Una igualdad con «sabor agridulce»

Luego del empate ante Quilmes (1-1), en un reciclado duelo zonal, el defensor Santiago Hoyos analizó la realidad que atraviesa su equipo de cara a una nueva edición del clásico contra Banfield. «Tenemos solidez en todas las líneas pero nos falta claridad. Es un problema que se repite. El que viene es un partido aparte y hay que ganarlo. No hay otra posibilidad», aseguró.

Matías Quercia

A comienzos de año, toda previsión climática es certera hasta que se demuestre lo contrario. La segunda quincena de agosto suele ser fría y lo mejor es no salir de casa y abrigarse lo más posible. Pero el calor de los últimos días, que parece continuar, invita a salir, a llevar la menor cantidad de ropa encima. La previsión del clima no siempre es certera.

Y en esta segunda quincena Lanús se encontró con viejos conocidos: Quilmes y Banfield, dos clásicos que motivan como pocos a los hinchas del “Granate”.

Y ya pasó el primer escollo: la visita al estadio Centenario con empate (1-1) ante el “Cervecero”. Encuentro que para el defensor Santiago Hoyos tuvo “un sabor agridulce”, ya que remarcó que “se pudo haber ganado pero faltó decisión a la hora de dar la puntada final”.

“Se nos presentaron las situaciones más claras del partido y no logramos concretar, por eso nos fuimos con un empate que parece poco. Sirve el punto, pero tuvimos oportunidades como para ganar y no las aprovechamos. Ahora, hay que tratar de ser más contundentes de cara al próximo clásico”, señaló, en diálogo con AUNO.

Los dirigidos por Luis Zubeldía sumaron una nueva unidad y alcanzaron los cinco puntos al cabo de tres fechas disputadas. Luego de la presentación triunfal (2-1) frente a Arsenal en Sarandí, los empates consecutivos ante Newell’s y Quilmes dejaron un manto de duda sobre el funcionamiento del equipo.

“No manejamos la pelota con tranquilidad. El partido se hizo muy friccionado, con muchas imprecisiones y entonces se complicaba llegar con claridad al arco rival. Por momentos intentamos desnivelar con más jugadores en campo contrario pero no se abrió el arco. Falta articular un poco más el potencial ofensivo”, analizó.

Y continuó: “En el balance general del encuentro, Lanús fue un poco más que Quilmes. No fue bueno el partido pero por tramos supimos dominar mejor la pelota. El problema es que carecimos de precisión y así se nos complicó para convertir las ocasiones que tuvimos”.

El gol del “Granate” lo anotó Santiago Salcedo, que aprovechó un error en la salida del arquero Emanuel Trípodi y decretó la igualdad, pocos minutos después de que el local lograra la ventaja parcial.

Hoyos destacó la contundencia del delantero guaraní: “Fue importante empatar rápido. Nos sorprendieron con un gol tempranero porque habíamos arrancado dormidos y por suerte Salcedo sacó a relucir su capacidad goleadora. Siempre es importante para el equipo tener a un jugador con esa eficacia”.

La visita al Centenario dejó un saldo positivo en el resultado, más allá de los rendimientos, pero si de previsión se habla, algo no estaba en los planes: la lesión del capitán, Agustín Pelletieri, que salió de la cancha luego de un golpe y su presencia ante Banfield, el sábado, aún es incierta.

“El partido fue muy duro y se ven las consecuencias. Pelletieri es una pieza clave en el funcionamiento del equipo y será una baja muy importante si no llega para la semana que viene. Esperemos que se pueda recuperar lo antes posible porque necesitamos de su aporte en el clásico”, apuntó.

Con Blanco es más fácil
Por su parte, que hizo su presentación fue Sebastián Blanco, que regresó al equipo luego de una lesión que lo marginó de las canchas durante la pretemporada. Con poco ritmo pero buenas intenciones, el mediocampista puso primera en su carrera por llegar al partido ante Banfield en óptimas condiciones.

Y Hoyos sabe de la importancia de “Blanquito”: “Es un jugador desequilibrante que con un par de toques te puede cambiar el rumbo de un partido. Por eso el plantel necesita que esté al cien por ciento. Conocemos las ganas que tiene de ayudar al equipo y conseguir así una victoria fundamental en nuestra cancha”.

Será la 13.30 del sábado, el momento en el cual la “Fortaleza” de Guidi y Arias se vestirá de grana, verde y blanco para recibir una nueva edición del clásico del Sur del conurbano bonaerense.

“Somos un equipo balanceado que muestra firmeza en sus líneas y que va encontrando solidez en el plantel a medida que pasan los partidos. Llegamos invictos como Banfield y va a ser un enfrentamiento durísimo. Ojalá que lo podamos ganar. El clásico es un partido aparte”, aseguró.

Le queda una semana a este desconocido agosto. Atípica por el calor y extraña por la ausencia del frio, en pleno invierno. Pero más allá de los raros e imprevisible factores climáticos, para Lanús no deja de ser una clásica segunda quincena de agosto.

AUNO-23-08-10
MRQ-LDC

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