Vico: “Fue el gol del fútbol argentino: todo el mundo gritó ese gol”

El ‘Bigotón’ todavía disfruta del gol de Juan Manuel García que le le dio el segundo ascenso a la Primera B Nacional al ‘Tricolor’. Un director técnico austero, idolatrado por propios y extraños, que entre partido y partido trata de superar la muerte de su hijo.

Mabel Cáceres

Adrogué, diciembre 2 (AUNO).- Nació en Parque Patricios y su familia lo hizo de Huracán. Pero él dice que ama a Brown, el equipo con el que semanas atrás logró su segundo ascenso a la Primera B Nacional. Pablo Vico es el símbolo de la institución de Adrogué. Un director técnico sencillo, que hace años moldea a los jugadores y que hasta vive en las instalaciones del club. Hace una semana, firmó su continuidad con el ‘Tricolor’ y no deja de soñar: “Quiero que Brown se afiance en esta categoría”.

-¿Imaginabas sufrir tanto con este ascenso?
-No. Imposible. No debimos sufrir tanto. No lo quise decir nunca, pero en 42 fechas, Brown fue el mejor equipo. Fue el equipo más parejo. Siempre intentó jugar al fútbol en cualquier cancha y los resultados estuvieron a la vista. Lo que no merecíamos era sufrir tanto. En los dos últimos partidos, antes de llegar a Deportivo Morón, las piernas tal vez pesaron un poco.

-¿Cómo fue el día después de haber conseguido el título?
-Fue algo maravilloso. Creo que Brown fue el grupo y el equipo de la gente. No hubo una sola persona que no me haya dicho ‘lo que me hiciste llorar y lo que grité este gol’. Creo que fue el gol del fútbol argentino, aunque parezca mentira y exagerado, porque todo el mundo gritó ese gol. Me da la sensación de que todos querían que Brown ganara y se llevara el título.

-En el último partido decidiste dejar a Juan Manuel García en el banco y volver a dupla Brito-Quintana, como en las primeras once fechas. ¿Por qué?
-Sorprendí a mi cuerpo técnico y a varios con esa decisión. Me acuerdo que dije ‘este partido es para Brito’. Si me preguntás por qué, no lo sé. El partido anterior lo había visto muy bien a Brito. Y dije ‘con la potencia de Brito en una cancha grande, creo que podemos romper línea’ y me decidí por él. Tuve que hablar con Juan (García), que jugó todos los partidos, y le dije ‘no te voy a tener en cuenta’. Lo abracé y era la bomba atómica entre mis brazos. Estaba loco, muy enojado.

Y el cambio te salió redondo. Entró García y te dio el título…
-Ese sábado era su cumpleaños. Lo fui a abrazar y le dije: ‘Quedate tranquilo que vas a entrar y me vas a dar el gol del campeonato’. Y fue así. Juan entró y me dio el gol del campeonato. El último partido, con Morón, decidí sacarlo y bueno… Me salió bien.

-¿Con quién hablabas por teléfono cuando terminó el partido?
-Con mi pareja. También hablaba con mi hija, con mis primos, con periodistas. Ya que sé con quién hablaba… No me acuerdo (risas). Pero era algo que no podía hablar. L*loraba pensando en él (por Cristian, su hijo que murió a principios de año). Miraba a cada rato el cielo, a ver si lo encontraba, para poder festejar con él.* Hasta que vino Adrian (Vairo) y me sacó un poco de contexto. Y nos abrazamos. Después entré al vestuario y ahí se me pasó un poco.

—¿Y el Gallo? ¿Qué hablabas con la mascota de Morón?
-Me llamaron de todas partes, para saber qué hablé con el famoso gallo de Morón. Me dijo ‘Vení que el hincha te quiere saludar’. Y la gente de la platea me decía que no vaya. Y los miro y les digo ‘Por qué no voy a ir. Si yo no hice nada’. Ni la vuelta olímpica dimos. No le faltamos el respeto en nada. Y me acerqué y uno de ellos me dijo: ‘Nosotros esto no lo hacemos con nadie. Y menos con un técnico que viene a jugar en contra de Morón. Pero vos mereces esto y mucho más’. Y me terminaron aplaudiendo. Yo creo que esto demuestra que en el fútbol argentino no está todo perdido. Claro que hay cosas para corregir, pero hay que darle la oportunidad al hincha de expresarse y podamos vivir un futbol con las dos hinchadas. El comportamiento que tuvo el hincha de Morón fue excelente.

-Después de un año muy duro por la pérdida de tu hijo. ¿Cómo hiciste para sacar fuerzas y volver a llevar a Brown al ascenso?
-Uno, a veces, aparenta. Pero cuando uno está solo, encerrado en estas cuatro paredes, se te cruzan muchísimas imágenes. Debe ser por eso que recibo a todo el mundo, hablo con todo el mundo. Es como que me quiero olvidar y, a la vez, no me quiero olvidar. Estoy con psicólogos, con psiquiatras. Tengo que tomar pastillas para dormir, pastillas para la depresión, cuando en mi vida no tomé nada.

¿Quiénes te ayudaron en ese momento?
-La colaboración de los muchachos y del cuerpo técnico me sirvió mucho. Mucha gente estuvo alrededor mío. Hizo tanto este grupo por mí que lo único que me queda es decirles ‘gracias muchachos, gracias por ayudarme a pasar este mal momento’. Pero es una herida que no va cicatrizar jamás…

-¿Por qué creés que los hinchas te quieren tanto?
-No sé. Me acuerdo que ascendimos el sábado y el domingo me fui a ver a Los Andes. Me estaba esperando el presidente de Los Andes (Oscar Ferreyra), que me quería meter en un palco. Y yo le dije: ‘No. Yo no voy a un placo. Me voy a la platea como lo hice siempre’. La gente de Los Andes aplaudiéndome, pidiéndome fotos. Voy a la cancha de Temperley y la gente aplaudiéndome de pie. Y me pregunto, pero cómo, si siempre fuiste mi rival. Y así en todas las canchas. Quizás porque no hago declaraciones explosivas, no me río de la gente, no cargo a nadie. El otro día en la cancha de Barracas Central me llaman los árbitros y me regalan las tarjetas y el silbato, algo que para ellos es carísimo.

-Recibiste ofertas de otros clubes, ¿por qué decidiste quedarte en Brown?
-A todas esas ofertas que tuvimos, nosotros les dijimos que primero esta Brown. A lo mejor, otro en mi lugar te dice que por la parte económica prefiere ir a otro lugar, a ganar más dinero. Pero corre más por el sentimiento, que por una revancha nuestra. Si no llegaba a un entendimiento con Brown, iba a escuchar las demás ofertas. Pero, por suerte, llegamos a un acuerdo. Con Adrián nos pusimos de acuerdo en un minuto. Me dijo lo que querés lo tenés y le dije que sí. Lo único que tenemos que conversar, y ahí tal vez va ser un poquito más duro, es en el armado de Brown para 2016. Si yo me quedo no es para descender. Quiero que Brown se afiance en esta categoría.

-¿Cómo te imaginas la Primera B Nacional?
-Sin que nadie se ofenda creo que es menos competitiva que la de 2013. Con los nombres que había en ese momento te asustabas. La de ahora es un poquito menos competitiva. Pero tenemos que prepararnos. Conocemos a la mayoría de los equipos, aunque ahora hay jugadores diferentes. Sabemos que en esta categoría tenés que minimizar errores, por la calidad de jugadores que hay, que pueden llegar a marcar la diferencia. Después tenemos que buscar una cierta cantidad de puntos para que Brown no descienda.

-Si tuvieras que identificarte con algún jugador del plantel actual, con uno que tengas alguna similitud de tu época como jugador, ¿con quién lo harías?
-La ocasión que declaré algo, los muchachos me mataron. Era otro fútbol. Más agresivo comparado con lo que se juega ahora. Yo era flaquito, rapidito y tal vez ganaba más en velocidad y en picardía, que en otra cosas. Marcaba diferencia por eso. Pero no me identifico con nadie, porque a veces las comparaciones son odiosas. Si hice muchos goles acá en Brown, en Temperley, en Tristán Suárez. Pero no era un jugador que iba a ir al choque, como es a lo mejor Brito o Juanchón (García). Yo era más de juego, de habilidad, de picardía. Así, me han pegado también… Tengo siete operaciones en la pierna.

-¿Es verdad que te molesta que te llamen Don Ramón?
-No. Es mentira. Al principio me molestaba, pero ahora está todo el mundo con el muñequito… En cancha de Defensores me pasó algo anecdótico. Cuando entra la barra, entra con el muñequito, pero en tamaño grande, con una soga atada en el cuello. Pero que me voy a andar enojando. Y a Luis (el utilero) que es el que lleva el muñequito a todas partes, la gente de Defensores le dijo ‘No saques ese muñeco, que ese muñeco es de la macumba’. Y es un muñeco normal. En la cancha de Morón, la barra pedía por favor, que se lo regalara. Al principio me enojaba, ahora me divierto…

-¿Sos de tener cábalas?
-Sí. Si gané un partido, en el próximo partido estoy vestido igual. Con el mismo slip, con el mismo par de medias, con las mismas zapatillas, todo igual. Hasta que no pierda no me lo saco. Me gustan los tatuajes. Ahora me voy hacer tres estrellas acá (en el bíceps) con los colores de Brown. La fecha que ascendimos en 2013 y en 2015. Y acá (en el antebrazo) una dedicación para él (Cristian). Y nada más, sino me va quedar el brazo a la miseria. Y la gente va a decir ‘mirá el rockero este’.

AUNO 02-12-15
MC-MFV

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