«Darío y Maxi son una expresión de desprendimiento y solidaridad»

El historiador Miguel Mazzeo analizó los cambios que se suscitaron en el movimiento piquetero tras la Masacre de Avellaneda ocurrida hace diez años. Salir a la calle y recuperar el cuerpo, dos imágenes que definen a la impronta de una forma de manifestación basada en la restitución del espacio público como ámbito de lucha.

Daniela Rovina

Lomas de Zamora, junio 25 (AUNO).- Los vaivenes de la historia y la economía hicieron de los movimientos piqueteros una herramienta estratégica para pellizcar la insensibilidad de un sistema que se encaprichaba en empujarlos a los márgenes. Víctimas del neoliberalismo de la década menemista, herederos de la crisis económico-financiera de 2001, sintetizaron reclamos de desocupación, mejoras salariales, educación y salud en una forma de protesta propia que elegía los cortes de rutas y calles como medios de reconocimiento y reivindicación.

A diez años de la “Masacre de Avellaneda”, el historiador y escritor Miguel Mazzeo reflexionó acerca de las transformaciones que atravesaron a estas formas de manifestación y protesta social tras los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán en junio de 2002. Abocado a la reflexión sobre las prácticas de los nuevos movimientos sociales, este intelectual oriundo de Lanús definió como una “recuperación del cuerpo” a ese intento “paradigmático” de transformación de la realidad.

-¿Qué simboliza la forma de protesta social de la que Kosteki y Santillán fueron protagonistas?
-Los chicos recuperaron un tipo de práctica política particular donde se recupera el cuerpo. En la década del noventa, la política era “virtual”. Después de eso, estos movimientos representaron la recuperación del cuerpo.

-¿En qué lo expresaban?
-Expresaban la militancia democrática de base. No era una práctica política estatal. Trataban de construir una sociedad con una perspectiva a futuro sobre la base de ese modelo que intentaban construir. Las figuras de Maxi y Darío son la expresión de desprendimiento y solidaridad. Para muchos representan un movimiento paradigmático por todo lo que se ponía en juego, porque fueron protagonistas de una emancipación.

-¿Cómo se reorganizaron los movimientos sociales y piqueteros después de la “Masacre de Avellaneda”?
-A partir de 2002 y 2003, el movimiento piquetero casi desapareció. Con la llegada del kirchnerismo cambió la relación con el movimiento, la relación política con el sector.

-¿De qué manera?
-Algunas organizaciones decidieron constituir movimientos más amplios. Se produjo un cambio en la articulación. Algunos terminaron vinculados al Gobierno, otros desaparecieron. Los más vinculados al sindicalismo y las agrupaciones de izquierda comenzaron a tener menos presencia territorial, al igual que los más independientes y autónomos.

DR-AFD-EV
AUNO-23-06-12

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