Aborto legal, bajo una perspectiva económica y semántica

Con el aborto legal, el Estado puede reducir hasta 21 veces el costo de la atención por una práctica clandestina. La disputa económica además se articula con la batalla discursiva sobre la «vida».

La Cámara de Senadores tratará este martes el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), luego de la aprobación en la Cámara de Diputados. La iniciativa impulsada por el Ejecutivo nacional presenta la posibilidad de reducir costos y maximizar la cobertura médica desde una perspectiva económica, además de dar paso, en lo discursivo, a una premisa inclusiva frente a un nuevo sujeto de derecho.

En Argentina se producen entre 372 mil y 522 mil abortos por año, lo que arroja un promedio de 447 mil casos, según detalló el informe La economía del aborto: el costo fiscal oculto del aborto clandestino y la importancia de su legalización del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). El estudio advierte sobre la atención en el sistema público de miles de casos de personas gestantes cuyos prácticas clandestinas fueron «incompletas» y/o «sufrieron complicaciones».

Entre 2010 y 2017 se produjeron en el sistema público, en promedio, 45.604 egresos hospitalarios por abortos incompletos, según los últimos datos de la Dirección de Estadística e Información de Salud (DEIS), dependiente del Ministerio de Salud de Nación.

Del total de los egresos hospitalarios por abortos incompletos que se producen en promedio en un año, el 67 por ciento requerirá una intervención leve, el 31 por ciento será complicaciones de gravedad mediael 2 corresponderá abortos incompletos con cuadros de alta gravedad, se informó.

De acuerdo al estudio, el costo unitario por el tratamiento de un aborto incompleto leve asciende a 42.915 pesos, en tanto que un aborto incompleto de gravedad media, tiene un costo unitario para el sistema de salud de 81.788, y por último, los abortos incompletos, con complicaciones de alta gravedad, implican un costo unitario por el tratamiento correspondiente de 132.425.

Todas estas cifras se podrían reducir 21 veces al garantizar el acceso universal de una caja de misoprostol, el método más accesible y seguro, que hoy implica una inversión de 6.082 pesos.

Estos son algunos de los hallazgos de los investigadores, quienes al hacer el traslado de costos, construyó una metodología para estimar su valoración monetaria por cada tipo de tratamiento médico asociado a cada nivel de gravedad, considerando los montos a diciembre 2020.

Además, si se relaciona el costo en el que incurre el sistema de salud por los abortos incompletos en comparación con lo que vale una caja de misoprostol, el informe da cuenta que 45.600 abortos clandestinos equivalen la interrupción voluntaria segura y gratuita de 425.177 cuerpos gestantes, lo que significa el 95 por ciento de los abortos clandestinos estimados en Argentina en un año.

El lenguaje, también en disputa

La investigadora, socióloga e historiadora feminista argentina Dora Barrancos llamó a tener «una mirada más amplia» de lo que implica la disputa meramente semántica del debate por el aborto. «Estamos a favor de vidas dignas de ser vividas», aseguró.

Y explicó: «Esto quiere decir que en el presente, y gracias a lo incremental de derechos que tenemos para los niñes, y les adolescencias, hay una expectativa de maternaje que no tiene solución de continuidad». «Las personas que estamos verdaderamente con la vida, estamos efectivamente alineadas con el propósito de la legalización del aborto», enfatizó.

La batalla en el plano discursivo alcanzó su exposición más elocuente durante el debate por la IVE en 2018. Fue la escritora Claudia Piñeiro quien en su exposición en la Cámara baja instó a poner fin a lo catalogó como «una operación con el lenguaje».

«El lenguaje construye realidad y nos están queriendo robar una palabra. Cada vez que alguien dice que está en contra de la ley porque está con la vida nos excluye a todos. Nosotros también estamos a favor de la vida, no permitamos que nos roben una palabra”, puntualizó Piñeiro en aquella oportunidad.

«Es absolutamente brutal, es absolutamente insostenible, es de una perversidad insoportable que haya muertas por aborto, que haya una sola muerta por aborto en este país», cuestionó la socióloga, integrante del Conicet.

El proyecto de ley, que busca alzarse con la sanción definitiva y dar rienda final a una lucha de hace más de 40 años, incluyó en 2018 la definición de «cuerpos gestantes» para hacer alusión a los y las actores protagonistas. El concepto se tomó oficialmente de la revisión de protocolo de atención integral del Ministerio de Salud de la Nación de 2015 como «herencia» de la Ley 26.743 de Identidad de Género.

«Con el enorme trabajo de la colectiva se logró equiparar el sujeto múltiple del aborto», resaltó Alejandro Aymú, periodista, integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y miembro de la Colectiva de disidencias sexogeneropolíticas.

Aymú hizo un repaso de cómo la nueva perspectiva finalmente alcanzó su carácter formal. «La emergencia y la organización de las disidencias sexogenéricas al interior de la campaña, también surge a partir de 2018 cuando en los debates se dejó bien explícito, pese a que ya muches veníamos advirtiéndolo, que había personas que no respondían al patrón cis heterosexual y que también podían abortar. En este caso, los varones trans, las lesbianas que no se consideran mujeres, las no binarias, algunas personas intersex, bisexuales», amplió en diálogo con AUNO.

El activista extendió el carácter transversal de la militancia por la IVE, al señalar «el rol del sujeto por la lucha de la conquista del aborto», en el cual incluyó a «las maricas» que levantaron el pañuelo verde o incluso previo a la conformación de la Campaña Nacional, con nombres como Carlos Jáugueri, Diana Sacayán y Luana Berkins.

Aymú remarcó que las personas gestantes se sumaron a la lucha desde los que eran considerados como «márgenes identitarios», y es importante destacar «cómo desde el lesbianismo introdujeron una tecnología que emancipó a quienes deseaban abortar con el uso del misoprostol».

«Fueron fundamentalmente nuestras compañeras lesbianas las que permitieron romper con el paradigma médico-hegemónico del control sobre los cuerpos de una manera determinada de abordarlos, es decir, la lucha por la autonomía sobre nuestros propios cuerpos«, concluyó el integrante de la Colectiva de disidencias, sin dejar de mencionar el desempeño de la química Verónica Manzano por haber propiciado el compuesto, que desde el CEPA, y en vísperas de la nueva batalla en el Senado, cristalizaron su rol eficaz, seguro y de garantía a bajo costo.

AUNO-29-12-20
EM-SAM

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