Vecinos denunciaron el desalojo de una huerta comunitaria en Lomas

La Terraza de Apu es un proyecto vecinal que comenzó hace siete años en un edificio lindero a las vías del tren Roca. Los vecinos denuncian que el municipio quiere desalojar la huerta. Las autoridades locales señalaron que el edificio es propiedad de Trenes Argentinos.

Plantas medicinales, comestibles, aromáticas, nativas y otras 15 especies de árboles formaban parte de la huerta comunitaria de «producción agroecológica y reservorio de semillas orgánicas» llamada La Terraza de Apu, que funcionaba en el último piso del edificio de las ex galerías comerciales Rocalom, en el centro de Lomas de Zamora. Como una especie de jardín colgante, la huerta fue emplazada allí hace siete años por una agrupación vecinal, bajo la tutela del Centro Cultural La Toma, con el objetivo de brindar un proyecto «colectivo y solidario», en el que cualquier persona podía acercarse para aprender los conocimientos sobre plantas y cultivo.

Pese al trabajo que realizó la comunidad por casi una década, ahora los administradores de la huerta denuncian que el municipio lomense quiere desalojarlos “de manera arbitraria”. Bajo el lema “No hay huerta atrás” y “No al desalojo”, los vecinos que forman parte de este proyecto comunitario alzaron su reclamo.

El edificio, propiedad de Trenes Argentinos, había sido abandonado en 2002 y fue tomado por asambleas populares hasta 2008 cuando se produjo un desalojo. Más tarde, las organizaciones recuperaron el lugar gracias a la firma de un comodato, en el que se pactó que los vecinos que habían tomado el lugar cedieran un piso al Municipio de Lomas de Zamora. Desde ese entonces, los primeros pisos pertenecen a un anexo municipal, y los últimos al Centro Cultural La Toma y a la organización de la huerta.

Los encargados del proyecto colectivo aseguraron que desde el gobierno municipal les explicaron que se iban a realizar reformas en el techo donde se ubican las plantaciones, por lo que les habían prometido el traslado a un lugar con espacio suficiente para colocar cada una de las plantas. Sin embargo, protestaron que ahora sólo les ofrecen ayudarlos a bajar las macetas, pero no saben nada del traslado. «Nos dijeron en un principio, que nos iban a averiguar algún terreno. Después, nos dijeron que no, que eso no iba. Lo único que nos están ofreciendo es ayudarnos a bajar las macetas, sostuvo Melisa Letemendia, una vecina que forma parte del proyecto, en diálogo con AUNO. «Además del arreglo del techo, nos comunicaron que la obra no va a permitir transitar, ni hacer la huerta y que van a cerrar el acceso a la terraza», protestó.

Asimismo, los vecinos que forman parte del proyecto relataron que la municipalidad les comunicó a principios de abril que debían trasladarse para que comiencen las obras en el techo. Hace una semana, recibieron un ultimátum para abandonar la terraza donde cultivan las plantas y árboles con fines inclusivos y educativos.

Si bien los administradores de la huerta comunitaria les aseguraron a los representantes municipales que estaban “abiertos al diálogo” para encontrar “una solución beneficiosa, que permitiera el arreglo del edificio y, a su vez, el funcionamiento” del proyecto educativo, las autoridades advirtieron a los vecinos que no piensan “incluir en su plan de obra la existencia del espacio comunitario”.

De esta forma, la integrante de la organización remarcó que el grupo de vecinos tendría que conseguir un lugar similar a los 150 metros cuadrados que ocupan en la terraza del edifico de las galerías Rocalom en un “tiempo récord” y sostuvieron que los dueños de la nueva ubicación también deberían aceptar “100 cubiertas repletas de plantas comestibles, medicinales y nativas, además de los árboles”. “Todo esto sin apoyo estatal, a contrarreloj y en plena pandemia”, remarcaron.

La respuesta de las autoridades locales

«Hablamos con el subsecretario de Ambiente, Martín Busnelli, y no supieron decirnos cuando empezaba la obra, ni de qué se iba a tratar. Les dejamos en claro que estamos predispuestos a pasar la huerta del otro lado de la terraza o ponerla en altura, con pallets. Si no, que nos dieran un lugar donde podamos tener una estabilidad de algunos años para que al menos podamos continuar con el proyecto», reclamó Letemendia.

Asimismo, la vecina denunció que no sólo les quieren sacar la huerta, sino que también «se quieren apropiar de la terraza del centro cultural». «Todavía estamos esperando a ver si nos contacta el municipio. Maximiliano (Busnelli) nos dijo que la huerta se tenía que ir y que nosotros no aceptábamos nada. Pero no es así», remarcó.

El municipio lomense, por su parte, inauguró huertas orgánicas en parques de la zona, en donde brinda charlas y espacios de aprendizajes. En ese sentido, los miembros de La Terraza de Apu aclararon que esas huertas «no son abiertas» y sólo pueden entrar «personal autorizado» por las autoridades municipales.

Desde este medio nos comunicamos con voceros del municipio lomense y afirmaron que «el problema subyace con la empresa Trenes Argentinos», ya que el edificio es de su propiedad. Asimismo, afirmaron que en el lugar funciona la Subsecretaría de Niñez y Adolescencia, así como la Secretaría de Mujeres, Género y Diversidad, pero no que tienen nada que ver con el desalojo. Por su parte, desde la empresa Trenes Argentinos no respondieron sobre el asunto.

Pese a la negación de los representantes municipales, los organizadores de la huerta comunitaria subrayaron que la responsabilidad del desalojo la tienen las autoridades locales y que ellos fueron quienes no quisieron negociar para un traslado de las plantas, hasta que las obras estén finalizadas.

En la página Change.org, los administradores de la huerta publicaron una petición para juntar firmas con el objetivo de reclamar por el espacio destinado al proyecto comunitario y educativo.

AUNO-21-7-21
ADR-SAM

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