Walsh y la furia de la “prensa libre”

Ese libro es un clásico de la literatura hispanoamericana. Allí denuncia en forma detallada cómo la dicatadura del 55 llegó a asesinar a uno de los propios para hacerse con un diario. Y precisa el papel jugado por «los amos de la prensa» para derrocar al peronismo, a quienes caracteriza como «envenenadores de conciencias».

Horacio Raúl Campos

Lomas de Zamora, mayo 16 (AUNO) – Rodolfo Jorge Walsh escribió en 1958 para la revista Mayoría una serie de notas sobre el asesinato del abogado Marcos Satanowsky, en el contexto de una trifulca mafiosa entre gorilas por la tenencia del diario La Razón.

El personaje central era el abogado defensor de Ricardo Peralta Ramos, el principal accionista de ese diario, y la pelea por hacerse de ese medio y de otros se produce inmediatamente después del golpe del 55.

El abogado baleado en su estudio, por otra parte, era uno de ellos. Había respaldado el golpe gorila y estaba vinculado con la oligarquía nativa, tal como lo señala Walsh.

El autor de Operación Masacre es otro ejemplo de escritor argentino elogiado por diferentes sectores e incluso por quienes nunca lo leyeron. Siempre queda en las penumbras el contenido de sus escritos, entre otras maniobras poco beneficiosas para el proyecto de un mejor conocimiento de Walsh.

Las notas en Mayoría, que aparecieron entre junio y diciembre de un año clave como 1958, después dieron título al libro: Caso Satanowsky, cuya actualización el escritor realizó en 1973.

Como todos sabemos, allí demuestra cómo el crimen fue perpetrado por miembros de las Fuerzas Armadas y de la Secretaría de Inteligencia de Estado, que controlaba uno de esos milicos harto inútiles, pero con gran capacidad de hacer el mal: el general Juan Constantino Cuaranta.

Entre los textos publicados en la revista y los de la actualización del 73 se puede leer fácilmente un cambio de lenguaje para designar a los cabecillas del golpe de Estado antinacional del 55.

En los primeros, se lee cosas tales como “el presidente Aramburu”, “el gobierno provisional” o “gobierno revolucionario”. Mientras que hacia los primeros años del 70 caracteriza correctamente ese régimen, sus propósitos y los respaldos.

Así fue que se puede leer que después del 55 surge “un Estado represor”, escribe sobre “los próceres de la oligarquía que entraron en colisión con el peronismo”, “el imperio de Occidente”, “Peralta Ramos, oligarca por apellido y bienes gananciales”, entre otros de ese tenor.

Una vieja tradición mediática

El capítulo 31 lleva como título ‘El caso Satanowsky y los grandes diarios’. Escribe en el 73 que se propone “denunciar esos mecanismos (de dominación) y preparar su destrucción es tarea que corresponde a los trabajadores de la prensa en el marco más amplio de las luchas del pueblo”.

Dice después que “esta edición del Caso Satanowsky va dirigida, pues, en primer término, a los compañeros que desde las comisiones internas, las Agrupaciones de Base y en particular el Bloque Peronista de Prensa, combaten diariamente a la raza de los envenenadores de conciencias: nuestros patrones”.

“En 1945 los diarios argentinos llevan largos años de sujeción imperialista y en la medida en que el peronismo representaba una tentativa de ruptura se opusieron a él sin excepción, usando las armas de la calumnia y la diatriba perfeccionadas en una experiencia centenaria”, asegura Walsh. (199)

Señala también que durante los primeros años del gobierno peronista surgido electo en el 46 “la iniciativa de crear una prensa propia correspondió naturalmente al ala burguesa del Movimiento. Sobre la cadena estatal se volcó durante una década la furia de los empresarios de la prensa libre”.

Puntualiza luego que “en nombre de la iniciativa individual, reservada a media docena de individuos y negada a muchos millones, los Amos de la Prensa se quejaron del monopolio de un Estado cuyo presupuesto era inferior al de las tres agencia mundiales y que, en todo caso, se ejercía dentro de las propias fronteras”. (199)

“El motivo de esa campaña no es misterioso. En asuntos nacionales, incluso latinoamericanos, la prensa peronista no era ya la voz del imperialismo. Los próceres de la oligarquía, del clero y de las Fuerzas Armadas que entraron en colisión con el peronismo se vieron sometidos a inéditos ataques”. (191)

El análisis del autor de Variaciones en rojo sobre el comportamiento de los grandes diarios de aquella época revela que las corporaciones oligopólicas del siglo XIX tienen detrás de sí una extensa tradición de oprobio.

Una temeraria actualidad tiene aquello que ocurría hacia el 45: “(…) en la medida en que el peronismo representaba una tentativa de ruptura se opusieron a él sin excepción, usando las armas de la calumnia y la diatriba perfeccionadas en una experiencia centenaria”.

Bibliografía

Rodolfo Walsh, Caso Satanowsky, Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 2004 (quinta edición).

AUNO 17-05-15
HRC-SAM

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