Alimentos, útiles y propuestas para alumnos de escuelas rurales

La Fundación Escuelitas Rurales, que colabora con instituciones del interior del país, cuenta con un sistema de becas y huertas para que los chicos tengan una actividad y sigan estudiando.

Por Maricel Seeger

(AUNO-Educación*).- Los abrazos y los saltos de alegría de los nenes se multiplican en algunos de los lugares más recónditos de la Argentina cada vez que llegan los integrantes de la Fundación Escuelitas Rurales, una entidad que cada mes reparte alimentos, útiles escolares y ropa en instituciones del interior del país. Pero la finalidad de la asociación no es sólo la asistencia, sino también “brindar a los chicos herramientas que les permita continuar sus estudios e insertarse dignamente en la sociedad”.
En poco más de tres años, la fundación logró colaborar con más de una veintena de escuelas rurales, sumergidas en rincones de la Argentina donde, en algunos casos, solo es posible llegar a pie después de varias cuadras de caminata por calles en las que las inundaciones y el barro suelen ser los peores enemigos.

A estas instituciones llegan los integrantes de la entidad, formada inicialmente por un grupo de cuatro amigos, con bolsas de donaciones, pero también con propuestas que apuntan a “generar un cambio”, según consta entre los principios de la fundación.
“Por un lado, tenemos un sistema de becas a través de padrinos que aportan dinero todos los meses, con el objetivo de que los chicos sigan estudiando una vez finalizada la primaria. Es que después de cumplir los 11 años, la mayoría se dedica a trabajar en el campo o a realizar las tareas de la casa. Muchas nenas, incluso, quedan embarazadas”, explicó a AUNO la vicepresidenta de la fundación, Valeria Vives.

Actualmente, acceden a las becas un grupo de chicos de escuelas rurales de Entre Ríos, que continuaron sus estudios la escuela agrotécnica “Gobernador Maciá”, preparada para albergar de lunes a viernes a los alumnos que se acercan desde pueblos remotos hasta la localidad de Maciá. También existen chicos que iniciaron la secundaria en el establecimiento “Justo José Urquiza”, situado en la localidad de Villaguay, también especializado en estudios agrotécnicos.

Con el objetivo de aportarles una herramienta de cambio, las personas que forman parte de la entidad le piden al responsable de cada escuela rural que presenten un proyecto que pueda resultar productivo. Así es como en Formosa planean fabricar algodón, mientras que en Entre Ríos proyectan plantar árboles frutales para realizar dulces que después puedan ser vendidos.
“También consideramos que resulta indispensable la organización de un sistema de huertas que faciliten el autoabastecimiento del comedor de la escuela”, señaló Vives. Lo cierto es que en la mayoría de estos establecimientos los chicos reciben una comida que, en muchos casos, “es la única ración del día”, según manifestó el presidente de la fundación, Diego San Juan.

La educación en estos colegios alejados de las grandes ciudades no es tarea fácil ya que, generalmente, existe un solo maestro que da las clases a todos los chicos que asisten a la escuela, que tienen entre 2 y 14 años, aproximadamente.

“El docente es el que enseña, les da la comida, hace de enfermero y hay veces en que los chicos salen con un nivel muy bajo de la primaria. Esto también dificulta la continuidad de sus estudios”, reflexionó Vives, una pediatra que, junto con una odontóloga, forma el equipo médico revisa a los chicos en los viajes que realiza la fundación a los establecimientos.

Las escuelas rurales a las que asiste la entidad, denominadas de cuarta categoría, están ubicadas en zonas desfavorables, de montes y próximas a diferentes ríos, lo que hace muy difícil su acceso por sus continuas crecidas. Sumado a esto, “las aulas son muy viejas y se hallan en muy mal estado por falta de mantenimiento”, según consta en la página web de la entidad (www.escuelitasrurales.com.ar).

La fundación nació hace poco más de tres años de la mano de un grupo de cuatro amigos. Con los meses, otros conocidos se acercaron a la propuesta y así lograron colaborar con escuelas Entre Ríos, Salta, Jujuy, Tucumán y Formosa. Ahora, esperan poder ampliar el número de padrinos y donantes para ampliar el sistema de becas y aumentar la cantidad de alimentos, vestimenta y útiles donados.

“Es algo muy gratificante cuando llegás a una escuela y ves que los chicos se te tiran encima para darte un beso o cuando un nene vuelve al colegio después de haberle podido conseguir el calzado que necesitaba para no viajar descalzo”, resumió Vives.

  • Agencia Universitaria de Noticias y Opinión.

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