayó.

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