Operadores comunitarios: cómo ayudar en momentos difíciles

(AUNO-TERCER SECTOR*) Hay situaciones donde la buena voluntad no alcanza para ayudar a quien atraviesa un problema. Sobre todo en una sociedad donde la mitad de la población está en situación de pobreza y los problemas sanitarios y nutricionales se agudizan.
Para enfrentar un caso de violencia familiar o de desnutrición grave, donde la emergencia supera la capacidad de respuesta normal de los voluntarios de la mayoría de las organizaciones de la sociedad civil, la Red Solidaria de Salud Mental y la Agrupación Proa pusieron en marcha un curso gratuito de capacitación de operadores comunitarios.
El psicólogo social Carlos Alves, coordinador general del curso, explicó a AUNO-Tercer Sector que los operadores comunitarios reciben una formación que les permite pensar y formular soluciones desde una óptica más profesional los problemas que pueda abordar en su trabajo comunitario de todos los días. Así, asegura que un operador comunitario puede “posicionarse activamente en situaciones límite”. El objetivo de la capacitación, además, consiste en formar gente para trabajar solidariamente en redes.
El curso, que comenzó a dictarse en agosto del año pasado, tiene una duración de 14 meses y se divide en varios módulos, lo cual permite que los interesados se integren casi en cualquier momento y que después cursen los módulos que les restan. Además, el programa de estudios fue elaborado y auditado por docentes universitarios: el coordinador del equipo que dicta las clases, Carlos Liendo, es docente de la carrera de Trabajo Social en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.
Las clases, dictadas por un equipo de profesionales de distintas ramas de la psicología y las ciencias sociales, son semanales y consisten en reuniones grupales divididas en una parte teórica donde se analizan casos y estudian distintas psicopatologías con las que puede encontrarse un operador comunitario. En la parte práctica del curso, se brinda a los estudiantes técnicas y herramientas para poder trabajar sobre situaciones concretas.
Según Alves, no existe un perfil definido de los participantes del curso: “Se anotan desde ingenieros hasta amas de casa, todos con un buen nivel educativo, lo que nos permitió avanzar más rápidamente en los contenidos”, agregó.
Aunque Alves señala que algunos beneficiarios del Plan Jefes y Jefas de Hogar recibieron capacitación básica en temas de salud para poder ayudar en sus barrios, esta experiencia podría extenderse y utilizarse como recurso en lugares expuestos a situaciones de riesgo social.
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Cómo contactarse:
Agrupación Proa. Teléfono, 4489-1374.
agrupacionproa@yahoo.com.ar
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Revista Tercer Sector